Matrimonio infantil y uniones tempranas en contextos humanitarios y de crisis en América Latina y el Caribe
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Los Matrimonios Infantiles y las Uniones Tempranas son fenómenos complejos relacionados con desigualdades de género, violencia, pobreza, abandono escolar, embarazo adolescente y marcos legales y políticas inadecuadas que roban a las niñas y adolescentes oportunidades para su presente y futuro.
En la región, 1 de cada 4 mujeres de 20 a 24 años contrajo matrimonio por primera vez o mantenía una unión temprana antes de cumplir los 18 años. Esta región es la única del mundo donde no ha habido una reducción del matrimonio infantil y las uniones tempranas en los últimos 25 años.
Durante la pandemia del coronavirus…
La pandemia del Coronavirus ha impactado fuertemente la economía de las familias y ha significado un aumento de la pobreza. Esto puede generar que las familias contemplen el matrimonio de sus hijas como un alivio económico.
1 de cada 5 niñas/adolescentes en América Latina y el Caribe contrae matrimonio con un hombre al menos 10 años mayor.
Permanecer en la escuela y completar la educación secundaria, son las mejores estrategias para prevenir el matrimonio infantil y las uniones tempranas. Con el cierre de las escuelas durante la COVID-19, existe el riesgo de que las uniones se incrementen.
Cuando las escuelas vuelvan a abrir, menos niñas y adolescentes regresarán a la escuela.
Durante la pandemia, la dependencia económica, el aislamiento de las familias y la violencia dentro del hogar, hace que las niñas y adolescentes casadas o unidas, tengan mayor dificultad para acceder a servicios de salud o protección.
El matrimonio infantil y las uniones tempranas se puede incrementar entre los grupos de niñas migrantes y refugiadas para paliar su pobreza o para conseguir documentación necesaria para un país de destino. En el contexto de la COVID-19, esta tendencia puede aumentar si los servicios nacionales no crean medidas específicas para poblaciones migrantes o indocumentadas.
Durante la COVID-19, el acceso a la salud sexual y reproductiva puede disminuir por la reducción de los servicios disponibles y las medidas de confinamiento.
Las niñas casadas o en unión tienden a tener su primer hijo/a antes de cumplir los 18 años, y con poco espacio entre nacimientos.
Las adolescentes madres y embarazadas acuden con menor frecuencia a servicios de salud sexual y reproductiva por la revictimatización y discriminación que experimentan. Trabajadores/as de primera línea, no deben juzgar a las madres adolescentes –no conocen las circunstancias de sus embarazos.
Es probable que las adolescentes en unión se enfrenten a una mayor violencia de pareja, pero es posible que no busquen ayuda debido a la discriminación por estar en unión.