Mujeres caficultoras colombianas potencian a sus comunidades preservando su legado cultural y ancestral

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Las mujeres están reviviendo y adaptando prácticas que han sostenido a sus comunidades durante generaciones, creando un modelo de agricultura sostenible que puede inspirar a otras comunidades. Foto: ONU Mujeres/Miguel Varona.
Las mujeres están reviviendo y adaptando prácticas que han sostenido a sus comunidades durante generaciones, creando un modelo de agricultura sostenible que puede inspirar a otras comunidades. Foto: ONU Mujeres/Miguel Varona.

 

En las montañas del departamento del Cauca, suroccidente de Colombia, donde el aroma del café se mezcla con la brisa de sus verdes paisajes, Jineth Casso Piamba, una mujer indígena nasa, lidera una revolución silenciosa. Con 15 años de experiencia en liderazgo comunitario, Jineth ha encontrado en el proyecto ‘Raíces, mujeres sembradoras del cambio’ no solo una oportunidad de crecimiento económico, sino un camino hacia el empoderamiento colectivo, la armonía con la madre Tierra y el cuidado del medio ambiente. En el marco del día internacional de las mujeres rurales, resaltamos su historia y la de la Asociación Mejor Vivir, Mujer y Juventudes, quienes, con su café, ‘Buen Augurio’, siembran la esperanza en su territorio y contribuyen al desarrollo rural.

Caldono, está ubicado en el norte del Cauca, a 67 kilómetros de la capital del departamento, Popayán, al suroccidente de Colombia. Cuenta con una población de 43.224 habitantes, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), de los cuales 32.667 se auto reconocen como indígenas, 17.404 mujeres, que habitan en seis resguardos. Es en este municipio, rodeado de montañas y verdes paisajes es donde creció Jineth Casso Piamba, quien hace parte del Resguardo Indígena de San Lorenzo.

Con 248 incursiones armadas y más de 500 hostigamientos cometidos por la guerrilla de las Farc-EP entre el año 1997 y el 2014, es el segundo poblado urbano y rural en el país, con el mayor número de acciones en contra de la vida y la integridad. De acuerdo con información de la Comisión de la Verdad, “la sistematicidad de las confrontaciones llevó al deterioro de los planes de vida de las comunidades indígenas y campesinas que habitan ese territorio”. En medio de este panorama, surge la Asociación Mejor Vivir, Mujer y Juventudes, liderada por Jineth Casso Piamba, con el ánimo de reconstruir el tejido social y fortalecer la participación de las mujeres y las personas jóvenes en Caldono.

 

El proyecto ‘Raíces’ ha sido un medio para fortalecer a las mujeres caficultoras a través del empoderamiento económico y les ha ayudado a consolidar la transformación del café a partir de la ancestralidad. Foto: Cortesía Jineth Casso Piamba.
El proyecto ‘Raíces’ ha sido un medio para fortalecer a las mujeres caficultoras a través del empoderamiento económico y les ha ayudado a consolidar la transformación del café a partir de la ancestralidad. Foto: Cortesía Jineth Casso Piamba.

 

“Con la Asociación, de la cual hacemos parte 60 mujeres, buscamos hacer incidencia aquí, en el territorio; 30 de nosotras, madres, cabeza de hogar, estamos vinculadas directamente a ‘Raíces’. En la asociación tenemos varias líneas establecidas, una es la participación política de las mujeres, otra es la defensa de los derechos humanos y la tercera es la línea de empoderamiento económico de las mujeres, donde este proyecto nos ha permitido fortalecernos con el cultivo del café”, cuenta Jineth Casso Piamba, representante legal de la Asociación Mejor Vivir, Mujer y Juventudes, Caldono, Cauca.

De acuerdo con el Comité de Cafeteros, el departamento del Cauca ocupa el cuarto puesto a nivel nacional en la producción de café y se ha convertido en una región líder en el país en la producción de cafés especiales, siendo una ventaja para el área, lo que hace posible incentivar la mejoría de los procesos y optar por la certificación de las unidades productivas donde se cultiva. Además, según esta entidad, en el Cauca, el 30% de la caficultura está en manos de las mujeres.

El café producido por la Asociación Mejor Vivir, Mujer y Juventudes tiene un valor agregado al ser cultivado por mujeres que buscan preservar sus tradiciones y cultivar de una manera amigable con el medio ambiente.

“Cuando empezamos con este proyecto, desde el primer momento dijimos que nuestro café debe tener algo especial, un diferencial y no puede ser otro que nuestras propias raíces; entonces empezamos a crear la idea de conservar nuestra marca de sabiduría con el proyecto artesanal de café tostado en callana ‘Buen Augurio’ y hacer uso de todas las herramientas ancestrales para tratar de evitar la industrialización de nuestro café”, cuenta Jineth.

Como representante legal de la Asociación Mejor Vivir, Mujer y Juventudes, Jineth ha visto cómo el proyecto ‘Raíces’ ha transformado la vida de las mujeres caficultoras y sus familias, beneficiando a toda la comunidad.

Con 15 años de experiencia en liderazgo comunitario, Jineth Casso Piambo ha encontrado en el proyecto ‘Raíces, mujeres sembradoras del cambio’ no solo una oportunidad de crecimiento económico, sino un camino hacia el empoderamiento colectivo, la armonía con la madre Tierra y el cuidado del medio ambiente. Foto: ONU Mujeres/Miguel Varona.
Con 15 años de experiencia en liderazgo comunitario, Jineth Casso Piambo ha encontrado en el proyecto ‘Raíces, mujeres sembradoras del cambio’ no solo una oportunidad de crecimiento económico, sino un camino hacia el empoderamiento colectivo, la armonía con la madre Tierra y el cuidado del medio ambiente. Foto: ONU Mujeres/Miguel Varona.

 

“El proyecto ‘Raíces’ ha sido un medio para fortalecer a las mujeres caficultoras a través del empoderamiento económico y ha sido muy importante porque hemos podido consolidar la transformación del café a partir de la ancestralidad y la sabiduría que nos han dejado los mayores y mayoras, por eso, nosotras tostamos el café en callana, dándole ese valor agregado al sabor, la contextura, la concentración y la presentación. Todo esto es hecho por manos de nosotras, las caficultoras, que hacemos todo el proceso desde la siembra, la cosecha la limpia y la transformación del café y que aparte de eso lo cultivamos con abonos orgánicos para garantizar el un producto saludable y que no contamine el medio ambiente”, comenta Jineth.

Las mujeres están reviviendo y adaptando prácticas que han sostenido a sus comunidades durante generaciones. Este enfoque holístico no solo beneficia al medio ambiente, sino que también fortalece la resiliencia de la comunidad frente al cambio climático, al diversificar sus cultivos y mantener prácticas agrícolas tradicionales, están creando un modelo de agricultura sostenible que puede inspirar a otras comunidades.

El aroma del café tostado en callana se mezcla con el olor a tierra húmeda, recordando que en cada grano de este café artesanal se esconde una historia de resiliencia y sabiduría ancestral de las mujeres que, como Jineth, están redefiniendo su papel en el mundo. Su legado no es solo un producto de alta calidad, sino un modelo de vida en armonía con la naturaleza, demostrando que el progreso económico y el cuidado del medio ambiente no solo pueden coexistir, sino que deben hacerlo para lograr un futuro verdaderamente sostenible.

Conozca aquí sobre la iniciativa Raíces, mujeres sembradoras del cambio

 

Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas.