Trayectos | Empoderando a las mujeres en movilidad humana en Centroamérica

Fecha:

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Antecedentes

Centroamérica ha enfrentado en los últimos años una crisis de movilidad humana sin precedentes, alimentada por factores interconectados como la desigualdad, la violencia, las crisis económicas y el cambio climático, con cientos de miles de personas emprendiendo peligrosos viajes a través de la región. Las mujeres, adolescentes y niñas, quienes representan el 51,3 % de esta población, están especialmente expuestas a riesgos como la violencia basada en género, la trata y la explotación, lo que subraya la urgente necesidad de medidas y servicios de prevención y protección adaptados a sus necesidades.

Este trayecto por Centroamérica hacia el norte iniciaba en Panamá, en el peligroso Tapón del Darién, una escarpada región selvática que conecta América del Sur y Centroamérica, caracterizada por su limitada infraestructura y altos riesgos de explotación y violencia. Sólo en 2024, Panamá registró más de 286.210 entradas desde Colombia, de las cuales el 39 % correspondía a mujeres y niñas2. Aproximadamente, el 21 % eran personas menores de edad, entre ellas niñas, niños y adolescentes no acompañados o separados de sus familias, incrementando la exposición y vulnerabilidad frente a riesgos específicos a su integridad y protección.

Desde Panamá, entre enero y octubre 2024, al menos 300.000 personas entraron a Costa Rica³, antes de cruzar Nicaragua y continuar su viaje a través de Honduras. Durante los tres primeros trimestres de 2024, Honduras registró 313.000 entradas irregulares⁴. En este corredor centroamericano se concentran puntos críticos de la ruta migratoria, donde la población en movilidad humana enfrenta retos humanitarios adicionales.

Las políticas que anuncian deportaciones masivas y las modificaciones en los procesos de asilo han afectado directamente el tránsito migratorio, ocasionado una disminución importante en el número de personas viajando hacia el norte del continente y generado un cambio en la dirección de los flujos mixtos. Adicionalmente, las deportaciones hacia Centroamérica y Suramérica agravan la crisis en la región y amenazan los derechos humanos de las personas retornadas, quienes suelen enfrentar la detención y traslado sin representación legal adecuada y/o separaciones familiares forzadas.

En estos contextos, las mujeres, adolescentes y niñas enfrentan riesgos de protección diferenciados y necesidades específicas de atención y respuesta. Gracias a su presencia en el terreno, ONU Mujeres ha podido evidenciar que las mujeres, adolescentes y niñas en movilidad humana en Centroamérica están especialmente expuestas a:

Riesgos de protección

  • Trata y tráfico de personas.
  • Explotación y abusos sexuales.
  • Explotación laboral.
  • Sexo transaccional o sexo por supervivencia.
  • Uniones tempranas y forzadas.
  • Reclutamiento forzoso por grupos armados no estatales.
  • Extorsión y secuestros.

Violencia basada en género (VBG)

  • Violencia sexual.
  • Violencia física.
  • Violencia psicológica.
  • Violencia económica.
  • Violencia institucional.

Obstáculos para acceder a los servicios y la información

  • Brechas en los servicios de protección, salud y salud mental adaptados a la población en tránsito.
  • Falta de continuidad a lo largo de la ruta migratoria.
  • Capacidad limitada en materia de género por parte de los equipos humanitarios.
  • Falta de voz de las mujeres en la planificación humanitaria.
  • Desinformación, discriminación y xenofobia.


Si bien las intervenciones de ONU Mujeres en el marco del programa Trayectos: empoderando a las mujeres en movilidad en Centroamérica han contribuido significativamente a abordar estos riesgos de protección, el contexto migratorio en la región hace que sea fundamental asegurar recursos adicionales para garantizar el acceso a servicios de protección, sensibles al género, para las mujeres y niñas en movilidad humana, así como a iniciativas de cohesión social que contribuyan a prevenir conflictos en las zonas de tránsito y comunidades de acogida.

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Foto: ONU Mujeres

Nuestro impacto

Con el generoso apoyo del Gobierno de Japón, ONU Mujeres para las Américas y el Caribe ha dado pasos significativos en el avance del programa Liderazgo, empoderamiento, acceso y protección (LEAP), Trayectos, para abordar la respuesta a la movilidad humana en Centroamérica. Esta iniciativa ejemplifica el profundo impacto del enfoque de triple nexo que integra los pilares: acción humanitaria, paz y desarrollo sostenible para abordar de forma holística las necesidades de las mujeres.

