Un camino a la vida después de la violencia: las casas de acogida de Ecuador

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Foto: ONU Mujeres / Johis Alarcon

Alicia P., es una ciudadana extranjera que vivió cuatro meses en la Casa de la Mujer de Quito, tras sufrir violencia económica, psicológica y física por parte de su expareja. “Aquí me ayudaron y ahora me siento fuerte. Voy a trabajar con mi familia, y mi mayor motivación es mi hijo”, contó antes de regresar a su país de origen1.

Ecuador es el país con más refugiados en América Latina y el Caribe. Hasta febrero de 2021, se registraron 70.452 personas reconocidas como refugiadas. Bajo este antecedente, las mujeres forzadas a salir de su lugar de origen experimentan discriminación, xenofobia y explotación laboral.

La violencia basada en género se manifiesta antes, durante y después del proceso migratorio, por lo que representa un continuo en sus vidas; 8 de cada 10 mujeres migrantes la han sufrido a lo largo de su vida; y siete de cada 10 han sufrido violencia sexual, 40% perpetrada por grupos irregulares armados; y 7% por policías o militares.

El reto de restituir los derechos de las mujeres en tiempos de COVID-19

La Casa de la Mujer de Quito ofrece un espacio temporal para las mujeres como Alicia, sobrevivientes de violencia, que no cuentan con redes de apoyo familiares o de amistad que les reciban en sus hogares, o que, debido al peligro que corre su vida, se vuelve indispensable alojarse en lugares que cuenten con protección adecuada.

El centro coordina su trabajo con los recursos de la comunidad y con los diferentes servicios que intervienen en resolver los problemas y necesidades de la familia con vivencias de violencia.

Según la Red Nacional de Casas de Acogida, a raíz de la pandemia se reportó un incremento solicitudes de acogimiento respecto a años anteriores. Desde enero 2020, la Casa de la Mujer ha atendido a 71 mujeres y 79 niñas y niños.

Para evitar los contagios, las familias que ingresan pasan por un periodo de aislamiento de 12 días y las salidas se limitan solo a gestiones médicas y legales para disminuir los riesgos. La pandemia ha impuesto nuevos desafíos, ante una mayor demanda de servicios de atención y mayores restricciones.

Hacia una nueva vida

La Casa de la Mujer forma parte de la Red de Casas de Acogida y trabaja con base en los principios de participación, igualdad y no discriminación con enfoque intercultural, de derechos humanos, generacional y movilidad humana (migrantes). El Municipio de Quito destinó aproximadamente 360 mil USD para su funcionamiento en el primer año, una cifra que necesitarán cada año, según estiman.

Durante su estancia en la Casa de la Mujer, que puede durar hasta seis meses, las mujeres y sus familias reciben una atención integral en la que reconstruyen su autoestima y desarrollan habilidades que les permiten iniciar emprendimientos para su autonomía económica, a partir de nuevos planes de vida.

Para esto se trabaja en tres fases, que permiten iniciar el apoyo emocional comenzar a atender la crisis, se les brinda el acompañamiento legal para realizar la denuncia y la boleta de auxilio, y se les proporciona acompañamiento de trabajo social para atenciones médicas, de ser el caso.

Adicionalmente, se trabaja un plan de acción para apoyo a proyectos de vida, en el que se generan capacidades para la autonomía y se les hace un plan de seguimiento cuando regresan a la comunidad.

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Foto: ONU Mujeres / Johis Alarcon

Apoyo de ONU Mujeres

En el marco del proyecto Caminando, ONU Mujeres y CEDEAL trabajan con profesionales que brindan servicios en seis casas de acogida, centros de atención, albergues y redes locales de prevención, situadas en las fronteras norte y sur del país y en Quito, dotándolas de herramientas que promueven el pleno ejercicio de sus derechos, el empoderamiento y la eliminación de todo tipo de violencia de género.

ONU Mujeres ha sido un socio estratégico en el apoyo a las mujeres migrantes y ha asistido a los equipos en establecer estrategias que permitan llenar los vacíos de las mujeres en mayor situación de vulnerabilidad. Sin estos apoyos se debilitarían estas acciones en estos espacios de acogida.

A partir de determinadas acciones en áreas de coordinación, trabajo social, facilitación, educativa, legal y psicología se restituyen sus derechos con el fin de que las mujeres puedan continuar con una vida libre de violencia, que respete su dignidad e integridad física, psíquica y sexual, así como el de su núcleo familiar.

A más de un año de su apertura, 50 mujeres han emprendido una vida nueva gracias a la Casa de la Mujer, la mayoría de migrantes, quienes, en un gran porcentaje han regresado a sus países de origen. Actualmente, hay nueve personas en la etapa de seguimiento y cuentan con acompañamiento social y psicológico.

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1 Tomado de: https://www.patronato.quito.gob.ec/2021/01/29/la-casa-de-la-mujer-un-ano-restituyendo-derechos-de-mujeres-victimas-de-violencia/