Mujeres rurales: sembrando progreso y transformando el suroccidente colombiano, con sus iniciativas productivas

Daniela Carabalí y Luz Aidé Sisco son mujeres rurales, valientes y resilientes, que están marcando la diferencia en sus comunidades. Desde Tumaco, Nariño, hasta el Resguardo Indígena de Pueblo Nuevo en Caldono, Cauca, su liderazgo y compromiso están transformando realidades en el suroccidente colombiano y han mejorado su calidad de vida y aumentado sus ingresos a través de emprendimientos propios.

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Para garantizar que las mujeres contribuyan plenamente a la economía y se beneficien de ella, ONU Mujeres lleva a cabo programas como ‘Raíces, mujeres sembradoras del cambio’, con la cual se favorece el empoderamiento económico de las mujeres, promoviendo su capacidad para asegurar trabajos decentes, poseer tierras, acumular bienes e influir en las instituciones y las políticas públicas que determinan el crecimiento y el desarrollo.

 

‘Raíces, mujeres sembradoras del cambio’, iniciativa que integran Luz Aidé y Daniela, promueve en el suroccidente colombiano la participación de 842 mujeres rurales, de las cuales 463 son afrodescendientes y 130 indígenas, contribuyendo a su empoderamiento económico, a través de herramientas e insumos para impulsar sus ingresos y mejorar su calidad de vida. Este proyecto, que se implementa desde el año 2023, es liderado por ONU Mujeres, UNFPA y el Gobierno de Colombia y cuenta con la financiación de la Agencia Coreana de Cooperación Internacional (KOICA).

El impacto del proyecto es notable: el 42 % de las mujeres ha incrementado sus ingresos y se han apoyado 26 iniciativas productivas en ocho municipios de los departamentos de Nariño y Cauca. Este impulso ha facilitado la transición de procesos artesanales a semi industriales, resaltando el valor del trabajo en el campo y mejorando la calidad de los productos. Además, la expansión de mercados ha generado ingresos tanto a nivel asociativo como personal, fortaleciendo el liderazgo y las capacidades empresariales de las mujeres.

Para muchas mujeres, este proyecto va más allá del aspecto económico y se conecta profundamente con sus raíces y tradiciones.

“Mi historia es la de mi familia, mis ancestros y las mujeres concheras que han construido un legado de resistencia. A los 15 años, encontré en la organización Raíces del Manglar mi propósito: fortalecer la recolección de piangua y empoderar a otras mujeres en su ancestralidad. Hoy, como una de las lideresas más jóvenes, trabajo con 44 mujeres en nuestro emprendimiento, que transforma vidas en el territorio,” señala Daniela Carabalí, cuyo testimonio refleja cómo la iniciativa ha servido de puente entre la tradición ancestral y el desarrollo, permitiendo que la identidad cultural se fortalezca mientras se abren nuevas oportunidades económicas.

Daniela Carabalí y Luz Aidé Sisco son mujeres rurales, valientes y resilientes, que están marcando la diferencia en sus comunidades. Desde Tumaco, Nariño, hasta el Resguardo Indígena de Pueblo Nuevo en Caldono, Cauca, su liderazgo y compromiso están transformando realidades en el suroccidente colombiano y han mejorado su calidad de vida y aumentado sus ingresos a través de emprendimientos propios.

De igual manera, Luz Aidé comparte la experiencia de su emprendimiento, que ha florecido gracias al apoyo de ‘Raíces’, “MercaEçKweTul es el nombre de nuestra tienda, el cual nace de nuestra cultura nasa y significa “huerta” que nosotras hacemos en casa, esa tradición viene de nuestros mayores que nos enseñaron a cultivar nuestros propios alimentos. En total somos más de 30 mujeres quienes, junto a nuestras familias, nos beneficiamos de este emprendimiento con la venta de nuestros productos que en su mayoría son hortalizas como tomate, lechuga, zanahoria, plantas medicinales, entre otros; de manera directa, somos 10 mujeres quienes estamos al frente de la tienda como vendedoras. En junio de 2024, cuando recién iniciamos, solo éramos dos debido a que las ventas eran bajas y la oferta de productos era limitada. Hoy, gracias al apoyo del proyecto ‘Raíces’ la tienda ha logrado duplicar sus ventas, consolidándose como una fuente sostenible de empleo e ingresos para las mujeres del territorio.”

Luz Aidé Sisco del proyecto Raíces, cosechando sus productos agrícolas. Foto: ONU Mujeres / Luis Ponce.

