ONU Mujeres ante los contextos de crisis y emergencias en América Latina y el Caribe
América Latina y el Caribe es una de las regiones con mayor exposición a desastres del planeta, especialmente las islas del Caribe. Esta característica geográfica unida a su alto grado de vulnerabilidad y a los efectos adversos producidos por el actual cambio climático, sitúan a la región bajo un alto riesgo de desastres. Igualmente alarmante son los altos índices de violencia que imperan en la región, siendo mujeres y niñas las principales víctimas. Las crisis humanitarias, independientemente de la causa que las origine, afectan a mujeres, hombres, niñas y niños de manera desigual. Concretamente, son mujeres y niñas las más vulnerables a sufrir los efectos negativos provocados por las crisis humanitarias. Por este motivo, un requisito indispensable para que las respuestas humanitarias sean efectivas es que consideren las características específicas de todos los segmentos poblacionales afectados, incluyendo a mujeres y niñas como agentes de fortalecimiento de la resiliencia ante riesgos de desastres y el cambio climático.
En este contexto, y en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ONU Mujeres promueve el posicionamiento real y efectivo de las mujeres como sujetos de derechos, garantizando la igualdad entre las mujeres y los hombres como socios y beneficiarios de la acción humanitaria. Esto incluye: proporcionar conocimientos especializados en materia de género a los mecanismos de coordinación humanitaria; que mujeres y niñas tengan acceso a la información, las aptitudes y los recursos para asegurar las oportunidades de subsistencia en contextos humanitarios; y la recogida y uso de datos desagregados por sexo. En estos trabajos de respuesta y recuperación, las organizaciones de mujeres juegan un papel de liderazgo fundamental. Gracias a estos esfuerzos, más mujeres desempeñan un rol protagónico y son mejor atendidas en respuesta a emergencias humanitarias. Para robustecer estas acciones, es necesario extraer las buenas prácticas y las lecciones aprendidas de las distintas situaciones de emergencia ocurridas en la región para así, fortalecer los procedimientos de respuesta organizacional frente a las situaciones de emergencia.
Igualmente, para una actuación eficaz se hace indispensable el trabajo conjunto entre los diferentes actores involucrados en la tarea de minimizar las consecuencias negativas provocadas por las crisis humanitarias. Buena prueba de ello son los éxitos alcanzados en las acciones impulsadas por ONU Mujeres en colaboración con la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), y el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) ante el conflicto armado en Colombia; las acciones conjuntas con la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y el UNFPA orientadas a fortalecer el tejido social en Brasil frente a la epidemia de zika; la alianza de ONU Mujeres con la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) y con la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) para sensibilizar e incorporar el enfoque de género en la estrategia nacional de reducción de riesgos en Honduras; la colaboración entre ONU Mujeres y UNFPA para coordinar la respuesta a la violencia de género y la alianza con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para introducir la perspectiva de género en las labores de recuperación temprana tras el terremoto de 2016 en Ecuador; la colaboración con el Equipo de las Naciones Unidas de Evaluación y Coordinación en Casos de Desastre (UNDAC) para incorporar el enfoque de género en el mapeo de los diferentes actores sociales afectados por el incendio forestal en Chile; o la alianza con UNICEF incorporando la igualdad de género en la respuesta humanitaria frente al Huracán Matthew en Haití. Actualmente, ONU Mujeres en cooperación con la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) y UNISDR, está iniciando un programa regional de gestión de desastres ofreciendo un enfoque multifacético para abordar de manera cohesiva la desigualdad de género en los trabajos de gestión de riesgos y respuesta a desastres.
Esto son sólo algunos ejemplos de cómo a través de las alianzas, ONU Mujeres fortalece el desempeño de su trabajo y juega un papel decisivo en la implementación de respuestas humanitarias con enfoque de género.
Frente a las crisis futuras, epidemias y desastres vinculados con el actual cambio climático en nuestra región, es necesario ampliar el uso de datos desagregados por sexo en las evaluaciones de necesidades post-crisis.
También es imprescindible potenciar a las mujeres y niñas como agentes de cambio, situándolas en el centro de toda respuesta puesto que son actores clave, tanto para el fortalecimiento de la resiliencia ante riesgos de desastres, como para la formulación y seguimiento de políticas públicas y marcos normativos. Estos esfuerzos son esenciales para avanzar hacia el logro de los ODS y hacia un planeta 50-50 al horizonte del 2030.
Luiza Carvalho
Directora Regional ONU Mujeres Américas y el Caribe