La voz de las mujeres frente a la COVID19: Lo que nos queda es trabajar

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Foto: Programa MELYT

"Mi vida ha estado llena de experiencias. Y eso me ha ayudado para conectar con otras mujeres. En estos momentos de angustia, lo que nos queda es trabajar las unas por las otras. Y poder hacer mucho dentro de mi territorio".  Nora Morales, lideresa en el municipio de San Ignacio, departamento Chalatenango, colabora con ONU Mujeres a través del programa MELYT.

Nos hemos visto interrumpidas por la pandemia

Al inicio nos formarnos unas 36 mujeres. Y fuimos a la alcaldía a exigir. Estábamos en el conocimiento de que la Municipalidad tenía que tener una unidad de la mujer y el alcalde accedió. Yo tengo 9 años de estar en procesos. Primero conformamos el Consejo Consultivo hasta que vinimos a la formación de la Red de Mujeres Hosagua en el 2017. Desde entonces, ya más a fondo, he podido ayudar a muchas mujeres.

Ahora, nos hemos visto interrumpidas. Había procesos de formación y también estábamos dándonos a conocer a las instituciones, tanto locales como gubernamentales; para que conozcan qué quiere la Red para el territorio: dar apoyo y gestionar proyectos para las mujeres. Nos ha ayudado, aquí en lo local, que ellas puedan tener su propio emprendimiento y llevar un capital semilla a estas mujeres.

Hemos tenido el apoyo del Plan Trifinio. Nos hemos venido a nivel de país y a nivel de la trinacional también, que los tres países estemos en la misma sintonía. Que esta red no se quede solo con lo local, sino que tratemos de articular a todo el territorio. Hasta ahorita tenemos 43 municipios a lo largo de los 3 países.

 
"Ese día, como que de mí se arrancó aquello que venía ahogándome el corazón. Y créame que se llenó la sala de llanto por lo que yo conté.17 años aguanté al papá de mis hijos ¿Y por qué aguanté tanto?" A lo largo de la entrevista, Nora nos cuenta algunas de sus experiencias. 
 

Es una gran incógnita cuántas mujeres estarán sufriendo

Hay hombres que no colaboran dentro del hogar. Muchas mujeres sufren porque el hombre, amargado porque ve que no puede salir. Quizá del sillón a la cama, a la televisión. Que ya con el teléfono no le da abasto la carga, con lo que pueda estar entretenido. Yo creo que es una gran incógnita. No sabría cuántas habrá de esas mujeres que amanecen y desean que llegue la hora de que el esposo se vaya a trabajar y las deje tranquilas. No es fácil.

Yo pienso que dentro de esta situación se está viviendo ahorita el problema. Pero veo también el beneficio: “que se dé cuenta este hombre de lo que yo paso en mi casa”. Porque usted sabe que una, de mujer, desde que amanece: que esto, que lo otro, que el quehacer, que los niños, que el desayuno, el almuerzo, que hay que lavar, que hay que hacer limpieza. En fin, que una no para. Y es el momento de que los hombres vean que el trabajo de la mujer, aunque no es remunerado, es duro.
 

Ofrecer apoyo como lideresas

Pienso que una de las acciones que sería bonita es tener un acercamiento más dentro de los territorios. Porque aquí dentro de los territorios hay muchas mujeres que tienen su autoestima muy baja.

En lo profesional he estado apoyando moralmente a las mujeres. Tenemos grupos de WhatsApp y de esa manera podemos estar en contacto. Nos hemos estado comunicando, fortaleciéndonos. Dándoles a conocer que no desfallezcan, que sigan adelante, mantenerlas informadas de toda la situación, que se sientan apoyadas siempre moralmente de parte de nosotras como lideresas.

También en una ocasión hemos podido ayudar a familias de bajos recursos y hemos podido recoger víveres y llevar y hacérselo llegar a algunas familias. De esa manera, nos hemos acercado a ellas también.

El bono lo reciben los hombres

La mayoría de las mujeres tampoco han recibido el bono porque lo reciben los hombres. De hecho, he estado ayudando a una mujer sobre su situación. Ella ya tiene dos años de separada con su esposo y, cuando empezaron a anunciar esto del bono, ella me dio su DUI para que yo buscara. No le salió y le pregunté si tenía algún documento del esposo. Dicho y hecho, él salía beneficiado. Fíjese que, aunque él vive en la casa de su mamá con otra mujer, él salía beneficiado. Yo lo que he hecho es rellenarle el reclamo a ella. Pido a Dios que le salga, porque realmente es una mujer sola. Es empleada doméstica. Ahora no trabaja y no cobra. Aunque le llegue el bono, son $300 para cuatro hijos. Yo le pregunté “¿cuánto gasta usted de tortillas al día?” y me dijo $2 al día, en tortillas solamente. Así que yo pienso que esta situación afecta principalmente a las mujeres porque uno de mujer es quién está pendiente de la casa.

La voz de las mujeres frente a la COVID19- Lo que nos queda es trabajar
Foto: Programa MELYT

Aquí en las áreas rurales las mujeres viven de los cultivos: hortalizas, repollo, chile, papá y también flores. Hay muchas que cultivan flores y las comercializan en el casco urbano.

A raíz de esta pandemia ya no están vendiendo sus hortalizas. Viven en la zona alta. Entonces, no están bajando a vender. Hablaba con una señora y me decía que se están echando a perder. Se ven limitadas con el transporte.

Nora nos contó muchas experiencias interesantes en su trabajo como lideresa. Iremos publicando este testimonio en las redes sociales porque desde ONU Mujeres queremos darle voz a todas las mujeres con las que trabajamos para lograr la igualdad de género, las verdaderas protagonistas de nuestro quehacer. Como nos demuestra Norita, la COVID19 afecta principalmente a las mujeres. El trabajo de ONU Mujeres en estos territorios () fortaleciendo la red Hosagua para que puedan apoyar y gestionar recursos que logren el empoderamiento económico de las mujeres constituirá un esfuerzo importante para conseguir la recuperación de los territorios tras la crisis de la pandemia. El testimonio de Norita también demuestra que el trabajo que hemos venido haciendo con lideresas naturales se convierte en una importante herramienta para la resiliencia de las mujeres. Manténganse atentos, porque estamos recorriendo el país escuchando a las mujeres y queremos mostrar en su voz las repercusiones y, sobre todo, las opciones que deberíamos potenciar para planificar el rescate tras la crisis ecónomica y social que se deriva de la COVID-19 .


Como una de las acciones de respuesta al desafío de hacer local la agenda global del desarrollo sostenible, la Oficina regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, ha lanzado en 2018 el programa MELYT Mujeres, economía local y territorios, financiado por  la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS), para dar asistencia técnica a los países de la región SICA, que han mostrado interés en la territorialización del eje de autonomía económica de las mujeres de la PRIEG/SICA (Política Regional de Igualdad y Equidad de Género del Sistema de Integración Centroamericana)