Foto: ONU Mujeres Colombia
Las jóvenes en Colombia, en el centro de la construcción de paz
Mujeres jóvenes, en su mayoría urbanas, indígenas y campesinas, de los departamentos de Cauca y Nariño, al sur de Colombia, avanzan en su posicionamiento como actoras a favor de la paz, en espacios de toma de decisiones, contrarrestando así la exclusión política.
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En los municipios de Pasto y Ricarte, en Nariño, Popayán y Santander de Quilichao, en Cauca, al sur de Colombia, avanza el proyecto Co-creando la paz, financiado por el Fondo para la Consolidación de la Paz (PBF, por sus siglas en inglés), e implementado por ONU Mujeres y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el que se está promoviendo la participación inclusiva de las mujeres jóvenes, especialmente indígenas y campesinas, en espacios cívicos y de toma de decisiones para mejorar la coordinación de sus organizaciones con los entes del gobierno y avanzar en el fortalecimiento de su capacidad de diálogo y su reconocimiento como constructoras de paz, de modo que disminuya la estigmatización y se consoliden como una experiencia de participación juvenil que contribuya a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Los departamentos del suroccidente colombiano, Nariño y Cauca, fueron epicentro de las protestas y bloqueos durante las protestas sociales del 2021 en Colombia, en lo que se ha conocido como el “estallido social”, lo que eventualmente generó diversas tensiones entre la Fuerza Pública, los grupos armados ilegales, sectores políticos de izquierda y derecha, los medios de comunicación y el Comité del Paro1. En estos territorios además confluyen diversos procesos organizativos que incluyen a mujeres jóvenes y han sido claves para la implementación del Acuerdo de Paz.
El conflicto vivido en estos departamentos ha sido atendido por las gobernaciones y alcaldías, y particularmente por los mecanismos de género y de juventud y las oficinas de Paz y Convivencia, junto con la Defensoría del Pueblo y las organizaciones internacionales, al actuar no solo reportando y denunciando los incidentes de violación de derechos y activando los comités de violencia basada en género, por ejemplo, sino también contribuyendo al establecimiento de espacios de diálogo con garantías suficientes para que las partes puedan llegar a acuerdos y superar las situaciones más conflictivas y violentas que se vivieron durante el estallido social.
Taller en Santander de Quilicao. Foto: ONU Mujeres Colombia
Con todo esto, el proyecto está avanzando para el beneficio de tres mil mujeres jóvenes, de las cuales la mitad son indígenas. El intercambio interétnico e intercultural entre mujeres urbanas y rurales que está posibilitando Co-creando la paz avanza en reconocer las habilidades y conocimientos tradicionales, expertos, empíricos y transformadores de las mujeres participantes para poner todo su ímpetu en una construcción de paz estable y duradera.