El informe, titulado “Asuntos pendientes: el sector privado y la igualdad de género. Transformar los compromisos empresariales en igualdad para todas las mujeres y niñas”, ofrece una visión general completa del desempeño de las empresas en materia de igualdad de género, basándose en datos de miles de empresas de 117 países para demostrar cómo la igualdad de género sigue siendo un objetivo pendiente en el mundo y una de nuestras mayores oportunidades. Muestra cómo cerrar las brechas de género es un imperativo tanto moral como legal y es beneficioso para las empresas y las economías.
“Este es un momento decisivo”, afirmó Kirsi Madi, directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres. “Treinta años después de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, y a solo cinco años de que finalice el plazo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), estamos llamados a cumplir la promesa que le hicimos a la mitad del mundo. Las empresas no pueden permitirse el lujo de considerar la igualdad de género como algo opcional”.
Se están realizando avances. El informe destaca cómo las leyes y regulaciones están impulsando avances en materia de transparencia salarial, diversidad y seguridad en el lugar de trabajo. El sector privado está ampliando sus compromisos, políticas y prácticas en favor de la igualdad de género y las empresas con equipos directivos mixtos tienen un 25 % más de probabilidades de obtener mejores resultados en términos de rentabilidad. A nivel macroeconómico, el logro de la paridad de género podría aportar un total de 342 billones de dólares a la economía mundial para 2050.
Sin embargo, a pesar de estas medidas positivas, el informe concluye que los avances en materia de igualdad de género siguen siendo demasiado modestos, desiguales, poco difundidos, sensibles a reacciones adversas o retrocesos, y que siguen produciéndose daños reales. Las mujeres solo representan el 39 % de la población activa mundial, siguen concentradas en los puestos peor remunerados, se enfrentan a diferencias salariales persistentes del 20 % y sufren mayores índices de acoso sexual en el lugar de trabajo.
Y la inacción no es neutral: es costosa. La desigualdad de género en los ingresos a lo largo de la vida entre mujeres y hombres representa 160 billones de dólares en riqueza mundial perdida. Cada retraso agrava las pérdidas económicas, debilita la estabilidad social y socava el futuro que prometimos.
Es alentador que cada vez haya más pruebas que demuestran los efectos transformadores que se producen cuando los gobiernos, las empresas y las Naciones Unidas colaboran para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Desde Tanzania hasta Canadá, y desde Bolivia hasta Jordania, el informe destaca prácticas emergentes que están abriendo nuevos caminos, desde bonos de género y aceleradores de cuidados hasta cadenas de suministro inclusivas y lugares de trabajo más dignos.
Las conclusiones dibujan un panorama claro: cuando se exige, se mide y se dota de recursos para la acción, se produce el cambio. Cuando es voluntaria o fragmentaria, el progreso se estanca.
“El cambio histórico está al alcance de la mano, pero ningún actor puede cerrar por sí solo las brechas de género”, concluyó Madi. “Todos debemos actuar juntos, ahora, para cerrar la brecha entre el compromiso y los resultados reales”.
El camino para seguir requiere urgencia y ambición.
Los gobiernos deben crear y hacer cumplir entornos propicios que garanticen la igualdad de género y los derechos de las mujeres, y alinear los incentivos empresariales con los objetivos de igualdad.
Las empresas deben integrar la igualdad en sus estrategias fundamentales, no causar daño y pasar de los compromisos voluntarios a resultados medibles.
Se necesitan mejores datos para impulsar la rendición de cuentas.
Todos los actores deben trabajar en colaboración para lograr el cambio que las mujeres y las niñas han esperado durante demasiado tiempo.
Con la intensificación de las reacciones negativas y la proximidad de la fecha límite para los ODS, seguir como hasta ahora ya no es una opción. El tiempo de las medias tintas ha pasado.
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