En Honduras, las Ecuménicas por el Derecho a Decidir no juzgan, ¡Dialogan!

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Participantes de los Diálogos Interreligiosos, equipo de la Iniciativa Spotlight-ONU Mujeres encabezado por Margarita Bueso, Coordinadora Nacional de ONU Mujeres  y Alice Shakelford, Coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Honduras, e la clausura de los Diálogos Interreligiosos en Tegucigalpa.

“Desde niñas nos enfrentamos al adultocentrismo1 y la negación de derechos por el hecho de ser niñas y nos enfrentamos al sometimiento, a la opresión, a la dominación, a la subordinación y las violencias por un sistema patriarcal que se ha instalado a través de la fe”, explicó la Pastora Ana Ruth García, Coordinadora Nacional de Ecuménicas por el Derecho a Decidir (EDD), mientras reflexionaba sobre el paso de la Iniciativa Spotlight (IS) por Honduras. 

A través del convenio liderado por el Centro de Estudios de la Mujer – Honduras (CEM-H), en el marco de Iniciativa Spotlight, una alianza global entre la Unión Europea y las Naciones Unidas, en asocio con ONU Mujeres, las EDD impulsaron un proceso de Diálogos Interreligiosos (DI), donde se realizaron seis webinars con un alcance de más de 200 personas. Quienes asistieron forman parte de organizaciones de sociedad civil, iglesias, instituciones, academia, organizaciones basadas en fe y feligresía de diferentes territorios de Honduras y más de 50 tomadores y tomadoras de decisión participantes de los Diálogos presenciales. 

Durante el convenio, las EDD recibieron apoyo en fortalecimiento interno con la constitución y tramitación de su personería jurídica, lo que permitió el registro de las EDD como organización con total autonomía para gestionar y administrar fondos de sus propios programas y proyectos, un plan estratégico 2021-2025, diferentes reglamentos internos y manuales, una estrategia de autocuidado, participación e incidencia en procesos de elaboración de leyes y políticas, además de fortalecer su propio Observatorio de la Violencia que monitorea femicidios en medios de comunicación. 

Misión de las EDD 

Las Ecuménicas en Honduras tienen como misión “reconocer que existen otras formas válidas de manifestar la religiosidad desde diversas expresiones, reaprender unas de otras, cuestionarse y cooperar mutuamente en un ambiente de paz y armonía, con el único fin de erradicar la discriminación, la violencia contra las mujeres y los femicidios”. 

En el marco de esa misión, en 2020, inauguraron los 16 días de activismo a través de una convocatoria a un Pacto Interreligioso, presidido por la Pastora Ana Ruth, quien resaltó desde su experiencia personal como su padre, “sumamente religioso, presentaba un comportamiento en el hogar y era un hombre distinto cuando estaba en la iglesia”, y luego agregó: “Tenía una aparente conducta honorable cuando estaba en compañía de los miembros de la congregación. Me enseñó a leer la Biblia, pero él era un hombre que ejercía su poder violentando a mi madre, a mis hermanos y a mí con golpes físicos y palabras hirientes que denigraban nuestra dignidad”. 

Según datos del INE que datan de 1996, el 95 % de la población de Honduras se identifica como católica o evangélica, por lo cual muchas de las sobrevivientes de todos los tipos de violencia profesan alguna fe, creencia religiosa o espiritualidad.  

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Pastora Ana Ruth García brinda entrevista al noticiero TN5 de Honduras, durante el Diálogo Interreligioso en Tegucigalpa. 

La Pastora Ana Ruth García, reiteró que este proceso le permitió compartir cómo en el caso de algunos padres, incluyendo el suyo, “la excusa para ejercer violencia era simplemente cualquier cosa que no les agrade, mi padre tenía múltiples parejas, incluso hermanas de la misma congregación o de otras iglesias”. Debido a esto, su madre no tuvo el valor de denunciar a su papá por las amenazas y manipulaciones psicológicas, físicas y económicas, hasta que un día se fue con sus hijos e hijas y logró por fin tener paz. 

Los Diálogos Interreligiosos (DI) 

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Margarita Bueso, Coordinadora Nacional de ONU Mujeres Honduras en el evento de los Diálogos Interreligiosos.

Margarita Bueso, Coordinadora Nacional de ONU Mujeres Honduras, en su participación en los DI, ahondó en la importancia de “hacer visible la discriminación persistente en los entornos familiares, en las comunidades y en la cultura, es urgente para promover cambios en las normas sociales y alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres”, y luego agregó: “La violencia contra las mujeres y niñas es inaceptable y debe hacerse todo lo posible por centrar nuestra atención en aquellos lugares donde se ha normalizado y así combatir estas prácticas tan arraigadas”. 

El Reverendo Rolando Ortez Martínez, Licenciado en Teología, Pastor de la Iglesia Cristiana Luterana de Honduras, y también participante en los DI, compartió que “la institucionalidad eclesiástica no solo le ha negado ese derecho divino de inclusión a las mujeres y niñas, sino que promulga para que le sea negado en todos los espacios, por medio de sus predicaciones, reflexiones, homilías, discursos e interpretaciones conservadoras, literalistas y excluyentes”. 

Para la Pastora Ana Ruth, que las mujeres no tengan Derecho a Decidir sobre sus cuerpos está ligado con la sumisión, se fundamenta en la fe y en una interpretación de la Biblia que dificulta la igualdad. Este ha sido uno de los puntos torales de los derechos de las mujeres, y aseguró que “es uno de los que levanta mayor polémica dentro del sistema patriarcal y no digamos dentro del sistema eclesial, porque históricamente los cuerpos de las mujeres han pertenecido a la institucionalidad de la Iglesia, seguida por la familia, la educación, y el Estado”. 

Adultocentrismo, una de normas sociales con mayor grado de instalación en Honduras 

El Estudio Nacional de Tolerancia Social e Institucional de la Violencia hacia Mujeres, Niñas y Adolescentes en Honduras reconoce al Adultocentrismo como “la norma social que proyecta a las personas menores de 18 años como objetos moldeables para la reproducción y continuación de normas, creencias y actitudes. Afectando los derechos humanos básicos de niñas, niños y adolescentes al discriminar, subordinar y relegar sus ideas, propuestas y sentimientos, solo por el hecho de tener una edad menor. A largo plazo, instala la creencia de que son propiedad de los adultos a su cargo, aumentando la vulnerabilidad a violencia y discriminación”.  

De acuerdo con el Estudio, el Adultocentrismo, los roles rígidos de género y apropiación del cuerpo y sexualidad de las mujeres; son las tres normas con mayor grado de instalación en Honduras que contribuyen a la generación de violencia hacia Mujeres, Niñas y Adolescentes. Estas normas están muy relacionadas con las creencias religiosas. 

Diversas espiritualidades participaron en los Diálogos Interreligiosos 

También participaron en los DI, otras espiritualidades más allá de la representación católica y evangélica, como la garífuna, representada por Marlen Lino Ruiz, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Negras (ASOMUN). De acuerdo con la espiritualidad Garífuna, comenta Lino, “la relación y armonía con la naturaleza y sus ancestros y ancestras es esencial, pero también su proceso de organización histórico ha sido muy importante al momento de revisar las cifras de feminicidios bajo o casi nulo en su comunidad”. 

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Para Marlen, esto se debe al matriarcado que “juega un papel muy importante en la preservación de nuestra cultura. Por lo tanto, quitarle la vida a una mujer garífuna por un garífuna no es normal. Claro que más de una vez ha ocurrido, pero ha sido producto de problemas que se han salido del control de los familiares de las personas involucradas, tales como problemas de drogas, ambición o desconocimiento de las prácticas de respeto culturales y ancestrales”. 

"La mujer es la madre de la cultura garífuna, es la formadora de los hijos, la tomadora de decisiones y la ayuda idónea del hombre, una verdadera Barauda (Matrona del pueblo garífuna, esposa del líder guerrero Satuyé). Y ese papel la hace recibir el respeto de todos. Gracias a esta modalidad matriarcal, el femicidio es escaso en nuestra cultura”. 

La Pastora Ruth García, remarcó que quienes aceptaron estar en los Diálogos Interreligiosos fueron los lideres y lideresas más progresistas “que si se atreven a hablar de la violencia contra las mujeres y las niñas porque es algo que no se puede ocultar. Honduras no puede seguir ocultando la realidad, pero principalmente las Iglesias no pueden seguir haciendo caso omiso de una realidad en este contexto tan violento para las mujeres en el país”, y luego añadió: “Hay alrededor de 5 mil mujeres asesinadas del 2009 para acá y lo más triste de todo es que estos crímenes quedan en la impunidad”. 

Los logros a pesar de los desafíos 

En un camino tan cuesta arriba, las EDD tuvieron además que afrontar otras dificultades durante la ejecución del convenio, como la situación sanitaria provocada por la pandemia de Covid19. A pesar de ello, atendieron a 204 mujeres y niñas a nivel psicológico, legal y/o espiritual. La virtualidad dificultó el proceso debido a las limitaciones de conectividad y energía eléctrica y la responsabilidad de los cuidados de parte de las mujeres participantes. De igual manera, la temporalidad establecida en los lineamientos del Secretariado, señalan las Ecuménicas, fue otro de los grandes desafíos. 

A pesar de ello, se lograron acuerdos muy importantes, entre estos, la Pastora destacó que cada espiritualidad se comprometió a no seguir multiplicando y normalizando la violencia hacia mujeres, niñas y adolescentes a través de una interpretación de la Biblia como la que se ha hecho hasta ahora. 

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Pastora Ana Ruth García saluda a la Coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Honduras, Alice Shakelfor y a los participantes del Diálogo Interreligioso desarrollado en Tegucigalpa, Honduras. 

Asimismo, consideró que estos procesos son necesarios y agradeció a la Iniciativa Spotlight por propiciarlos: “En Honduras nunca había existido un diálogo interreligioso de esta temática. Han existido otros en cualquier otra temática que se nos ocurra, pero de esta temática de la violencia basada en género, nunca. A nosotras mismas nos sorprendió que la IS lanzara esta convocatoria para personas que querían trabajar este pilar de los DI, y la verdad fue muy importante porque ahora más que nunca es urgente sentarnos a debatir y dialogar con los líderes y lideresas religiosas que están tratando con vidas humanas y en este caso con mujeres. Es urgente y necesario proponer, desde las diversas creencias religiosas y expresiones de fe de pueblos originarios y etnias, diálogos que nos lleven a lograr cambios culturales y colectivos y fortalecer la alianza ya iniciada con el “Pacto de unidad Juntos y Juntas en la Lucha Contra la VCMN y Femicidios”.