Con el generoso apoyo del Gobierno de Japón, ONU Mujeres para las Américas y el Caribe ha dado pasos significativos en el avance del programa Liderazgo, empoderamiento, acceso y protección (LEAP), Trayectos, para abordar la respuesta a la movilidad humana en Centroamérica. Esta iniciativa ejemplifica el profundo impacto del enfoque de triple nexo que integra los pilares: acción humanitaria, paz y desarrollo sostenible para abordar de forma holística las necesidades de las mujeres.

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Principales logros

Mayor acceso de las mujeres y las niñas a servicios de protección

  • Prestación de servicios de protección que salvan vidas. En alianza con ONG locales e internacionales, ONU Mujeres brindó asistencia especializada a cerca de 20.000 mujeres y niñas en movilidad humana, entre ellas sobrevivientes de violencia basada en género, ayudando a su recuperación y resiliencia. Diseñados para ser accesibles e inclusivos, los servicios de protección prestados a través de este programa incluyeron apoyo psicosocial, atención a la violencia basada en género y derivaciones a servicios multisectoriales. Con el fin de abordar las necesidades específicas de protección de las mujeres, ONU Mujeres ha complementado estos servicios con la entrega de más de 20.000 kits con insumos de aseo y salud adaptados a los retos diferenciados a los que se enfrentan las mujeres en la movilidad humana y a sus necesidades únicas, contribuyendo así a la mejora de su seguridad y bienestar en el trayecto. 
  • Sin dejar a nadie atrás. A través de un enfoque culturalmente sensible, ONU Mujeres ha reforzado las alianzas locales e impulsado iniciativas de desarrollo sostenible y paz. A través de este proyecto, mujeres migrantes, rurales e indígenas, jóvenes y adultas mayores y mujeres con discapacidad han sido consultadas regularmente para garantizar que los servicios y la asistencia humanitaria protejan derechos, respondan a los contextos locales y a las necesidades reales de las personas en movilidad humana en Centroamérica. En Honduras, ONU Mujeres y sus organizaciones socias Agua Pura para el Mundo y Fundación Alivio del Sufrimiento utilizaron una estrategia de “Tiendita de la higiene” para llegar con insumos e información que salva vidas a las mujeres y niñas que ingresaron por la frontera suroriente del país. En Costa Rica y Panamá los kits fueron entregados en alianza con HIAS en las fronteras norte y sur de ambos países, a través de brigadas móviles y en espacios seguros para mujeres y niñas.

Mayor liderazgo y participación de las mujeres en movilidad humana en los esfuerzos de protección y cohesión social

  • Fortalecimiento de la cohesión social. ONU Mujeres ha contribuido al fortalecimiento de la cohesión social en las fronteras de Costa Rica, Honduras y Panamá mediante la organización de 20 diálogos sociales que reunieron a mujeres en movilidad humana y de las comunidades de acogida, autoridades locales y organizaciones de la sociedad civil. Estos diálogos permitieron la creación y el fortalecimiento de conexiones entre las redes de mujeres y los liderazgos locales, fomentando una gobernanza con perspectiva de género y dotando a las mujeres de las habilidades, la confianza y los conocimientos necesarios para liderar un cambio significativo en sus comunidades. En Honduras y Panamá, la academia fue una aliada estratégica para establecer espacios en los que se discutieran las dinámicas de movilidad humana, las necesidades diferenciadas de mujeres y niñas, así como las acciones que las universidades pueden llevar a cabo para incrementar la cohesión social en las zonas de frontera.
  • Liderazgo de las mujeres en la respuesta a la movilidad humana. ONU Mujeres ha fortalecido el liderazgo de mujeres indígenas y afrodescendientes en respuesta a la crisis migratoria de la región, facilitando su participación en espacios de incidencia y toma de decisiones. Así, a través del Encuentro Regional de Organizaciones Lideradas por Mujeres, coorganizado por ACNUR, ONU Mujeres y UNFPA en Bogotá, Colombia, se consolidó una red de veintiséis organizaciones y quince países de América Latina y el Caribe. Como resultado directo, se diseñó un plan de trabajo colaborativo que establece mecanismos de coordinación sostenibles, y prioriza la mejora de las políticas públicas, el fortalecimiento de la legislación sobre movilidad humana con perspectiva de género y la promoción de condiciones laborales que garanticen oportunidades de trabajo decente. Este avance ha permitido amplificar las voces de mujeres y sentar las bases para su empoderamiento en la respuesta humanitaria.
  • Incremento de la localización. A través de alianzas con gobiernos locales, grupos indígenas y organizaciones de mujeres y de la sociedad civil, ONU Mujeres ha fortalecido las capacidades locales y promovido el liderazgo de las mujeres y las jóvenes en los territorios afectados por la movilidad humana. Las iniciativas implementadas por ONU Mujeres promovieron un enfoque comunitario de equidad y protección, para garantizar que las intervenciones fueran pertinentes y sostenibles. En Panamá, 35 organizaciones locales de la provincia de Darién fueron fortalecidas para impulsar entornos más inclusivos y equitativos en sus comunidades, gracias a la formación y acompañamiento en materia de liderazgo y derechos humanos.

Fortalecimiento de la capacidad de los actores humanitarios para brindar protección con enfoque de género

  • ONU Mujeres ha fortalecido la capacidad de respuesta de más de 900 agentes de instituciones nacionales, locales, fuerza pública y organizaciones humanitarias para atender los desafíos de protección de mujeres y niñas en movilidad humana. A través de la formación del personal de servicios de primera línea, se consolidó una red de protección mejor preparada para atender las necesidades inmediatas de mujeres y niñas refugiadas y migrantes y contribuyen a crear entornos más seguros para ellas. Las formaciones lideradas por ONU Mujeres permitieron sensibilizar a miembros de los estamentos de seguridad e instituciones de los tres países, sobre los riesgos diferenciados que enfrentan las mujeres y niñas en movilidad humana y ofrecieron herramientas de remisión para asegurar el acceso a derechos y justicia en casos de VBG. A su vez, informaron acerca de las rutas y protocolos de atención establecidos en cada país, haciendo énfasis en la confidencialidad, la atención centrada en las sobrevivientes de violencia y la atención prioritaria en salud. 

Fortalecimiento de políticas, programas y prácticas para una acción humanitaria con perspectiva de género en Costa Rica, Honduras y Panamá

  • Generación de información que aborda las necesidades diferenciadas de las mujeres y las niñas en la movilidad humana. ONU Mujeres dirige sus esfuerzos a promover una respuesta humanitaria inclusiva, eficaz y adaptada a las necesidades y vulnerabilidades de las mujeres y niñas en movilidad humana. En el marco de este programa, se desarrollaron cuatro análisis de contexto para Colombia, Costa Rica, Honduras y Panamá. Basados en consultas con más de 80 personas en las zonas de frontera, estos documentos identifican las brechas y los riesgos de protección específicos de género y ofrecen información práctica que permite la inclusión de perspectivas de género interseccionales en la planificación de la respuesta humanitaria.
  • Posicionamiento de los derechos de las mujeres en los diálogos políticos. ONU Mujeres ha desempeñado un papel clave en la defensa de las necesidades de protección y en el avance de derechos de las mujeres en movilidad, a través de diálogos y procesos políticos clave como el Proceso de Quito y las Consultas de Cartagena+40. La entidad logró incidir con éxito en la incorporación de la perspectiva de género y la centralidad de los derechos de las mujeres y niñas en la Declaración y el Plan de Acción 2024, priorizando la respuesta a la violencia basada en género, la trata de personas y los retos intersectoriales de las personas refugiadas y desplazadas forzadas. Asimismo, el trabajo de ONU Mujeres en Honduras en el marco de Trayectos contribuyó a la aprobación del primer Protocolo Nacional para la atención específica de mujeres migrantes en alojamientos temporales, el cual constituye un paso clave para la protección efectiva de mujeres y niñas en contextos de emergencia humanitaria.
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Foto: ONU Mujeres

Agradecimiento

ONU Mujeres expresa su profunda gratitud al Gobierno de Japón por su importante apoyo, que ha sido fundamental para incorporar la perspectiva de género en la acción humanitaria en Centroamérica. La alianza entre Japón y ONU Mujeres ejemplifica una respuesta comprometida con la protección de los derechos de las mujeres y niñas en movilidad humana, la paz y el desarrollo sostenible.

 

 


1 IBC Human Mobility Dashboard. (2024).
2 Gobierno Nacional de Panamá (2024).
3 IBC Human Mobility (abril - junio 2024).
4 IBC Human Mobility (abril - junio 2024).