Protegiendo a las caminantes en la frontera colombo ecuatoriana 

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Mujeres en tránsito por la frontera colombo ecuatoriana, recibiendo kits humanitarios con enfoque de género y protección. Foto: ONU Mujeres / Luis Ponce.

Desde 2023, ONU Mujeres trabaja en Colombia y Ecuador en la implementación del proyecto binacional “Proteger a las Caminantes”, con el financiamiento de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE). Esta iniciativa busca acompañar y cuidar a las mujeres y niñas que cruzan la frontera, ofreciéndoles apoyo para que su camino sea más seguro, digno y lleno de esperanza.

El tránsito migratorio en esta zona fronteriza expone a muchas mujeres y niñas a múltiples formas de violencia, incluida la violencia basada en género y el riesgo de ser víctimas de trata de personas. Según Migración Colombia, aproximadamente 830 personas transitan de manera irregular diariamente la frontera colombo-ecuatoriana.  

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Atención psicológica y jurídica a mujeres en movilidad humana, en articulación la institucionalidad, fuerza pública y organizaciones de base comunitaria. Foto: ONU Mujeres / Jonathan Polo.

El proyecto “Proteger a las Caminantes” tiene como objetivo reducir la vulnerabilidad a estas formas de violencia y fortalecer las rutas de protección transfronterizas, garantizando que las mujeres y niñas puedan acceder a espacios seguros y acompañamiento a lo largo de su trayecto. Por eso, cortar los ciclos de violencia y ofrecer rutas de protección integrales es fundamental.  

El poder de las rutas de protección en Ecuador  

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A través del proyecto Proteger a las Caminantes, Evelyn (nombre protegido) tuvo acceso a acompañamiento psicosocial, un kit humanitario con enfoque de género e información clave para protegerse en el tránsito Foto: Proyecto Binacional "Proteger a las caminantes.

Evelyn (nombre protegido) cruzaba fronteras huyendo de la violencia. Vivía con miedo y las cicatrices de haber sido víctima de violencia por parte de su pareja. A pesar de ello, estaba determinada a proteger a sus dos hijas pequeñas y de reconstruir, juntas, una vida libre de violencia.

El trayecto no fue fácil. Como muchas mujeres migrantes en situación irregular, Evelyn enfrentó agresiones, amenazas de su expareja y el temor constante a que él la localizara durante el viaje.

Su historia no es aislada. Cada día, cientos de mujeres en movilidad humana atraviesan fronteras marcadas por el trauma de la violencia vivida y la ausencia de redes de protección. En 2025, más 440.450 personas refugiadas y migrantes de origen venezolano se encuentran en el país, muchas de ellas mujeres y niñas expuestas a violencia de género, trata, abuso y discriminación. 

Un espacio seguro para empezar a sanar

Cuando Evelyn llegó a Tulcán, su cuerpo y su espíritu estaban exhaustos. Fue en el Centro de Atención Temporal (CAT) de Rumichaca donde por primera vez en semanas pudo detenerse. Este Centro de Atención Temporal, administrado y atendido por personal de ADRA, forma parte de los Centros de Atención y Casas de Acogida fortalecidas en el margen del proyecto binacional “Proteger a las Caminantes”, ejecutado por ONU Mujeres con el financiamiento de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).  

Nada más cruzar la puerta, el equipo técnico, capacitado en detección temprana de trata y violencia basada en género (VBG), percibió su situación. Le ofrecieron un espacio confidencial en el que contó su historia. Mientras tanto, sus hijas eran llevadas a los espacios de cuidado, pensados para que niñas y niños en tránsito pudieran volver a vivir una infancia segura, aunque fuera por unas horas.

Al principio, las niñas apenas se atrevían a jugar. Miraban todo con desconfianza, se aferraban una a la otra. Pero a medida que pasaban los días y que Evelyn recibía atención psicosocial y herramientas para manejar el trauma, algo empezó a cambiar también en ellas.  

Una red de cuidado en el camino

Para Evelyn, el cambio no fue inmediato, pero si profundo. Recibió acompañamiento psicosocial, un kit humanitario con enfoque de género, información clave para protegerse en el tránsito y, quizás lo más importante, la certeza de que no estaba sola.

