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En 2015, Fabrícia, una profesora indígena de la etnia sabanê, decidió estudiar un grado intercultural en la Universidad Federal de Rondônia (UNIR), un grado dirigido a profesores de educación básica para poblaciones indígenas.
Dentro de la universidad empezó a participar activamente en el movimiento indígena a través del directorio académico, para dar su opinión sobre las decisiones que afectaban a los estudiantes indígenas de la UNIR.
Hoy, después de enfrentar los desafíos de seguir estudiando durante la pandemia del COVID-19, Fabrícia tiene esperanzas de un futuro fuera de las aulas, trabajando para garantizar y promover los derechos de la población indígena, incluyendo el derecho a la educación básica para la niñez y la juventud.
"Desde 2015 he intentado aprender más sobre nuestros derechos. Hoy puedo acceder a información que antes desconocíamos y llevarla a los territorios. En la universidad, tenemos representantes en el consejo académico y consejeros indígenas. A partir de estos ejercicios, vemos que podemos hacer más, abrimos horizontes y nos damos cuenta de que lo que recibimos muchas veces es lo mínimo comparado con aquello a lo que tenemos derecho", explica la defensora de derechos humanos, quien en 2021 trabajó en el proyecto "Mujeres indígenas de Rondônia superando desafíos de comunicación", apoyado por "Conectando Mujeres, Defendiendo Derechos", iniciativa implementada por ONU Mujeres con financiación de la Unión Europea.
Los primeros contactos de Fabrícia con el movimiento indígena se produjeron en su preadolescencia, cuando acompañaba a reuniones a su padre, un consejero de salud indígena. En aquella época, comenta, ya se daba cuenta de que los consejos estaban formados en su mayoría por hombres. Al igual que los agentes de salud y los maestros, siempre tenían en común el hecho de ser hombres.
"Gracias a las diversas competencias que las mujeres indígenas han buscado, a partir del empoderamiento femenino, de la certeza de que somos capaces de hacer y ser lo que queremos, hoy tenemos mujeres ocupando espacios de decisión, a pesar de todos los desafíos y prejuicios", dice Fabrícia, que hoy es secretaria ejecutiva de la Asociación de Guerreras Indígenas de Rondônia, AGIR.
Reconociendo la visión colectiva de las mujeres a la hora de tomar decisiones que afectan a toda la comunidad, cree que lo que hace que una organización de mujeres indígenas sea fundamental para la defensa de los derechos es la sensibilidad y la capacidad de resolución de problemas de las mujeres indígenas que viven en los territorios, participan en la vida escolar de los niños, acuden a las consultas médicas y conocen a fondo lo que ocurre en las comunidades.
"Cuando estoy en los territorios y visito otras comunidades, siempre les digo a las mujeres que nuestra participación es fundamental en los momentos y espacios de toma de decisiones, porque somos nosotras las que tenemos esa visión colectiva y sentimos todas las transformaciones que ocurren en el territorio. Ha habido una reducción de la tala y la minería ilegal en algunos territorios como resultado de las acciones de las mujeres indígenas que han tenido el valor de denunciarlo. Sé que muchas tienen miedo, pero insisto en que es importante perder ese miedo, y que nunca es tarde para decidirse a denunciar y actuar para luchar por nuestros derechos como mujeres indígenas", afirmó Fabrícia.
AGIR y ONU Mujeres
En 2021, AGIR recibió apoyo financiero de ONU Mujeres para fortalecer sus capacidades institucionales. El proyecto llevado a cabo por la Asociación de Guerreras Indígenas de Rondônia buscó mejorar las habilidades de comunicación digital a través de talleres y el desarrollo de un plan de comunicación institucional. A partir de la comunicación implementada por AGIR en 2021, la organización aumentó su alcance online e incrementó su articulación política, pasando a formar parte de redes regionales de pueblos indígenas, así como de redes nacionales de mujeres indígenas.
Conectando mujeres, defendiendo derechos
La iniciativa de ONU Mujeres Brasil financiada por la Unión Europea tiene como objetivo fortalecer la solidaridad, las habilidades y las comunicaciones entre las defensoras de derechos humanos para la alerta temprana y la autoprotección contra las amenazas y la violencia contra las mujeres y las niñas. Tiene los siguientes objetivos: 1. Garantizar que las defensoras de derechos humanos se beneficien de espacios seguros para desarrollar estrategias de acción colectiva, promoción y protección en todas las regiones del país; e 2. Influir en la divulgación pública para hacer frente a los estereotipos nocivos y el discurso de odio.
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| Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas. |