Shiram Mashinkiash: “La apicultura nos ha dado fuerza a las mujeres para cuidar nuestra tierra”
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La pérdida de biodiversidad, de bosques, de fuentes de agua y el cambio climático impactan de manera diferenciada en mujeres y hombres debido a sus roles sociales, acceso a recursos y a la toma de decisiones.
Durante una emergencia asociada al cambio climático, las mujeres y niñas se ven expuestas a mayores riesgos de salud y seguridad, ya que no pueden acceder a agua y saneamiento. De igual manera, asumen una mayor carga de trabajo doméstico y de cuidado cuando deja de haber recursos. Asimismo, cuando se presentan sequías o inundaciones, las mujeres ven afectados sus medios de subsistencia, ingresos y seguridad alimentaria.
Pese a todos los retos que las mujeres y niñas enfrentan en el contexto del cambio climático, son pioneras en liderar la adopción de medidas sostenibles como nuevas técnicas agrícolas y de producción que les permitan acceder a recursos para sus familias pero que a su vez sean de gran utilidad en los procesos de mitigación al cambio climático.
Shiram Mashinkiash es una mujer indígena, de nacionalidad shuar, que apuesta por medidas sostenibles que promuevan la conservación de la biodiversidad y que permitan que la respuesta al cambio climático sea más eficiente y sostenible.
Apicultura para sistemas de vida sostenibles
Una de estas medidas es la generación de bioemprendimientos sostenibles que fomenten el cuidado de los bosques y la consecuente reducción de la deforestación. Por esta razón, en 2019, Shiram decidió iniciar con el bioemprendimiento de apicultura que, de acuerdo con la FAO, ayuda a crear sistemas de vida sostenibles.
Al fomentar el cuidado de los bosques y la consecuente reducción de la deforestación, las comunidades contribuyen directamente a evitar la producción de gases de efecto invernadero.
Shiram comenta que la apicultura es un bioemprendimiento que se basa en la presencia de recursos naturales: abejas, plantas melíferas y poliníferas y el agua. “Es un proceso colaborativo, las abejas se alimentan de plantas y árboles para generar la miel. Les damos ese alimento plantando árboles nativos, así nos cuidamos todos, los bosques, las abejas y nosotros; es un proceso de colaboración. Además, que las abejas, igual que los bosques, son necesarias para que la vida continúe sobre la tierra. La apicultura nos ha dado fuerza a las mujeres para cuidar nuestra tierra”.
Bioemprendimientos con enfoque de género
La inclusión del enfoque de género en los bioemprendimientos es esencial porque tradicionalmente las mujeres han administrado el aprovechamiento de la biodiversidad en beneficio de sus familias y de sus comunidades. Es fundamental integrar en los bioemprendimientos su aporte, intereses, valorar sus conocimientos y establecer un ambiente de producción y negocios que les permita participar plenamente en esta actividad económica.
En este contexto, ONU Mujeres ejecuta el proyecto "Incorporación del enfoque de género en el programa PROAmazonía", que tiene como finalidad mejorar la situación y posición de las mujeres en los procesos socio ambientales, de promoción de la conservación de la biodiversidad, de los bosques y de los servicios ecosistémicos, así como en los procesos productivos para enfrentar el cambio climático.
Shiram ha participado en los talleres de inclusión de género que han sido impartidos por el equipo técnico de ONU Mujeres, que les ha dados las pautas y herramientas para integrar de manera práctica el enfoque de género.
Ella cuenta que para muchas mujeres de su comunidad la dependencia económica limita su libertad de movilidad y trabajo, pero que a través de estos talleres ha entendido que las mujeres deben ser tomadas en cuenta y participar desde el primer momento en la cadena productiva y de comercialización para fortalecer su autonomía económica. “Aprendimos que somos importantes desde nuestra presencia en las dirigencias de los bioemprendimientos, en los bioemprendimientos y ahora nosotras recibimos y manejamos nuestros recursos financieros”, menciona Shiram.
Más mujeres y niñas con voz para frenar el cambio climático
“Para mí ser una mujer shuar significa riqueza y poder. Me siento una mujer emprendedora. La dificultad más fuerte a la que me enfrento es el machismo; es una barrera que tenemos nosotras las mujeres shuar. Yo he salido de ese espacio de violencia creyendo en mí misma, en que yo sí puedo. Por eso estoy dispuesta a ayudar a mujeres que quizás están en la misma situación que nosotras ya pasamos”, menciona Shiram.
Ella cree firmemente que la violencia contra las mujeres y niñas es prevenible, por esta razón aplaude que en los talleres también se reflexione sobre el papel de los hombres, no solo en los bioemprendimientos, sino también en las responsabilidades de cuidado en el hogar y en la educación de sus hijos. “Si desde pequeños nuestras niñas y niños son educados en igualdad, lograremos frenar la violencia contra las mujeres. Además, si desde pequeños les inculcamos el respeto por la naturaleza, criaremos personas fuertes y comprometidas con lograr un mundo mejor para todas las personas”.
Para Shiram, el reconocer la contribución de pueblos y mujeres indígenas, rurales y campesinas para combatir el cambio climático es primordial ya que “las mujeres somos las principales cuidadoras de nuestra madre naturaleza. Necesitamos más apoyo para garantizar la conservación de los bosques, que son clave en nuestro ecosistema”.
Para Shiram otro de los factores importantes para que las mujeres y niñas tengan más voz en el contexto del cambio climático es la defensa y protección de las mujeres que, a través de sus gritos de guerra reclaman por la naturaleza, las defensoras de la Nunkui (madre tierra). “Nosotras somos defensoras de la madre tierra, pero ellas son quienes le dan voz y se ven amenazadas por reclamar lo justo; si nadie las defiende a ellas, ¿quién defenderá a nuestra madre tierra?”.
Shiram Mashinkiash sonríe mientras su hija menor le coloca unos aretes de plumas y collares. Se prepara para una capacitación nueva; después retornará a su colmena para disfrutar el contacto con la naturaleza y la paz que siente con las abejas.