Selina Raldes: “Las mujeres jóvenes tenemos un rol protagónico en la construcción de sociedades pacíficas”

Selina Raldes Herrera es una joven boliviana, feminista y activista por los derechos sexuales y reproductivos. Es estudiante de medicina y cursa el noveno semestre de psicología. Es la coordinadora nacional de la Plataforma Nacional de Adolescentes y Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos, organización que trabaja en 16 municipios del área rural de Bolivia, en seis departamentos. Lleva su activismo a zonas rurales de Bolivia, a través de las escuelas de empoderamiento de niñas, adolescentes y mujeres jóvenes, con miras a la construcción de sociedades más justas. Representó a la juventud boliviana en la Consulta Regional de Juventudes en Santiago de Chile (2020) y en la XIV Conferencia Regional de la Mujer (2020). A finales del 2021 se ganó una beca de la Embajada de los Estados Unidos del programa Winter Institute para Jóvenes Líderes y también participó en el Programa Generation Change del Instituto de Paz en Colombia.

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Foto: Cortesía Selina Raldes

¿Cuál es el rol y por qué es importante la participación de las juventudes en la construcción de la paz y en una recuperación sostenible frente a las crisis?    

Cuando las juventudes tomamos la acción activa y protagónica frente a problemáticas que nos atraviesan en nuestro diario vivir, se nos dice que estamos construyendo un futuro mejor; sin embargo, las juventudes somos las protagonistas de construir un presente en cultura de paz, donde nuestro mayor desafío es cuestionar, desaprender prácticas crueles que atentan contra los derechos humanos, la crueldad que hemos adoptado y normalizado a través de nuestras prácticas culturales, en especial en contra de las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes. 

Debemos innovar soluciones en la resolución de situaciones de vulneración de derechos. Somos la generación que se cuestiona como las interseccionalidades que nos atraviesan convergen en problemáticas que tienen una misma raíz y que, desde nuestras diferencias, nos enriquecen. Podemos buscar soluciones, aprovechando las herramientas digitales para acercarnos desde diferentes partes del mundo, para no dejar a nadie atrás, ni que el levantar la voz y ser tomada en cuenta sea un privilegio.  

La clave para lograr una recuperación sostenible es no dejar a nadie atrás, especialmente a las juventudes de poblaciones que históricamente han sido excluidas, como las de comunidades indígenas y campesinas, a quienes la crisis climática ha despojado totalmente de derechos humanos básicos en mayor proporción y las poblaciones LGBTIQ+, cuyas vidas corren peligro en zonas específicas de la región.  

Debemos entender que, aunque a todas y todos nos afecten las mismas problemáticas, a algunos actores les afectará en mayor medida. Desde nuestra posición debemos accionar para construir un presente con una cultura de paz, donde abracemos nuestras diferencias y seamos capaces de cuestionar y deconstruir patrones culturalmente aprendidos que nos alejan de una sociedad justa que nos permita vivir con dignidad. 

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Foto: Cortesía Selina Raldes

¿Cómo podemos promover una participación más significativa de las juventudes en la construcción de sociedades más pacíficas, con igualdad de género, inclusión y sostenibilidad? 

Promovemos participaciones significativas cuando activamos espacios desde las juventudes para las juventudes; cuando en los espacios de tomas de decisión en las comunidades se invita a participar a los jóvenes, y se toman en cuenta sus demandas y soluciones planteadas desde sus perspectivas; cuando a los jóvenes se nos reconoce desde nuestras múltiples diversidades en un mismo contexto; cuando se llama a las juventudes hombres, mujeres y diversidades reconociendo sus distintas interseccionalidades y trabajando desde nuestra realidad para que las mismas no se queden como un condena limitante que no nos permita ejercer nuestros derechos ni desarrollarnos. 

Las mujeres jóvenes tenemos un rol protagónico en la construcción de sociedades pacíficas. Socialmente se nos ha excluido de las mesas de decisiones que atraviesan nuestras vidas y nos afecta en mayor medida, donde las crisis sociales han hecho que nuestros derechos básicos como la educación, la salud y la autonomía de nuestros cuerpos y decisiones se vean vulnerados. No podemos construir un presente ni un futuro sostenible si no abrimos espacios de jóvenes para jóvenes en donde trabajemos con equidad, seamos inclusivos y conscientes de que nuestras decisiones para con nuestro medio son clave para vivir con dignidad. 

Es el momento de que las autoridades hagan valer nuestra voz, escuchen lo que nos afecta, incluyan nuestras soluciones en los proyectos y programas nacionales, pero también que las juventudes, desde nuestras diferencias y similitudes, accionemos para construir ese presente y futuro en igualdad por el que estamos soñando y trabajando, cuando una persona acciona sola cambia su entorno de a poco, cuando accionamos simultáneamente desde la región vemos cambios impresionantes. 

¿De qué manera se puede promover la solidaridad intergeneracional para la construcción de una cultura de paz y en una recuperación sostenible con miras al logro de los ODS?   

Es importante reconocer que, si bien los jóvenes somos los protagonistas de los movimientos actuales, tenemos un antecedente de luchas que hicieron nuestras antecesoras en los derechos humanos. Muchas veces vemos a los adultos como contrarios a nuestras ideas, sin embargo, desde nuestras diferencias y experiencias podemos seguir labrando ese camino recorrido con nuevas estrategias que sean sostenibles y respondan a las nuevas necesidades de nuestras realidades cambiantes.  

Desde mi experiencia quizás no hubiera comenzado mi lucha si una adulta no hubiera compartido su historia de lucha y, a través de eso, inspirarme a accionar. Para mí, el reconocimiento del aporte intergeneracional desde cualquier lado o perspectiva debe existir.  

No podemos avanzar sin hacer las charlas incomodas de cuestionar, aprender (y desaprender) lo que ya existe en materia de derechos humanos y lo que podemos aportar desde la juventud para lograr avanzar en los ODS.  

Así como un día nos sentimos inspirados por nuestra abuela, madre, hermana u otra figura adulta, nosotros como jóvenes activistas también estamos inspirando a más niñas, adolescentes y jóvenes a sumarse a la lucha y construir un mundo sostenible.  

Debemos cuestionar qué es lo que se está haciendo entre todas y todos para poder entablar diálogos y debates sanos, de donde salgan soluciones eficaces para hacer frente a los cambios que surgen en el mundo.  

 

Las opiniones son responsabilidad de su autora y no reflejan una posición oficial de ONU Mujeres o de cualquier otra agencia del Sistema de las Naciones Unidas.