Cuidar la Tierra, Cultivar el Futuro: El Compromiso de Rosario y ONU Mujeres por una Agricultura Sostenible en El Salvador"
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"Todo en la agricultura lleva un proceso. No es simplemente tomar tierra y sembrar, requiere cuidado y atención," señala Rosario Elizabeth Ramos (48 años), una dedicada caficultora y productora de cacao en Candelaria de la Frontera, Santa Ana, El Salvador. Rosario resalta la esencia de una agricultura consciente y respetuosa con el medioambiente, una práctica que ella misma ha adoptado y promueve en su comunidad.
Rosario pertenece al banquito “Mujeres Candelareñas”, un grupo de ahorro y préstamo apoyado por del Programa Mujeres, Economía Local y Territorios MELYT de ONU MUJERES en El Salvador. A través del programa MELYT, Rosario ha participado en iniciativas que fomentan no solo el empoderamiento económico de las mujeres, sino también la adopción de métodos agrícolas sostenibles. "Estamos haciendo reuniones de banquito de cómo podemos salir adelante como mujeres, cómo cuidar a nuestros hijos, a estar activas en la sociedad y ser líderes".
Rosario comparte su visión de un futuro más verde y sostenible a través de la producción orgánica. "Yo quisiera que pudiéramos tener una biofábrica para elaborar insumos orgánicos con otras mujeres y que cada una agarre un poco para su propia finca". Esta idea refleja su compromiso con prácticas que no solo benefician al medioambiente, sino que también promueven la salud y el bienestar de las comunidades.
La historia de Rosario es un testimonio poderoso del impacto positivo de la educación y la capacitación en la vida de las mujeres rurales. "Desde que empezamos con el café en este terreno, sentía la necesidad de capacitarme, de aprender y de compartir ese conocimiento con otras mujeres", recuerda. Su trayectoria demuestra cómo el conocimiento y la colaboración pueden transformar la agricultura en una herramienta de empoderamiento y sostenibilidad.
“Tenemos 5 años de haber sembrado este árbol, y la idea siempre ha sido formar un grupo de mujeres emprendedoras. Gracias a Dios, hemos logrado formar la cooperativa. Cuando llegue la producción completa, veremos si realizamos el procesado entre las mujeres que formamos parte de la cooperativa. Si vendemos las semillas tal como están, obtendremos menos ingresos, pero si procesamos el cacao, podremos darle más valor a las semillas y al producto en sí”, explica Rosario.
Rosario empezó su finca de cero. Desde 2009 ha participado en diversos proyectos que han mejorado su calidad de vida, trayéndole conocimientos agrícolas y nuevas formas de ganarse la vida y mejorar la calidad de vida de su familia.
“En 2009 llegó un proyecto en el que nos dieron 1500 arbolitos de café. En este terreno solo habían tres arbolitos. El programa nos enseñó a sembrar sombra por estaca, que era el árbol de la madre cacao. Yo puse el conocimiento a prueba; sembré un palito de café con activados líquidos y bocashi, y sembramos uno al que no le echamos nada. Al que le pusimos abono creció más frondoso, hermoso y bien gordito. Desde el tronco se desarrolló muy bien, y el otro no. Quedó delgadito, amarillo, con dos ramitas. Ahora tenemos las fincas bajo sombra, de la variedad Pacas. Sacamos 20 quintales, 25 oro, ya en la recolección y la hemos estado cuidando. A esta finquita no le ha dado roya porque la hemos venido cuidando”, explica.
Sus cultivos dan buen resultado en café, en granos básicos y hortalizas. “Nos ayudan a proteger las plantas para que salga más frondosa. Nos ayuda a minimizar el uso de químicos. Lo que es orgánico, al echarle a la planta, reacciona igual y hasta mejor, porque es bien saludable tanto para nosotros como para las familias a quienes le vendemos el producto”, asegura Rosario.
Rosario y las mujeres de su comunidad están en la primera línea de la agricultura sostenible. Su historia inspira a reconocer y apoyar el rol vital que las mujeres desempeñan en la protección de la Madre Tierra, mostrando que, con el cuidado adecuado y la atención necesaria, es posible cultivar un futuro más próspero y sostenible para las próximas generaciones.
Acerca del Programa MELYT
Como una de las acciones de respuesta al desafío de hacer local la agenda global del desarrollo sostenible, la Oficina regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, lanzó en 2018 el programa MELYT Mujeres, economía local y territorios, financiado por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS), para dar asistencia técnica a los países de la región SICA, que han mostrado interés en la territorialización del eje de autonomía económica de las mujeres de la PRIEG/SICA (Política Regional de Igualdad y Equidad de Género del Sistema de Integración Centroamericana).