ODS 16: Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles

Foto: ONU Mujeres/Ina Riaskov

Metas

  • Reducir considerablemente todas las formas de violencia y las tasas de mortalidad conexas en todo el mundo.
  • Poner fin al maltrato, la explotación, la trata, la tortura y todas las formas de violencia contra los niños.
  • Promover el estado de derecho en los planos nacional e internacional y garantizar la igualdad de acceso a la justicia para todos.
  • Para 2030, reducir de manera significativa las corrientes financieras y de armas ilícitas, fortalecer la recuperación y devolución de bienes robados y luchar contra todas las formas de delincuencia organizada.
  • Reducir sustancialmente la corrupción y el soborno en todas sus formas
  • Crear instituciones eficaces, responsables y transparentes a todos los niveles
  • Garantizar la adopción de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades a todos los niveles.
  • Ampliar y fortalecer la participación de los países en desarrollo en las instituciones de gobernanza mundial.
  • Para 2030, proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos, en particular mediante el registro de nacimientos.
  • Garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales.
  • Fortalecer las instituciones nacionales pertinentes, incluso mediante la cooperación internacional, con miras a crear capacidad a todos los niveles, en particular en los países en desarrollo, para prevenir la violencia y combatir el terrorismo y la delincuencia.
  • Promover y aplicar leyes y políticas no discriminatorias en favor del desarrollo sostenible.
ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas

Las sociedades pacíficas e inclusivas cumplen con el estado de derecho y aseguran el acceso igualitario a la justicia. Asimismo, protegen a las personas ante todas las formas de violencia, incluida la violencia de género, y vigilan la corrupción y el crimen organizado. La toma de decisiones a todos los niveles es inclusiva y sensible, y se respetan las libertades fundamentales. Las leyes y las políticas se aplican sin discriminación. Durante las guerras o los conflictos, a menudo las mujeres tienen a su disposición menos recursos para protegerse, y con frecuencia representan, junto con las niñas y los niños, la mayor parte de las poblaciones desplazadas y de personas refugiadas. En las guerras se utilizan tácticas específicamente dirigidas contra ellas, como la violencia sexual.

Las mujeres han progresado en cuanto a representación en la toma de decisiones, tanto en algunos procesos de paz como en el ámbito de la gobernanza más general. Pese a todo, las cifras reflejan una desigualdad que todavía persiste. De 1992 a 2011, sólo el 9 por ciento de las personas que negociaban en las mesas de paz eran mujeres [1], a pesar de que la histórica resolución 1325 que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó en el año 2000 reconocía que las mujeres debían desempeñar papeles fundamentales en este sentido. En agosto de 2015, únicamente el 22 por ciento de los escaños parlamentarios nacionales estaban ocupados por mujeres [2].

Para las mujeres de muchas sociedades, las perspectivas de paz se ven socavadas por la violencia de género. Las mujeres representan el 98 por ciento de los 4,5 millones de personas estimadas a las que se somete mediante explotación sexual, por ejemplo.[3] La discriminación de género como parte de sistemas jurídicos incluye la ausencia de castigo para los agresores que cometen actos de violencia de género.

Si se protegen plenamente todos los derechos de las mujeres, sin excepción, en todas las leyes y prácticas, será posible lograr sociedades pacíficas e inclusivas.

ONU Mujeres promueve la paz y la inclusión respaldando la participación de las mujeres en todos los aspectos de las negociaciones de paz, consolidación de la paz y reconstrucción para lograr sociedades inclusivas. La entidad capacita a responsables del mantenimiento de la paz para detectar, abordar y poner fin a la violencia sexual relacionada con los conflictos. También lleva a cabo otros esfuerzos como el respaldo de una reforma sensible al género de las instituciones de seguridad y justicia, el acceso universal a la justicia, la incorporación o implementación de leyes que penalicen la violencia contra las mujeres y la prestación de servicios públicos que cubran plenamente las necesidades de las mujeres.

Historias

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Coincidiendo con la nueva ley, Brasil es el primer país piloto en adaptar el Modelo de protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violentas de mujeres por razones de género, impulsado por ONU Mujeres y el ACNUDH.


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Notas

[1] ONU Mujeres (2012), Women’s Participation in Peace Negotiations: Connections Between Presence and Influence, p. 2-3.

[2] Unión Interparlamentaria (2015), Women in national parliaments.

[3] Organizacion Internacional del Trabajo (2012), ILO Global Estimate of Forced Labour: Results and Methodology, p. 14.