Sus hijas también comenzaron a participar en las actividades y a interactuar con otros niños y niñas, mostrando mayor confianza y seguridad en el espacio. Evelyn misma notaba el cambio: “Hoy siento que puedo seguir avanzando. El miedo ya no me paraliza. Mis hijas me preguntan cuándo volverán a jugar. Eso para mí es un regalo inmenso”, dijo antes de continuar su camino.

Por medio de la consolidación de la Red Binacional de Casas de Acogida y Alojamientos Temporales, Evelyn fue una de las primeras mujeres referenciadas a través de este mecanismo. Así, pudo continuar su tránsito hacia Colombia con apoyo, sabiendo que allí también la esperaba una red de protección. 

Proteger a las Caminantes busca la prevención, detección y respuesta frente a la trata de personas y la violencia de género 

De Valencia a Pasto: la historia de una mujer que migró para salvar y empoderar a otras

En el 2018, Joseline del Carmen Reyes tenía 38 años cuando tomó una de las decisiones más difíciles y transformadoras de su vida: dejar su natal Valencia, en el centro de Venezuela, y migrar a Colombia. “Mi vida, como la de muchas mujeres migrantes, comenzó realmente cuando decidí migrar”, afirma Joseline con convicción.

La ciudad de Pasto, en el departamento de Nariño, se convirtió en su nuevo hogar. Allí llegó impulsada por la confianza de amistades colombo-venezolanas que le ofrecieron una posibilidad en medio del caos.

Aunque es ingeniera química de formación, Joseline encontró su verdadera vocación en el trabajo social. Al convivir con personas en situación de movilidad, descubrió una nueva misión de vida. 

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Carpa humanitaria para la atención a mujeres en movilidad humana en el municipio de Pasto y entrega de kits humanitarios, con visita del donante Agencia Suiza para el Desarrollo.  Foto: ONU Mujeres / Jonathan Polo

“Al conocer de cerca las realidades de personas en situación de movilidad, supe que quería hacer algo más”, recuerda. “Me formé en derechos, salud y educación para poder acompañar y empoderar a otras personas migrantes.”

Ese compromiso la llevó a convertirse en una voz activa dentro de su comunidad. Hoy, Joseline es parte de la colectiva Mujeres Líderes Independientes (LINDES), un grupo de mujeres migrantes y colombianas que trabajan juntas por un objetivo común: prevenir la violencia de género y fortalecer el poder de las mujeres.

“Así nació mi liderazgo”, explica. “En LINDES trabajamos por un mismo sueño: prevenir la violencia de género y fortalecer el poder de las mujeres.”  

La historia de Joseline es un testimonio de cómo la migración, aunque marcada por la necesidad, puede convertirse en una oportunidad para reconstruir la vida y transformar realidades. Su liderazgo no solo inspira, sino que también abre caminos para otras mujeres que, como ella, buscan un nuevo comienzo. 

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Joseline Reyes forma parte de la colectiva Mujeres Líderes Independientes (LINDES) cuyo objetivo es prevenir la violencia de género. Joseline es parte del proyecto ‘Proteger a las Caminantes’. Foto: ONU Mujeres / Luis Ponce.

“Ser parte del proyecto ‘Proteger a las Caminantes’ ha sido profundamente transformador para nosotras. Nos ha permitido tener contacto directo con expertas y expertos en trata de personas, visibilizar el delito, exigir rutas institucionales eficaces y, sobre todo, proteger vidas. Este proyecto nos permite entender la frontera no como una línea que divide, sino como un espacio binacional de cuidado”, afirma Joseline.

“Muchas veces, quienes son víctimas de trata no se reconocen como tales. Yo misma viví momentos en los que estuve cerca de ser explotada sexualmente sin saberlo: ofertas de trabajo falsas, promesas de viajes al exterior que escondían redes de explotación, invitaciones a ‘recolectar café’ que no eran lo que decían ser. Pero entre todas nos hemos salvado. Entre mujeres, hemos sido red de protección. Nadie está exento de caer, por eso la prevención debe ser constante”, indica Joseline.

