Acceso a servicios de inclusión financiera mejora condiciones de emprendedoras hondureñas que ofrecen soluciones amigables al medio ambiente

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En Honduras, dos hermanas han logrado convertir un desafío económico en una próspera empresa de abono orgánico. Claudia Escobar, de 30 años, y Karla Escobar, de 26, con formación en agronomía y recursos naturales, respectivamente, han demostrado que con determinación y conocimientos técnicos es posible crear un negocio sostenible y exitoso. Su empresa, ECOFUT, se estableció en el mercado hace tres años, y ofrece una alternativa ecológica en la producción agrícola.
Karla y Claudia Escobar, fundadoras de ECOFUT, de La Labor, Ocotepeque. Foto: Cortesía del CATIE / Julio Valdés.

 

En Honduras, las mujeres y jóvenes rurales enfrentan múltiples obstáculos para acceder a servicios financieros que les permitan desarrollar sus negocios. La desigualdad en el acceso a financiamiento se debe en parte a que las instituciones financieras que diseñan productos y servicios financieros especializados para este sector consideran que son de baja rentabilidad. Por su parte, la banca formal en el país busca satisfacer las necesidades crediticias de las mujeres empresarias a través de diversos programas que, en su mayoría, no son especializados para las mujeres.

En La Labor, Ocotepeque, dos hermanas han logrado convertir un desafío económico en una próspera empresa de abono orgánico. Claudia Escobar, de 30 años, y Karla Escobar, de 26, con formación en agronomía y recursos naturales, respectivamente, han demostrado que con determinación y conocimientos técnicos es posible crear un negocio sostenible y exitoso. Su empresa, ECOFUT, se estableció en el mercado hace tres años, y ofrece una alternativa ecológica en la producción agrícola.

El uso de abono orgánico tiene múltiples beneficios tanto para el medio ambiente como para la salud humana. Protege los suelos evitando la erosión y preservando la microfauna, no altera el pH y ayuda a minimizar la contaminación de las aguas. Además, no contamina los alimentos de consumo final, ofreciendo una alternativa más saludable y sostenible.

Karla Escobar junto al abono orgánico en la planta de producción de ECOFUT, construida gracias al premio ganado del proyecto ESCALAR Juventud 2024 del CATIE.
Karla Escobar junto al abono orgánico en la planta de producción de ECOFUT, construida gracias al premio ganado del proyecto ESCALAR Juventud 2024 del CATIE. Foto: ONU Mujeres Honduras.

 

Soluciones amigables al medio ambiente

Al graduarse de la universidad, Claudia y Karla se encontraron en una difícil situación económica y con pocas oportunidades laborales. Trabajando en el vivero ornamental de su madre, identificaron una creciente demanda de abono orgánico. Fue entonces cuando decidieron aprovechar sus conocimientos y crear ECOFUT, una empresa dedicada a la producción de abono orgánico.

Karla aún estaba en la universidad cuando iniciaron el proyecto, lo que llevó a una división clara de responsabilidades: Claudia se encargaría de la administración y gestión del negocio, mientras que Karla se enfocaría en los aspectos técnicos de la producción.

Esta división de roles permitió que ambas hermanas complementaran sus conocimientos. Claudia, como ingeniera agrónoma, sabía exactamente lo que las plantas necesitaban para prosperar, mientras que Karla, con su formación en recursos naturales, garantizaba prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

La aceptación del producto fue un reto debido a que, a diferencia de los agroquímicos, los beneficios del abono orgánico no son inmediatos. La agricultura orgánica y sostenible requiere tiempo para demostrar sus mejoras, lo que puede ser difícil de comunicar a los agricultores acostumbrados a resultados rápidos.

La inclusión financiera: clave para el desarrollo de los negocios de las mujeres rurales

Como en cualquier emprendimiento, Claudia y Karla han enfrentado numerosos desafíos. La situación económica ha sido uno de los mayores obstáculos, ya que a medida que su proyecto crece, también lo hacen las necesidades financieras.

En un esfuerzo conjunto por reducir la brecha de inclusión financiera de las mujeres en la región del Trifinio Hondureño, la Fundación para el Desarrollo Empresarial Rural (FUNDER) y ONU Mujeres, desarrollaron el proyecto "Fortalecimiento de las Cajas Rurales de Ahorro y Crédito" en los departamentos de Copán y Ocotepeque.

Este proyecto busca mejorar las capacidades técnicas y administrativas de las cajas rurales, beneficiando directamente a las mujeres rurales y promoviendo su inclusión en el sistema financiero.

Por medio de la plataforma del Centro de Servicios Financieros de FUNDER, se facilita la educación e inclusión financiera a través de la disposición de productos y servicios financieros para estas cajas rurales que fortalecerán sus capacidades organizativas, administrativas y financieras.

Karla y Claudia Escobar, fundadoras de ECOFUT, de La Labor, Ocotepeque. Foto: Cortesía del CATIE / Julio Valdés.
Karla y Claudia Escobar, fundadoras de ECOFUT, de La Labor, Ocotepeque. Foto: Cortesía del CATIE / Julio Valdés.

 

Claudia y Karla forman parte de las beneficiarias del fortalecimiento de Cajas Rurales de Ahorro y Crédito en el marco del programa Mujeres, Economía Local y Territorios en su segunda fase (MELYT II), financiado por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo, con el objetivo de apoyar sistemas de desarrollo económico sensibles al género en el Triángulo Norte de Centroamérica, fomentando el empoderamiento de las mujeres y su acceso a oportunidades económicas en el contexto post pandemia del COVID-19 y del programa Ecosistema Financiero Inclusivo (EFI), con el apoyo financiero del Gran Ducado de Luxemburgo y busca contribuir al desarrollo de ecosistemas financieros inclusivos que cierren las brechas de género en el acceso al capital y los mercados.

A pesar de los desafíos enfrentados, ECOFUT ha logrado importantes reconocimientos. Su mayor logro hasta ahora ha sido ganar la convocatoria de emprendimientos ESCALAR Juventud 2024, impulsada por el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), socio estratégico de ONU Mujeres en el marco del proyecto MELYT II.

ESCALAR Juventud es un proceso inclusivo de incubación que promueve la creación y fortalecimiento de empresas rurales que aporten soluciones al cambio climático lideradas por las y los jóvenes del territorio. Los beneficios de esta convocatoria incluyen: capacitaciones en emprendimiento, capacitaciones en innovaciones agrícolas para la adaptación al cambio climático, fortalecimiento en formulación de propuestas de negocios rurales, y la posibilidad de postular para recursos de capital semilla no reembolsables.

Ganar esta convocatoria les permitió adquirir la infraestructura necesaria para la producción de abono. Antes de este premio, producían en espacios sin techo, lo que limitaba su capacidad de producción. Además, la aceptación del producto por una organización internacional como CATIE, ha sido un gran impulso y motivación para continuar desarrollando su empresa.

Karla Escobar recibiendo un reconocimiento de participación en el proyecto de emprendimientos ESCALAR Juventud 2024 de CATIE. Foto: Cortesía del CATIE.
Karla Escobar recibiendo un reconocimiento de participación en el proyecto de emprendimientos ESCALAR Juventud 2024 de CATIE. Foto: Cortesía del CATIE.

Abogando por la independencia económica de las mujeres

Claudia y Karla también han aprovechado su experiencia para abogar por la independencia económica y el empoderamiento de las mujeres en el ámbito agrícola. "Como mujeres, es importante administrar nuestro dinero, nuestras entradas y salidas, tener libertad de nuestras finanzas, no tener que pedirle a un hombre para la comida, medicamentos o para la ropa", explica Karla.

Además, destacan la necesidad de cambiar la percepción de que las mujeres no pueden dedicarse a labores agrícolas. Históricamente, a las mujeres se les ha limitado el acceso a la información y se les ha educado para realizar labores domésticas y de cuidado. Sin embargo, Claudia y Karla han demostrado que las mujeres también pueden ser líderes y tomadoras de decisiones en este campo.

Con la vista puesta en el futuro, Claudia y Karla tienen como objetivo acceder a un mercado más amplio y desarrollar su propia marca con posibilidades de exportación. Su historia es un testimonio del poder del conocimiento y la perseverancia, y una inspiración para otras mujeres que desean emprender en el sector agrícola.

 

Acerca del programa MELYT

El programa MELYT comenzó en 2019 en el Triángulo Norte de Centroamérica, una región con una gran diversidad étnica y recursos naturales, pero enfrentando desafíos como pobreza rural, cambio climático, inestabilidad política, violencia y migración hacia México y Norteamérica. Para mitigar la migración, MELYT centró sus esfuerzos en la región fronteriza de Trifinio, donde las mujeres tienen múltiples roles, pero carecen de acceso a crédito y control sobre activos económicos. Trifinio abarca 45 municipios entre El Salvador, Guatemala y Honduras, con una población de 818,911 personas, de las cuales el 51.4% son mujeres, predominando en áreas rurales y pobres.

 

Acerca del programa EFI

El programa "Ecosistema Financiero Inclusivo" (EFI), implementado por ONU Mujeres y financiado por la cooperación de Luxemburgo, se desarrolla en El Salvador, Guatemala y Honduras. Su objetivo es reducir las brechas de género en el acceso a capital y mercados. Las barreras de género limitan a las mujeres en el acceso y uso de servicios financieros, afectando su autonomía y capacidad para manejar crisis. EFI busca mejorar la inclusión financiera de las mujeres para promover su salud financiera y empoderamiento económico. El programa fortalece las capacidades de diversos actores, desarrolla herramientas, fomenta el diálogo y la colaboración, y promueve soluciones innovadoras para la inclusión financiera de las mujeres.