En Palabras de Alejandra Antillón: “En mi corazón tengo la satisfacción de ayudar a las personas que lo necesitan”

Miles de guatemaltecos perdieron sus hogares recientemente en la erupción del Volcán de Fuego, y muchas víctimas han buscado refugio en refugios temporales. Alejandra Antillón es una rescatista de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED). Pertenece al Sistema de Comando de Incidentes y es del Equipo de Respuesta Inmediata. Es la única mujer en su equipo.

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Alejandra coordinando plan de acción humanitaria con staff de ONU Mujeres en Alotenango. Foto: ONU Mujeres/Johanna Reyes

 

“Es muy importante que las mujeres se sumen a las acciones humanitarias, porque en muchos lugares la mayoría de las personas son mujeres, entonces es importante que sepan qué hacer con ellas y qué necesitan, como actuar ante una emergencia y así poder ayudar a su comunidad. Yo siento que las mujeres juegan un papel muy importante porque usualmente los hombres se van de la comunidad a trabajar, y son las mujeres las que se quedan, están encargadas de la casa, de los niños. Las mujeres son las que mejor conocen sus comunidades”.

El papá de Alejandra fue bombero y para ella ese fue un ejemplo fundamental en su vida para saber que servir es un honor y una gratitud a la vida. 

“Confío en mis compañeros y en mi equipo, pero al ser la única mujer, tengo que demostrar mucha más fuerza, porque sé que tengo una enorme responsabilidad de ser el ejemplo de que nosotras podemos lograr muchas cosas y que nuestra presencia es fundamental para este tipo de emergencias”

El 3 de junio del 2018, el Volcán de Fuego erupcionó causando desastres para miles de familias. Alejandra llegó al lugar de la emergencia, específicamente a los albergues de Alotenango, unas horas después de haber ocurrido la erupción. 

“Cuando llegué al parque central de Alotenango, la plaza y los colegios, que ahora sirven de albergue, estaban abarrotados de personas. Lo triste era ver personas heridas, llenas de cenizas, llorando desconsoladamente, veías personas con graves quemaduras. Muchos niños quemados que se perdían entre la multitud. Tuve la experiencia de un niño que llego a mí con los pies quemados y lo único que se me ocurrió fue salir corriendo a buscar unas sandalias entre las donaciones para poder hacerle sentir un poco mejor, ya que todo lo que han pasado es realmente irreparable y para aquellos que han perdido familias y amigos es algo que se quedará siempre presente, pero si estoy aquí es porque sé que ayudando entre todos se puede seguir adelante”. 

Alejandra cuenta que la diferencia de ella al ser mujer frente a sus compañeros es que los hombres del equipo dejan a sus hijos con la madre, en cambio ella tiene que dejar a su hijo al cuidado de su madre, la abuela. “Soy madre soltera, pero mi responsabilidad como rescatista requiere sacrificios personales por un bien más grande”.  

Lo más complicado en su labor como rescatista es no dejar de lado el lado humano y siempre poder ponerse en el lugar del otro. 

“Tener que dar una mala noticia a las familias es lo más difícil emocionalmente, porque uno nunca va a tener las palabras precisas. La empatía, el dolor que una como madre tiene al tener que decirle a otra madre lo que está pasando, si su hijo está mal herido o muerto. Es sumamente difícil ir donde una madre y decirle que sus hijos están muertos, eso para mí es muy doloroso, porque también soy madre. Quizás esa es una gran diferencia que tengo con mis compañeros, como yo soy mujer y soy madre mi sensibilidad es distinta, mi empatía y solidaridad con otras madres tiene mayor legitimidad para ellas. A veces los compañeros están en un trabajo tan rápido que no se detienen a ver que están dándole una noticia terrible a una persona que como ellos tienen familia, pero que en ese momento lo han perdido todo. El siempre estar atenta a los demás ha hecho posible que pueda hacer cosas para otros, como reunir familias en medio de la emergencia, familias que se separaron en el momento de la tragedia, pero que al escucharlas es posible atender sus necesidades. Como rescatista sé que nuestra labor es estar siempre al servicio y responder a las necesidades humanitarias.” 

ONU Mujeres brindó asistencia humanitaria, según las necesidades y prioridades de las mujeres. También elaboró una orientación adaptada para los proveedores de alojamiento y servicios que incluye perspectivas de género en diversos sectores de la acción humanitaria, como la educación, la protección, la nutrición, la seguridad alimentaria, la gobernanza y la prevención de la violencia de género.