Las mujeres y las niñas en el centro de la protección y conservación del medio ambiente.

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En el marco del Día Mundial de la Madre Tierra, que se conmemora cada 22 de abril, se busca alzar la voz, visibilizar el impacto y los cambios provocados por la humanidad en la naturaleza, así como las acciones que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, que pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta. 

La crisis climática es el problema más apremiante de nuestros tiempos, que amenaza el progreso en materia de igualdad de género y derechos humanos y obstaculiza el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La crisis climática y la degradación ambiental profundizan la desigualdad que enfrentan las mujeres y las niñas, ya que incrementan el riesgo de sufrir violencia basada en el género y el matrimonio infantil.  

Del mismo modo, el trabajo de cuidados no remunerado de las mujeres en las familias y comunidades suele aumentar en el contexto del cambio y el estrés medioambientales, pues el agua, el combustible y los alimentos nutritivos son más difíciles de conseguir y aumentan las necesidades sanitarias de integrantes de la familia.1 De acuerdo con la publicación “Justicia climática feminista: un marco de acción”, de ONU Mujeres, el peor escenario de cambio climático a nivel global podría derivar a que en 2050 haya 158 millones más de mujeres y niñas en situación de pobreza y que adicionalmente 236 millones se enfrenten a la inseguridad alimentaria.

El día Mundial de la Madre Tierra también representa un momento para recordar que las mujeres y las niñas de todo el mundo están a la vanguardia del activismo climático y han empleado diversos métodos para proteger el medio ambiente y oponerse a proyectos extractivos dañinos. En muchos contextos, incluyendo en América Latina y en México, además de liderar los esfuerzos de respuesta, adaptación y mitigación del cambio climático, y la defensa del territorio, son referentes al mantener vigentes prácticas de preservación de la naturaleza que provienen de culturas y comunidades indígenas.  

Cada vez son más las niñas y las mujeres que deciden estudiar carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), lo que es fundamental no solo para la igualdad de género, sino también para abordar los desafíos ambientales desde una perspectiva científica y tecnológica. El aumento en la presencia de mujeres en carreras STEM puede contribuir significativamente a la investigación, la innovación y las soluciones para proteger el medio ambiente y abordar los retos del cambio climático. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer. En el caso de México, en 2022, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) encontró que solo tres de cada 10 profesionistas en STEM eran mujeres y  que tendrían que aumentar en al menos 71% para alcanzar un nivel similar al de los hombres.3 Por tal motivo, el contar con historias y testimonios de mujeres como las integrantes de la Red Internacional de Divulgación de la Cultura, Ciencia y Tecnología (REINDICCYT), nos permite visibilizar y difundir la importancia de las niñas y mujeres en estos espacios y cómo la brecha de género se está acortando.

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Foto: Fernanda Ocampo

“Como biólogas marinas podemos contribuir a una gestión ambiental correcta. Las mujeres y niñas tenemos la capacidad de la innovación y el emprendimiento, podemos contribuir en lo que es la innovación de tecnologías y prácticas sostenibles”, enfatizó Fernanda Ocampo, estudiante de Biología Marina en México e integrante de REINDICCYT, quien además menciona que uno de los principales desafíos que se enfrentan ante el cambio climático son los gases de efecto invernadero, por lo que se necesita transicionar a energías sustentables como la solar, hidroeléctrica y geotérmica. 

La educación ha estado presente en el contexto de la problemática ambiental desde el comienzo, la recomendación 96 de la Conferencia de Estocolmo (1972) instó "al desarrollo de la educación ambiental como uno de los elementos más vitales para un ataque general de la crisis del medio ambiente mundial".

“La educación ambiental es fundamental para poder transformar el mundo, enseñar prácticas más sustentables, a través de la ciencia y la tecnología es la clave principal para poder desarrollar e innovar soluciones sostenibles. Las niñas y mujeres en todo el mundo desarrollamos un papel fundamental como agentes de cambio y líderes”, comentó Alondra Fraustro, química, educadora ambiental mexicana e integrante de REINDICCYT. 

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Foto: Alondra Fraustro

De ahí la importancia de que todas y todos sumemos acciones que nos permitan conservar y proteger el medio ambiente. En el caso de las mujeres, se están realizando grandes progresos y los Gobiernos recurren cada vez más a su experiencia y liderazgo cuando deben adoptar decisiones importantes relativas al medio ambiente. “Las mujeres en la ciencia podemos aportar perspectivas muy diversas y soluciones muy innovadoras. Debemos decirles a las niñas que sí son capaces de hacer cambios por sí mismas. Como bióloga, el proteger el medio ambiente tiene bastantes ramificaciones, como restaurar los ecosistemas, investigar las especies que están en peligro, y fomentar la educación ambiental”, mencionó Yami Aguilar, Bióloga mexicana e integrante de REINDICCYT.  

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Foto: Yami Aguilar

“Es necesario establecer políticas ambientales sólidas, y el papel de las mujeres es fundamental para una ciencia más equitativa, por lo que debemos incentivar a las niñas a querer convertirse en científicas”, comentó Martha Itzel Parada, Bióloga y estudiante de oceanografía costera en México e integrante de REINDICCYT. 

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Foto: Martha Itzel Parad

Todavía queda mucho por hacer para promover el rol de las mujeres en la toma de decisiones y la garantía de un futuro mejor para todas y todos, por lo que hay que generar acciones y espacios que permitan a las nuevas generaciones de niñas ser parte de estas carreras.  “Si eres una niña o mujer en carreas de STEM, tienes un rol fundamental en el cuidado del medio ambiente, y que profesionales como nosotras formen parte de proyectos enfocados en este tema, es indispensable”, finalizó  Priscila Pagnotta, Bióloga Argentina e integrante de REINDICCYT. 

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Foto: Priscila Pagnotta

[1] UN Women.Feminist climate justice: A framework for action (2023): https://www.unwomen.org/en/digital-library/publications/2023/11/feminist-climate-justice-a-framework-for-action

[2] ONU Mujeres. “Justicia climática feminista: un marco de acción” Consultado en: Gender Snapshot 2023: https://www.unwomen.org/sites/default/files/2023-09/progress-on-the-sustainable-development-goals-the-gender-snapshot-2023-en.pdf

[3] Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).Boletín: Hacen falta estrategias integrales en los estados para sumar a más mujeres a carreras STEM (2023): https://imco.org.mx/wp-content/uploads/2023/02/Boletin-IMCO_Mujeres-en-STEM-en-los-estados-1.pdf

[4] UNESCO. LA CONSTRUCCION CONCEPTUAL DE LA EDUCACION AMBIENTAL  EN EL CONTINENTE: https://www.oas.org/udse/edusostenible/generales.htm

Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas.