Victoria Moncada: “Las mujeres rurales son guardianas de la sostenibilidad y garantes de la seguridad alimentaria”

¿Cuál es el vínculo de las mujeres rurales con la sostenibilidad, el medioambiente y la tierra?  

Las mujeres rurales llevan intrínseca la sabiduría del cuidado, no solo de sus hogares y de los alimentos, sino del planeta. Son fundamentales para nuestra ganadería y agricultura. Con el paso del tiempo, también se han incorporado a las estructuras empresariales. Si bien hay un gran desfasaje entre la titularidad de los desarrollos y el verdadero rol que se ejerce, es fundamental reconocer esa situación para construir sociedades más equitativas. 

¿Qué prácticas sostenibles estás impulsando para la producción de alimentos? 

El desarrollo hidropónico lo construimos mediante dos organizaciones, la Fundación Consumo y Ambiente y la Cooperativa de Trabajo Productores de Churqui Cañada. Se constituye como un proyecto de triple impacto, haciendo foco en el cuidado del ambiente, la comunidad y el desarrollo económico. Desde su inicio lo pensamos en términos de economía circular, haciendo del proceso una oportunidad, no solo para extraer la clorofila y producir el wheatgrass –jugo de brotes de trigo hidropónico- para nuestro proyecto ‘Trigo’, sino también para alimentar animales con el excedente.  

¿Qué barreras y desigualdades enfrentan las mujeres rurales?  

Así como la energía eléctrica, el agua potable, los caminos y la conectividad llegan desfasados a las comunidades rurales, los pequeños logros en la búsqueda de la equidad gozan de iguales retrasos. Entre las barreras más hostiles se encuentra el acceso a la salud. En el siglo XXI, se ha convertido en la variable determinante que sostiene a las mujeres rurales en un plano de absoluta desigualdad. A pesar de los avances de las políticas públicas, es escaso el impacto en las zonas rurales donde se presentan la mayor cantidad de embarazos sin controles, la falta de revisiones ginecológicas o una adecuada salud bucal y cientos de patologías sin resolver, incluso las ligadas a las violencias de género. 

¿Como afecta la sobrecarga de cuidados a las mujeres rurales y qué medidas se deberían promover?  

La sobrecarga de cuidados es una situación que nos atraviesa a la mayoría de nosotras. En cada uno de los puntos cardinales de nuestro país, somos grandes contribuyentes no reconocidas a la economía argentina. Esa responsabilidad del cuidado de niños/as, personas con discapacidad o personas mayores de nuestra familia ha venido dada y ha sido hasta ahora tan intrínseca y exclusiva por el hecho de ser mujeres. De los resultados que arrojan las encuestas del uso del tiempo, puede identificarse el gran impacto que las tareas del hogar tienen en el desarrollo de la vida diaria de las mujeres. Esa jornada doble en la vida citadina se transforma en una jornada sin fin cuando a la misma se le agrega la alimentación de los animales de la granja, el corte de la leña y acarrear el agua. La única herramienta que permitirá un reparto más igualitario será la educación con perspectiva de género en las nuevas generaciones, pero es el Estado en su relación con las familias quien puede y debe estipular para estas tareas no remuneradas el valor que tienen, asignándoles un valor económico uniforme. 

¿Como lograste llegar a ser la primera mujer presidenta de la sociedad rural de Córdoba?  

Mi piedra basal fue, en lo externo, la legislación nacional y, en lo interno y personal, la determinación de que la paridad en las organizaciones y la sociedad es lo justo y lo correcto. Basada en la ley de Paridad de Género en espacios de representación política que se sancionó en el año 2017 y con la firme convicción de que la nueva normativa impactaba en la interpretación de nuestro estatuto, construimos la paridad en la organización. La “firme convicción” con la que trabajé esta reforma tuvo su base sólida en mi formación que me permitió sostener con claridad y perseverancia que ese era el camino correcto. Desde muy chica participo en el Sindicato de Amas de Casa, una organización que me dio las bases y forjó mis convicciones para lograr este desarrollo. 

¿Qué resistencias encontraste en tu camino hacia el liderazgo? 

La paridad pregonada por todas las mujeres encontró sus aliados en un puñado de varones, cuya formación también les permitió ver que esa conformación fortalecía a la organización. La paridad no fue tan resistida como en el ejercicio del poder bajo mi titularidad cuatro años antes. Las dificultades que encontré son infinitas y permanentes. Aún después de haber asumido este cargo, no en todos los casos admitieron la conducción femenina y en esta instancia me refiero a varones y mujeres. La mayoría de estas dificultades están vinculadas a situaciones de violencia verbal, psicológica y también al comportamiento en grupo de un sector que tiene intenciones de estorbar la dinámica de las acciones.  

¿Qué estrategias usarías para que más mujeres lleguen a espacios de decisión?  

Incentivar a las mujeres rurales para que lleguen a esos espacios de decisión. Las organizaciones vinculadas a la ruralidad están compuestas por muchas mujeres, cuyas capacidades teóricas y prácticas y su experiencia en el interior de estas, las convierte en formidables lideresas. Desde la Sociedad Rural de Córdoba estamos formando un espacio de consultoría para asesorar y construir estos caminos junto a ellas. Muchas veces, todo está en nuestras manos y el efecto de la sororidad es lo que te permite tomar la decisión, sabiendo que vas a estar acompañada. Las herramientas existen, las capacidades sobran, debemos encontrar los mecanismos económicos para poner esa batería de herramientas a disposición de las mujeres. 

* La hidroponía es un sistema de cultivo que permite un uso más racional del agua y se revela como una solución para luchar contra el cambio climático y la sobreexplotación de la tierra.