El trabajo doméstico y de cuidados conforman un sector feminizado, con alta informalidad y bajos salarios

Las estadísticas evidencian que las mujeres registran mayores tasas de desempleo y se desempeñan en sectores de mayor precariedad, bajos ingresos y en puestos de menor jerarquía. En Argentina, en promedio, las mujeres ganan un 29% menos los hombres. Esta brecha se amplía hasta el 35,6% en el caso de las asalariadas informales, según la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC, 3er trimestre 2019). 

Las desigualdades entre varones, mujeres y diversidades tienen raíces históricas de carácter estructural, vinculadas a la división sexual del trabajo; y de carácter social e institucional, vinculadas a las normas, sesgos y estereotipos que delimitan lo que se considera propio, adecuado o esperable en términos de comportamiento de las personas según el sexo asignado al nacer. 

Trabajo doméstico: casi 8 de cada 10 mujeres lo hace en la informalidad 

En Argentina existen alrededor de 1,4 millones de trabajadoras domésticas. Según la Encuesta Nacional a trabajadores sobre Condiciones de Empleo, Trabajo, Salud y Seguridad (ECETSS), el 99,3% de las empleadas son mujeres y un 76,8% trabaja de manera informal.  

Si bien este trabajo es indispensable para el desarrollo de la vida y de la reproducción social, generalmente no obtiene reconocimiento. “Cuando me preguntaron si me sentía valorada como trabajadora de casas particulares, la respuesta fue no. No se toma conciencia de la responsabilidad de nuestro trabajo”, advierte Mónica Monzón, trabajadora de casas particulares y cuidadora de niños/as. “Cuando llega el momento en que no te necesitan más, siento que no se valoran esas tareas”, agrega. 

Mónica es una de las 20 participantes de #ContemosLosCuidados, una campaña impulsada por ONU Mujeres y PNUD junto al Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, PAMI y ANDIS para visibilizar la relevancia del trabajo doméstico y de cuidados en la vida de las personas y la economía de los países, y promover políticas orientadas a reconocerlo y redistribuirlo de un modo más igualitario.

Asimismo, en el marco de la campaña Profesionales del cuidado -desarrollada por la oficina de la OIT en Argentina-, Mónica insiste en que todo lo que hace dentro de un hogar (cocinar, limpiar y cuidar) son tareas de cuidado.  

“Trabajé mucho tiempo de forma informal. En un trabajo me dijeron ‘las vacaciones, si no las trabajas, no te las pagamos’. Desde que tenemos la ley n° 26.844 de Trabajo en Casas Particulares que nos respalda, tenemos para reclamar que nos paguen”. 

Cuando falleció su marido, Mónica tuvo que hacerse cargo sola de sus tres hijos. “Para mí es importante mi trabajo porque con eso comemos, nos vestimos y compramos ropa y cosas para la escuela”. 

En Argentina, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), las mujeres dedican cada día el doble de tiempo en trabajo de cuidados no remunerados y lo desarrollan en mayor proporción (un 91,6% vs 73,9% los varones). Este desigual reparto, limita las oportunidades de desarrollo profesional, en muchas ocasiones, teniendo que reducir su jornada a tiempo parcial para asumir las responsabilidades familiares. “Llego a casa y sigo haciendo tareas de cuidado, tengo que cocinar, lavar los platos, la ropa… Nuestro trabajo no es reconocido económicamente ni se valora el sacrificio que hacemos”. 

Cuidados compartidos, hacia la profesionalización del cuidado 

Para ONU Mujeres, avanzar hacia la conformación de sistemas integrales de cuidados es necesario para garantizar los derechos de las personas que requieren cuidados, así como los derechos de las personas que cuidan, y para que las mujeres puedan participar en la economía y el mercado de trabajo en igualdad de condiciones.      

En el marco del programa “Recuperación socioeconómica a la crisis provocada por la COVID-19 desde una perspectiva de género: Promoviendo la autonomía económica de las mujeres y el cuidado de personas mayores y con discapacidad en Argentina”- un programa interagencial liderado por ONU Mujeres junto a la Oficina del Coordinador Residente de Naciones Unidas en Argentina-, la Fundación León implementó el proyecto “Cuidados Compartidos: Gestión Colectiva del Cuidado de Personas Mayores” en las localidades de Amaicha del Valle (Tucumán), Cafayate (Salta) y Santa María (Catamarca).

A través de la iniciativa, que se realizó en conjunto con ONU Mujeres Argentina, se capacitó a más de 110 cuidadoras de los valles Calchaquíes para formar recursos humanos calificados para la atención domiciliaria, institucional y comunitaria desde una perspectiva de género con un abordaje intercultural. Además, se creó un registro y grupos de gestión colectiva del cuidado. 

“Este fue un programa con un fuerte foco en la autonomía económica de mujeres y el cuidado de sectores de mayor vulnerabilidad, como son las personas mayores y con discapacidad. También tuvo como eje fortalecer a organizaciones de la sociedad civil en los territorios para crear equipos profesionales que brinden un cuidado de calidad”, expresa Sabrina Landoni, especialista de programas de ONU Mujeres Argentina.