Empoderamiento y transformación

“Raíces, mujeres sembradoras del cambio” no solo impulsa el empoderamiento económico, sino que también fortalece la identidad y la herencia cultural de las mujeres rurales. A través de historias de resistencia y transformación, el proyecto fomenta el desarrollo de emprendimientos locales que contribuyen al crecimiento de la región.

“Gracias al proyecto Raíces, hemos logrado grandes avances. La dotación de dos canoas nos ha permitido aumentar nuestra producción y mejorar nuestros ingresos. Antes recolectábamos y vendíamos 50 kilos de piangua a la semana; hoy hemos incrementado nuestra rentabilidad en un 80 %. Además, hemos diversificado nuestra oferta: creamos un recetario tradicional, participamos en ferias gastronómicas y comercializamos productos derivados de la piangua. Pero nuestro impacto no se detiene en la cocina, transformamos residuos en arte, convirtiendo conchas de piangua y materiales reciclados en artesanías: llaveros, canastos, aretes y manillas. Raíces, realmente ha cambiado nuestras vidas, crecí en un hogar donde la pesca y la agricultura eran más que un oficio; eran un arte, una forma de vida. Desde niña, observaba a mi madre recolectando piangua en los manglares. Su dedicación, su amor por la tierra y el mar, me enseñaron que la riqueza no solo está en lo material, sino en el conocimiento ancestral que la naturaleza nos regala”, asegura Daniela.

Para muchas mujeres, este proyecto va más allá del aspecto económico y se conecta profundamente con sus raíces y tradiciones. Foto: ONU Mujeres / Luis Ponce.

El 61% de las organizaciones apoyadas por esta iniciativa ha fortalecido sus capacidades, impulsando no solo su crecimiento interno, sino también su alcance comercial. Prueba de ello son las 17 agendas y acuerdos firmados para el empoderamiento económico de mujeres rurales, quienes cultivan y comercializan productos como cacao, limón Tahití, café tostado y molido, piangua, tomate, hortalizas, plátano y tilapia. Además, a través de procesos de formación y acompañamiento, estas mujeres han adquirido herramientas clave para optimizar sus prácticas de siembra, cosecha y postcosecha, así como para potenciar la comercialización y el posicionamiento de sus iniciativas en el mercado.

A través del proyecto Raíces, el 42 % de las mujeres ha incrementado sus ingresos y se han apoyado 26 iniciativas productivas en ocho municipios de los departamentos de Nariño y Cauca. Foto: ONU Mujeres / Miguel Varona.

Un mensaje de esperanza

“Ser parte de Raíces del Manglar es más que un trabajo, es un legado. Es la prueba de que las mujeres somos agentes de cambio y que, con organización y apoyo, podemos transformar nuestras comunidades. Cada día, con sol o lluvia, seguimos avanzando con la cocina tradicional y con la fuerza de mujeres sembradoras del cambio. A todas las mujeres que sueñan con emprender, que buscan una oportunidad para crecer, quiero decirles: somos valientes, somos poderosas y tenemos la capacidad de construir un futuro mejor, que nuestra historia sirva de inspiración para que más mujeres se atrevan a escribir la suya”, menciona Daniela con gran satisfacción.

Por su parte, Luz Aidé cuenta emocionada lo que para ella y su comunidad ha significado este proceso, “Hacer parte de ‘Raíces’ ha sido una gran experiencia tanto personal como comunitaria, hemos aprendido a darle valor al trabajo que realizamos y al trabajo en comunidad. Además, hemos podido mejorar nuestra parte económica y la calidad de los productos y lo que más agradezco es que nos hemos podido unir como mujeres trabajadoras para seguirnos fortaleciendo juntas”.

Este año 2025 se conmemoran 30 años de la Plataforma de Acción de Beijing, la que estableció una serie de objetivos estratégicos y medidas para el progreso de las mujeres hacia el logro de la igualdad de género, priorizando 12 esferas cruciales entre ellas “las mujeres y la economía”. Para garantizar que las mujeres contribuyan plenamente a la economía y se beneficien de ella, ONU Mujeres lleva a cabo programas como ‘Raíces, mujeres sembradoras del cambio’, con la cual se favorece el empoderamiento económico de las mujeres, promoviendo su capacidad para asegurar trabajos decentes, poseer tierras, acumular bienes e influir en las instituciones y las políticas públicas que determinan el crecimiento y el desarrollo.

 

Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas.