Afrolatinas migrantes y refugiadas en Brasil superan prejuicios a través de la educación y autonomía financiera

Una historia de lucha 

Leona es una migrante venezolana que llegó a Brasil el último día del 2021. Acompañada de sus cuatro hijos, viajó en busca de tratamiento médico y un mejor futuro para su familia. Durante su estancia en un refugio de Boa Vista, conoció el programa Moverse y el proyecto Empoderando Refugiadas. Se matriculó en los cursos y con ellos se abrieron más posibilidades de desarrollo personal. 

"En el refugio empecé a recibir atención psicológica, porque estaba deprimida. Duele dejar tu país, sola, con tus hijos, sin saber adónde ir y cómo vas a vivir. Gracias a Dios, busqué ayuda, y luego empecé a hacer cursos. Hice un curso sobre atención al cliente y ventas, de Empoderando Refugiadas y participé en diferentes actividades en el refugio", recuerda. Hace poco, Leona terminó el bachillerato.  

"En todos estos cursos he aprendido lo que significa estar empoderada, la importancia del conocimiento, que te hace libre e independiente. Esto es muy importante, sobre todo para nosotras, que somos madres solteras y mujeres negras", destaca. 

“Hay cosas que no podía hacer en mi país, pero aquí, sí. Adquirí muchos conocimientos, aprendí a comunicarme, conocí otra cultura, terminé el bachillerato y ahora voy a emprender un negocio. Además, seguiré trabajando como cuidadora de personas mayores y quiero seguir estudiando. Mi historia no ha hecho más que empezar. Saber esto y ver que mi vida ha cambiado por completo, me emociona. Esto es sólo el principio de mi historia”. 

Leona cuenta que el trabajo con su autoestima empezó cuando llegó a Brasil. Por mucho tiempo estuvo avergonzada de su color. Como mujer negra, su vida ha estado marcada por el racismo en diferentes etapas, desde la infancia hasta la edad adulta y fue uno de los factores que agravó su depresión. Hoy, es un enemigo que está decidida a vencer cada día.  

"Cuando alguien me dice que soy ‘morena’, respondo inmediatamente que no, ¡que soy negra! He aprendido a quererme, a amar mi piel. Amo mi color. Durante mucho tiempo viví sin autoestima y sin saber lo que significaba mi color. Hoy tengo un sentimiento que no puedo explicar, sabiendo todo por lo que pasaron mis antepasadas: la esclavitud, la valentía y el coraje que tuvieron para luchar por la libertad. Me siento muy orgullosa de ellas", declara. 

Determinación e inclusión  

Lorena es una migrante venezolana que viajó hace casi tres años a Brasil en busca de nuevas oportunidades.  

A través del programa Moverse, hizo cursos que la prepararon para el mercado laboral y fue transferida de Roraima a São Paulo, a través de la modalidad de Vacante de Empleo Signada (VES).  

"Llegué a Brasil muy joven, nunca había trabajado en Venezuela porque era menor de edad. Así que llegué aquí sin experiencia y hacer los cursos fue importante porque me ayudó a conseguir trabajo. Vine a São Paulo a trabajar como asistente de ventas. Fue mi primer trabajo, aprendí mucho, teníamos muchas formaciones y las hice todas", recuerda Lorena. En poco tiempo, ahorró lo suficiente para construir su propia casa en Venezuela, donde permanece su familia. Para ella, fue solo el primero de muchos sueños por cumplir. 

Actualmente Lorena está en busca de empleo. Asegura que las situaciones de racismo y xenofobia que ha experimentado en algunas entrevistas no le impedirán seguir adelante.  

"Mi color es muy importante para mí. Estoy orgullosa de ser negra, pero siento que a veces la gente, en las entrevistas de empleo, se siente incómoda porque soy negra, porque soy migrante", dice. "Con mi esfuerzo he aprendido a luchar por mis cosas, a conseguir lo que quiero con mi sudor. Eso es muy importante. Quiero volver a trabajar, estudiar, ir a la universidad para que me reconozcan donde vaya. Vine aquí con mis sueños y seguiré trabajando duro hasta conseguirlos", asegura Lorena.