Desde mi perspectiva: “Las mujeres indígenas estamos tomando las riendas de nuestras comunidades”
Mayer Sánchez forma parte del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), al sur de Colombia. Desde allí ha fungido como alguacil mayor, secretaria de cabildo, alcaldesa mayor y gobernadora suplente de su comunidad. Forma parte de las 300 mujeres indígenas que han avanzado en la consolidación de estrategias y mecanismos de protección integral ancestral y autoprotección en el marco de ProDefensoras, una iniciativa de ONU Mujeres y la Embajada de Noruega, en articulación con la Defensoría del Pueblo, para proteger a las defensoras de derechos humanos. Desde diplomados hasta diagnósticos de participación política de las mujeres indígenas se han logrado consolidar a través de este proyecto.Fecha:
“Los pueblos indígenas, especialmente las mujeres, venimos de un proceso de exterminio no solo físico sino espiritual. Cuando las mujeres comienzan a empoderarse en procesos organizativos, se van abriendo espacios para ejercicios políticos que posibilitan que las comunidades sigan existiendo y resistiendo. En esa consolidación del empoderamiento de las mujeres indígenas, está justamente enfocado todo el trabajo de ONU Mujeres con el CRIC en el Programa Mujeres, el cual nos ha servido, desde 1993 que se constituyó, a tender puentes para las compañeras que vienen detrás, tomando como hecho fundamental que las mujeres somos quienes velamos por la supervivencia de nuestros pueblos. Es ahí en donde está nuestro rol más importante: la protección del territorio.
Este apoyo al Programa Mujeres no solo ha sido económico, sino también político y social, lo que ha permitido que se faciliten muchos de los procesos que se vienen adelantando a favor de la autonomía de los pueblos indígenas, gracias a los ejercicios de capacitación a las lideresas que han emprendido, de una u otra manera, la defensa de los derechos humanos.
Los avances que hemos tenido como mujeres indígenas después de este proyecto han sido muy significativos. Antes era invisible la labor de las defensoras de derechos humanos dentro de la comunidad indígena, era incluso imposible hablar de participación, reunirse para dialogar sobre derechos o de reconocerse como lideresa. Eso era algo que muy pocas mujeres podían hacer. Hoy, gracias a esta formación, muchas se reconocen como defensoras, y eso ayuda a que la defensa del territorio se consolide igualmente y para auto reconocernos y abrir las puertas para otras generaciones.
Hemos avanzado a pasos agigantados para el fortalecimiento, no solo como mujeres, sino en general, como comunidad indígena. Eso se ve reflejado en que algunas compañeras puedan decir hoy en día, sin temor alguno: sí podemos, es posible avanzar como mujeres y pueblos indígenas y tenemos toda la capacidad de asumir espacios de toma de decisiones por el bien de todas, todos y del territorio que habitamos.
Esta es la semilla para que avancemos en un nuevo contrato social que ponga el buen vivir comunitario, dentro y fuera de nuestros pueblos indígenas, donde el liderazgo político organizativo de las mujeres se resalte y así podamos avanzar hacia una unidad que le permita a nuestra comunidad reconstruir mejor en medio de la pandemia, y en donde nuestros sentires y saberes nos lleven a ser mejores como comunidad.
Esto aun sabiendo los retos que representa ser mujeres, pues abrirnos paso entre nuestra misma comunidad no es fácil a pesar de contar con conocimientos para hacerlo. Cuando las mujeres queremos aspirar a espacios de representación, somos miradas desde lo personal: quién has sido tú en tu familia, en tu relación marital…Es importante que se dé un justo reconocimiento a la mujer indígena dentro de sus pueblos, no solo como dadora de vida, sino también como personas con sueños e ideales, que se sepa que podemos también gestar cosas a favor de nuestras comunidades y de nuestras propias mujeres.
Las mujeres indígenas en el Cauca estamos tomando las riendas de nuestra comunidad a nivel zonal, local y regional. El mundo entero debe comprender que ser indígenas significa pensarnos desde la diferencia y que desde ahí es posible construir una mejor realidad. Los pueblos indígenas somos ejemplo de diálogo y escucha”.