Pensar más allá de 2030: Marcos y prácticas de cooperación innovadores desde una perspectiva feminista

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Faltan solo siete años para la meta que las Naciones Unidas acordaron para hacer efectivos los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030. De acuerdo con los avances alcanzados y los retrocesos constatados, ya sea por contextos adversos o por la falta de voluntad política, es evidente que, al ritmo actual muchos de ellos no se lograrán.  

El informe Gender Snapshot (2022) producido por ONU Mujeres y el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (UN DESA, por sus siglas en inglés), concluye que, si todo sigue igual, y no se realizan las inversiones necesarias y se fortalecen los esfuerzos para el avance de la igualdad, a nivel global tardaríamos 286 años más en eliminar las leyes discriminatorias y superar las brechas existentes en la protección jurídica de las mujeres y las niñas.  

Por eso son cada vez más las voces que invitan a repensar la gobernanza y los conceptos básicos de la cooperación internacional y transformar un sistema que ha demostrado ser insuficiente para hacer frente las transformaciones de la cooperación para el desarrollo y las crisis climática, sanitaria y humanitaria.  Así como las brechas de desigualdad que aún persiste en materia de género. 

Este fue el tema central de conversación durante el foro “Pensar más allá de 2030: 

Marcos y prácticas de cooperación innovadores desde una perspectiva feminista”, celebrado de forma híbrida (virtual/presencial) como evento paralelo del Foro de Cooperación al Desarrollo en el seno del ECOSOC, en Nueva York entre el 14 y el 15 de marzo de este año.  

Coorganizado por el Gobierno de Chile, la Agencia chilena de Cooperación para el Desarrollo (AGCID), ONU Mujeres, Global Nation y la Fundación Carolina, “Pensar más allá del 2030” reunió destacadas voces de gobiernos, organizaciones internacionales, agencias de cooperación internacional y la sociedad civil. 

El propósito fue dialogar sobre nuevos enfoques, ilustrar las prácticas y críticas impulsadas, así como identificar las prácticas innovadoras de la cooperación, y sus logros, además de dar visibilidad a la importancia de la cooperación para el logro de los ODS, en especial de un avance sustancial en la agenda de los derechos de las mujeres.  

A su vez, quedó expresada la importancia de integrar la mirada feminista y de la igualdad de género, así como las iniciativas vinculadas con la agenda climática, acción impostergable para una transformación verdadera que impacte en toda la sociedad. 

"La demanda aquí es ‘pongamos los recursos donde ponemos el discurso’ y esa disociación tan elocuente y permanente y vívida para las propias comunidades, tiene un impacto en la credibilidad del sistema internacional y del sistema de cooperación en particular. Es fundamental una mayor consistencia y generar esta reflexión", dijo Paula Narváez, embajadora de Chile ante la ONU y moderadora de la conversación.  

La Directora Regional Adjunta de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Cecilia Alemany, llamó a la cooperación en general a priorizar las donaciones a las organizaciones feministas y el apoyo a las instituciones públicas responsables de la agenda de igualdad, y alertó sobre la muy baja proporción de ayuda oficial al desarrollo (AOD) que llega directamente a las organizaciones de mujeres de la sociedad civil y a los ministerios o autoridades de la mujer, ya que en 2020-2021 representó menos del 1% de la AOD total.  

Destacó que, a pesar de que en el pasado la cooperación Sur-Sur no haya generado iniciativas significativas con foco en la igualdad de género, está emergiendo “una nueva generación de iniciativas de cooperación Sur-Sur y triangular, desde América Latina y en colaboración con España, que traen esta nueva agenda, que realmente busca cómo transformar la protección social desde la perspectiva de los cuidados y de soluciones para la violencia de género, e innovar en los marcos y en las prácticas”.  

Andrea Costafreda, directora del Programa para América Latina y el Caribe de Oxfam Intermón, abogó por una nueva concepción que contribuya a superar la visión a menudo aún “colonialista” de la cooperación internacional.  

“Desde los donantes, desde la cooperación, es preciso incorporar esas nuevas epistemologías críticas, que vienen de los ecofeminismos, de la economía feminista, de decolonialismos, que vienen del sur, que nos permiten relacionarnos de formas distintas con los saberes y sentires, que vienen del Sur”, dijo Costafreda.   

Por su parte José Antonio Sanahuja, director de la Fundación Carolina, se refirió al papel que deben jugar ante estos desafíos los gobiernos, especialmente de los países desarrollados, como España, donde se acaba de aprobar la Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global

En la nueva Ley de Cooperación, Sanahuja destacó varios puntos importantes para América Latina y el Caribe. Primero, que “se inicia con el concepto de desarrollo en transición” -promovido hace pocos años desde Chile, Uruguay, la CEPAL, el Centro de desarrollo de la OCDE y la Comisión Europea-, y que se refuerza “el compromiso legal de España de asignar el 0,7% del PBI a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD)”, “ya no se atará la cooperación a las métricas del PBI per cápita, y España seguirá así cooperando con países en transición, como lo son muchos de los países de América Latina y el Caribe”, indicó Sanahuja.  

Cabe también resaltar que en la nueva ley se transversaliza el concepto de igualdad de género y se promueve la cooperación feminista. “El desarrollo es un problema global, y propone parámetros que no son universalizables. Sin embargo, sí contamos con desafíos globales, por lo que necesitamos respuestas compartidas”, dijo Sanahuja.  

Jonathan Glennie, cofundador de Global Nation destacó que la pandemia de COVID19 demostró la necesidad y la importancia de fuertes inversiones públicas para superar los problemas más graves que enfrenta el mundo. 

“En este contexto de policrisis, se necesitan más recursos, capacidades y experiencia para implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, así como un sistema de cooperación más horizontal, transparente y representativo. Necesitamos más inversiones públicas internacionales -muchas más de las que tenemos actualmente-, pero no se trata solo de cantidad, sino también de calidad”, afirmó Glennie. 

En la misma dirección, Enrique O’Farrill, director de la Agencia chilena de Cooperación para el Desarrollo (AGCID), manifestó que “urge la necesidad de acelerar la triple transición: tecnológica, económica y socioecológica”, dijo O’Farrill, al tiempo que acotó que esta transición no pretende sustituir, sino que es complementaria a otros modelos de desarrollo. 

Esta triple transición, apunta O’Farrill, “debe considerar como eje central a la cooperación internacional. Esta región, y los países en transición necesitan cooperación técnica y otras herramientas hechas a medida, en lo que hemos llamado una cooperación tous azimuts y ahora podemos redefinir como cooperación circular”.  

Las principales recomendaciones que se hicieron en este Foro “Pensar más allá del 2030” fueron: 

  1. Reconocer que la agenda de igualdad de género sigue siendo un logro pendiente en todo el mundo, pero que tiene barreras estructurales aún mayores en los países en vías de desarrollo por lo que es fundamental seguir fomentando una cooperación (en todas sus formas) que tenga a la igualdad de género como objetivo principal. 

  1. Llamar a todo el sistema de cooperación a apoyar y financiar a las organizaciones de mujeres y feministas y a la institucionalidad de género como condición para el avance del ODS 5 y la Agenda 2030 que reciben menos del 1% de la AOD. 

  1. Asegurar que las organizaciones feministas y de mujeres participan de los debates y definiciones de la cooperación desde el diseño hasta la evaluación, y que sus voces y propuestas se integran en la toma de decisiones. 

  1. Promover más iniciativas de cooperación circular y triangular que pongan en el centro la agenda de igualdad de género y triple transición sin disminuir la necesaria cooperación por la cohesión social. 

  1. Asegurar que en la agenda birregional UE-LAC los nuevos programas de cooperación regional y a nivel nacional de la UE, en los países de la región, no se diluya la agenda social, de igualdad de género ni las iniciativas por la cohesión social. 

  1. Avanzar un pacto birregional de cuidados en el marco de la Cumbre UE-CELAC de 2023 sobre la base de la Estrategia europea de Cuidados y el compromiso de Buenos Aires hacia una sociedad de cuidados (LINK). 

  1. Seguir avanzando el debate sobre la necesidad de superar las métricas de la medición de la AOD, el desarrollo en transición, la necesidad de mantener y adaptar la cooperación con los países en transición, y profundizar el concepto de cooperación circular como una alternativa para superar los conceptos tradicionales de receptor-donante ya superados por la realidad. 

“Pensar más allá del 2030” fue así un productivo espacio para profundizar sobre estos nuevos enfoques. El evento fue seguido por una nutrida concurrencia en línea, que tuvo la oportunidad de hacer preguntas e interactuar con los panelistas. La grabación se puede ver en este enlace.