La trata de personas, considerada una forma moderna de esclavitud, vulnera gravemente los derechos humanos y afecta a millones en todo el mundo. Frente a esta realidad, el proyecto Proteger a las Caminantes busca brindar protección y apoyo a mujeres y niñas migrantes en situación de riesgo en zonas fronterizas. 

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En 2024 un total de 4.640 personas en situación de movilidad humana accedieron a servicios de alojamiento temporales colectivo en Colombia y Ecuador. De ellas, 999 fueron mujeres. Foto: ONU Mujeres / Luis Ponce

Tejiendo nuevas rutas de protección

Uno de los avances clave del proyecto es la creación de un directorio binacional para referencia de casos, que será validado por Ecuador y Colombia. Además, la Red Binacional de Casas de Acogida y Alojamientos Temporales, que integra ya nueve espacios de acogida, ha comenzado a operar como un puente seguro para mujeres y niñas en movilidad.  

En Ecuador el fortalecimiento de espacios ha sido tangible: la reapertura de una casa de acogida en Tulcán, la capacitación de equipos técnicos en 5 espacios de protección en las provincias de Carchi, Imbabura y Sucumbíos, y talleres comunitarios que alcanzaron a casi 400 mujeres, promoviendo estrategias de prevención y autocuidado. En Colombia se han fortalecido 4 espacios de acogida, con asistencia técnica, dotación, capacitación y mejora de capacidades institucionales.

En 2024 un total de 4.640 personas en situación de movilidad humana accedieron a servicios de alojamiento temporales colectivo en Colombia y Ecuador. De ellas, 999 fueron mujeres (572 en Colombia y 681 en Ecuador), 999 hombres (498 en Colombia y 501 en Ecuador), 1.170 niñas (447 en Colombia y 771 en Ecuador) y 1.170 niños (493 en Colombia y 677 en Ecuador).  

A través del proyecto también se han entregado 756 kits humanitarios (417 en Colombia y 339 en Ecuador) con un enfoque prioritario en mujeres, niños y niñas, esta iniciativa no solo proporciona insumos esenciales como alimentos, artículos de higiene y abrigo, sino que también contribuye a fortalecer la protección, el acceso a derechos y la dignidad de quienes enfrentan enormes desafíos en su camino.

Un camino digno  

La historia de Evelyn y sus hijas en Ecuador, demuestra que transformar las rutas de movilidad humana es posible y que estas rutas pueden convertirse en trayectos donde los derechos se reconocen y se garantizan. Los cambios en su experiencia de tránsito reflejan el impacto de un modelo que prioriza el acceso a la información, la toma de decisiones informadas y la construcción de entornos seguros y respetuosos.

“Cuando las mujeres y niñas en movilidad cuentan con rutas de protección reales, el tránsito deja de ser un riesgo y se convierte en un espacio para ejercer sus derechos. Cada decisión informada y cada espacio seguro fortalecen su autonomía”, así lo afirma Evelyn.  

Por su parte, Joselin Reyes, en Colombia, dice: “Caminamos junto a las mujeres en tránsito, las orientamos hacia alojamientos seguros, les damos refrigerios, primeros auxilios, información sobre sus derechos, y, lo más importante, les ofrecemos una palabra, una escucha. Porque nunca sabremos cuándo una palabra puede salvar una vida”.  

Haberse convertido en un referente para su comunidad es una responsabilidad que Joseline lleva con orgullo. “Colombia, y especialmente Nariño, nos ha abierto espacios institucionales. Hay mucho por hacer, pero también muchos logros que celebrar”, asegura Joseline.

“Salvar vidas no siempre es heroico ni visible. A veces, es solo estar ahí, escuchar, tender la mano. Y si en ese gesto alguien encuentra fuerza para seguir su camino y rehacer su vida, entonces todo vale la pena. Porque proteger a las caminantes, es proteger la vida”, señala Joseline.  

Con esta iniciativa, ONU Mujeres y COSUDE continúan avanzando en la reducción de riesgos específicos que enfrentan mujeres y niñas en la frontera sur de Colombia, promoviendo rutas seguras, mecanismos de protección efectivos y una respuesta institucional coordinada y comprometida con su dignidad y seguridad. 

Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas.