Transformar los cuidados, cambia vidas: hacia la autonomía de las mujeres peruanas

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La inversión en cuidados reduce la carga de trabajo no remunerado de las mujeres, quienes, históricamente, han sido las principales responsables de las labores de cuidado. Esto les permite disponer de más tiempo para acceder al mercado laboral, mejorar su capacidad financiera y fortalecer las economías locales.Con el financiamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), ONU Mujeres desarrolla el proyecto “Transformando las Economías del Cuidado”, que propone una perspectiva territorial en la construcción de políticas y sistemas integrales de cuidados. El mismo tiene incidencia en diferentes países de la región como México, Perú, Ecuador, República Dominicana y Panamá.

En países como Perú, las mujeres dedican 39 horas con 28 minutos al trabajo doméstico no remunerado, las mujeres entre los 30 y 49 años son las que más tiempo dedican a estas actividades.  

Asimismo, el tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado constituye el 52% del tiempo total destinado a trabajar. Este patrón de distribución desigual del trabajo no remunerado entre mujeres y hombres, hacen que las mujeres sean pobres en tiempo, lo que limita las oportunidades de educación, empleo y participación política, así como su tiempo libre, y representa un obstáculo tanto para su empoderamiento económico como para el disfrute efectivo de sus derechos en igualdad de condiciones que los hombres.

En América Latina y el Caribe, entre 11 y 18 millones de personas trabajan en cuidados, el 93% de ellas, son mujeres que operan en su mayoría en la informalidad (77,5%). En Perú, 439.340 personas están ocupadas en el empleo doméstico, donde el 95,1% de ellas son mujeres, la mayoría de ellas también en situación de informalidad (82,3%).  

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Asencia en la Olla Común de Villa Horizonte, Cerro Papa. Foto: ONU Mujeres Perú / María Pía Molero Mesía. 

De la olla común al empoderamiento

En la comunidad de Cerro Papa, de Villa El Salvador, en Lima, Perú, Asencia Tuanama preside la Olla Común Villa Horizonte, organización que forma parte del proyecto “Transformando las Economías del Cuidado”. Por más de doce años, la comunidad de Villa Horizonte ha confiado en el liderazgo de Asencia.

“Con el proyecto hemos comprendido la importancia de la distribución de los cuidados. Aprendimos que no todo debe recaer en nosotras, que también tenemos derecho a descansar, a estudiar, a cuidarnos”, señala Asencia. “Muchas mujeres hemos empezado a organizarnos mejor, a compartir las responsabilidades en casa y en la comunidad, y a pensar también en nuestro propio bienestar”, agrega la lidereza comunitaria.

A través del proyecto, las integrantes de la Olla Común han superado retos personales y profesionales, y transformado la realidad comunitaria a través de la autonomía y el empoderamiento en torno al tema de cuidados.  

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Asencia en el huerto de la Olla Común, Cerro Papa. Foto: ONU Mujeres Perú / María Pía Molero Mesía.

“Antes no sabíamos cómo redactar una carta, cómo presentar una solicitud. Teníamos que buscar a alguien más. Ahora, después de las capacitaciones, ya sabemos hacerlo nosotras mismas. Logramos formalizar nuestra olla común: fue un reto, nos dio miedo, pero lo hicimos. Con nuestra inscripción pudimos participar en procesos de licitación y vender refrigerios. Con esas ganancias compramos un congelador, mejoramos el espacio de la olla y estamos construyendo un nuevo ambiente. Todo eso es parte de cómo cuidamos nuestra comunidad”, indica Tuanama.

“Yo cuido dando de comer, gestionando, pensando en los niños, las niñas, en las personas mayores, en quienes más lo necesitan. Pero ahora también pienso en mí. Estoy por terminar la secundaria, quiero seguir estudiando, y he entendido que merezco tener tiempo para mí. Mi esposo también ha participado en las capacitaciones, y eso ha sido importante. Ahora compartimos más las tareas y los cuidados en casa y en la comunidad. Eso también es avanzar”, sostiene Asencia.

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Asencia en el huerto de la Olla Común, Cerro Papa. Foto: ONU Mujeres Perú / María Pía Molero Mesía. 

Asencia asegura que este proceso la ha fortalecido: “Me siento viva cuidando y cuidándome. Sé que cuando ya no esté, quedará algo sembrado en esta comunidad que tanto amo”, señala.

Acerca del Proyecto “Transformando las Economías del Cuidado”, desarrollado por ONU Mujeres, con el financiamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)

En Perú, desde el proyecto, se han impulsado dos experiencias piloto de políticas de cuidado a nivel territorial en los distritos de Comas y Villa El Salvador, en Lima Metropolitana. Entre los principales avances destacan:

  • Más de 350 personas cuidadoras —90% mujeres cuidadoras no remuneradas— fortalecieron sus capacidades en cuidados básicos y autocuidado.
  • 70 funcionarias y funcionarios públicos fueron capacitados en políticas de cuidado, fortaleciendo las capacidades institucionales para una gestión más corresponsable desde los gobiernos locales.
  • Más de 2,500 personas participaron en acciones comunicacionales de alto impacto —ferias, festivales, activaciones urbanas y muralizaciones— que pusieron los cuidados en el centro del espacio público.
  • 16 organizaciones de la sociedad civil —juntas vecinales, ollas comunes, comedores populares, organizaciones culturales, centros educativos, entre otras— se involucraron activamente en las experiencias locales de cuidado.
  • Se elaboraron propuestas de ordenanzas municipales que visibilizan el derecho al cuidado en el ámbito local y sientan las bases para institucionalizar esta agenda desde los gobiernos distritales.