| Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas. |
Desde Ñuble, Jessika lidera un proyecto científico juvenil contra el cambio climático
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Con una curiosidad innata y el deseo de comprender cómo funciona el mundo, Jessika Hurtado, estudiante de segundo medio del Liceo Bicentenario de Excelencia Polivalente San Nicolás, en la Región de Ñuble de Chile, encontró en la ciencia una forma de expresarse, aprender y soñar. Su historia refleja la motivación de una nueva generación de niñas y jóvenes que están abriendo caminos en la ciencia y la tecnología gracias a espacios de aprendizaje organizados por ONU Mujeres y diversas organizaciones aliadas.
Jessika fue una de las cerca de 100 niñas y jóvenes que participaron en los talleres “Circuito eléctrico para comunicarnos” impulsados por ONU Mujeres junto a la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en el marco del proyecto interagencial “Comunidades conectadas”, una alianza que promueve actividades transformadoras para la inclusión digital de género en los sectores rurales. Los talleres, desarrollados en colaboración con las ong Ingeniosas y Campus On Chain, con el apoyo de Technovation Girls, buscaron acercar el mundo digital a niñas y adolescentes de zonas alejadas de los principales centros urbanos del país, fomentando su participación activa en la ciencia y la tecnología.
De la curiosidad al laboratorio
Jessika recuerda que su interés por la ciencia nació de manera espontánea. “Siempre me hacía preguntas sobre cómo se formaban las cosas o de dónde nacían”, cuenta. “Nunca pensé que la ciencia era lo mío, pero postulé a un programa del colegio más por curiosidad… y me terminó gustando mucho”.
Hoy lidera un proyecto que combina ciencia, innovación y compromiso ambiental. Su investigación, la cual bautizó con el nombre de Fixa Terra, busca mejorar el cultivo de cilantro mediante el uso de una bacteria natural resistente a heladas y sequías, que podría fortalecer los cultivos frente al cambio climático.
“Queremos aplicar una bacteria llamada Rhizobium, que encontramos en las raíces de plantas leguminosas. Nuestra idea es comparar plantas de cilantro con y sin la bacteria, y ver cuál crece mejor. El objetivo es ayudar a que el cultivo sea más resistente”, explica con entusiasmo.
El nombre del proyecto tiene un doble sentido. “‘Fixa’ viene de fijación y ‘Terra’ de tierra; es un juego de palabras, porque se trata justamente de fijar la vida en el suelo”, añade.
Un espacio para aprender sin miedo
Aunque se considera tímida, Jessika reconoce que participar en ferias científicas le ha ayudado a ganar seguridad y confianza. “Me gusta participar en ferias porque puedo hablar de mi proyecto con personas interesadas en lo mismo. Ahí se me pasa la timidez”, comenta sonriendo.
Pone en valor los talleres realizados junto a ONU Mujeres. “Me parecieron muy entretenidos. Deberían hacerse más instancias así, porque hay muchas mujeres que quieren trabajar en estas áreas, pero no se atreven por miedo. Estos espacios les dan confianza”.
Para Jessika, fomentar la participación de niñas y mujeres en la ciencia es una cuestión de igualdad y justicia. Al respecto sostiene: “Debería haber un campo de igualdad, donde un género no destaque más que otro. Muchas veces las mujeres no se atreven, y eso debería cambiar”.
Soñar con el futuro
Cuando piensa en el futuro, Jessika no tiene aún una carrera definida, pero sí una convicción. Quiere seguir investigando. Le apasionan la biología, la química y el estudio del cerebro humano.
“Estoy tratando de elegir una carrera que incorpore la investigación científica, porque es algo que me gusta mucho y no quiero dejar de lado”, asegura. Además de la ciencia, tiene otra pasión: los idiomas. “Por mí aprendería todos los idiomas del mundo”, dice entre risas.
En el marco del Día Internacional de la Niña, Jessika deja un mensaje para todas aquellas jóvenes que sienten curiosidad por entender cómo funciona el mundo: “Si tienen ganas de investigar o entender cómo funciona el mundo, la ciencia es para eso. No importa si al principio parece difícil; en la ciencia uno aprende con el ensayo y error. Que el miedo a fallar no las detenga”.
Con testimonios como este, ONU Mujeres reafirma su compromiso con la promoción de la participación plena y significativa de las mujeres y niñas en las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). A través de proyectos interagenciales como “Comunidades conectadas”, el Sistema de las Naciones Unidas en Chile impulsa oportunidades educativas, tecnológicas y de liderazgo que permiten a niñas y jóvenes de todo el país desarrollar sus talentos, fortalecer su confianza y convertirse en protagonistas de un futuro más justo, inclusivo y sostenible.