Del primer empleo al negocio propio, jóvenes venezolanas se capacitan para desarrollar sus carreras en Brasil
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El 12 de agosto es el Día Internacional de la Juventud, etapa comprendida entre los 15 y los 24 años, según la Organización Mundial de la Salud. En 2022, este fue el tercer grupo de edad con mayor número de personas que solicitaron el reconocimiento de la condición de refugiados en Brasil, por detrás del grupo de 25 a 40 años y de los menores de 15 años. A medida que más jóvenes llegan a Brasil, muchas de ellas acaban teniendo su primera experiencia laboral o instalando su propio negocio.
Según datos del Observatorio de Migraciones Internacionales (OBMigra), de las 50.355 solicitudes de reconocimiento de la condición de refugiados registradas en 2022, 15.643 fueron realizadas por jóvenes, de las cuales 8.284 eran venezolanas. Las niñas y mujeres representan algo menos de la mitad de este grupo. Además de estas solicitudes, también figuran las de residencia. En Roraima, principal puerta de entrada de las personas procedentes de Venezuela en Brasil, el programa conjunto Moverse ha proporcionado a estas jóvenes formación para entrar en el mercado laboral formal o convertirse en empresarias.
Es el caso de Samarys quien, a sus 24 años, acaba de formalizar la empresa en la que vende ropa interior masculina y femenina. Ella dice que es la primera vez que emprende y encuentra en su familia la inspiración para trabajar y prosperar. "Mi marido tenía un pequeño mercado donde vendía verduras, y yo le ayudaba a veces, atendiendo a la gente. Él me anima y comparte información conmigo. También se queda con mis dos hijos para que yo pueda asistir a los cursos."
Samarys es una de las alumnas del curso de iniciativa empresarial ofrecido por el programa conjunto Moverse. También hizo cursos de portugués y costura en Brasil y participó en talleres ofrecidos por Moverse para acceder a financiación pública.
El siguiente paso es comprar maquinaria y suministros para poder producir prendas de marca propia. "Los cursos me están ayudando a prepararme mejor para las cosas que quiero hacer, a tener más conocimientos y tranquilidad. Ya he conseguido tener mi propio negocio, con CNPJ [el registro formal de empresas en Brasil] y todo. Mi sueño es primero comprar un terreno y tener mi propia casa. Después, comprar una máquina, hilos, telas y empezar a producir mi ropa, no sólo revender, como hago hoy. Pienso tener varias sucursales de mi propia marca, producir mucho y vender barato, porque a la gente le gusta ahorrar", dice.
Autonomía financiera
Debido a su edad, muchas jóvenes que llegan a Brasil nunca han trabajado. En este proceso de la adolescencia a la edad adulta, la formación para el mercado laboral proporciona los conocimientos necesarios para conseguir un primer empleo y tener autonomía para pensar en una carrera profesional.
Denice llegó a Brasil con 16 años, en 2020. En Boa Vista, hizo diferentes cursos, entre ellos los de atención al cliente y ventas - también hechos por su madre y su hermana. Poco después de terminar el curso, las tres consiguieron que las trasladaran a São Paulo con una vacante de trabajo señalada. En el caso de Denice y su hermana gemela, que entonces tenían 17 años y aún iban a la escuela, la oportunidad surgió cuando las contrataron como jóvenes aprendices, un tipo de contrato de trabajo que se ofrece en Brasil a quienes aún están estudiando, con una carga de trabajo reducida, pero con derechos laborales. "Mi primer trabajo fue aquí en Brasil y fue muy bonito. Trabajé como joven aprendiz durante un año y medio y puse en práctica mucho de lo que aprendí en el curso. También aprendí muchas cosas que nunca me imaginé, en el área administrativa y de recursos humanos, donde trabajé", recuerda.
Con el sueldo que recibía, Denice dice que aprendió la importancia de tener independencia financiera, incluso a pensar en el futuro. Hoy, a sus 19 años, ya no trabaja, pero planea dar pronto los primeros pasos hacia la carrera profesional que desea. "Es importante trabajar y tener tu propio dinero, porque para todo necesitas dinero: para hacer un curso, para estudiar, para ayudar en casa. Me sentía independiente, podía hacer muchas cosas sola", recuerda. "Ahora, ayudo a mi madre con la casa y estudio para ir a la universidad el año que viene. En Brasil hay muchas carreras diferentes, y yo quiero una con la que me sienta bien. Estoy pensando en hacer veterinaria, que es lo que me gusta o quiero ir a la universidad en el sector financiero, que es en lo que he trabajado".
Primeros pasos profesionales
Valery tiene 18 años y también está trabajando por primera vez. Llegó a Brasil hace un año, junto con su madre, padre y tres hermanos. A finales del año 2022, ella y su madre terminaron el curso de logística en Roraima y, poco después, consiguieron un trabajo formal en el interior del estado de São Paulo. Hoy, trabaja, hace un curso técnico y se prepara para aplicar a una beca en una universidad privada.
"Estoy en mi primer trabajo y es muy bueno, he aprendido mucho. Todo lo que aprendí en el curso de logística lo pongo en práctica. También estoy muy contenta porque trabajo con mi madre. Con mi sueldo, ayudo a pagar el alquiler, el agua, la luz, y también logro ahorrar", dice. "Mi sueño es estudiar medicina. Estoy estudiando para intentar conseguir una beca a finales de año. Mientras tanto, hago los cursos que puedo y que pueden ayudarme en mi carrera. Ahora, por ejemplo, voy a hacer una formación de bombero en la empresa. Voy a completar un año aquí. Y, si Dios quiere, dentro de cinco años seré licenciada en medicina y empezaré mi carrera como médica general".
Acerca de Moverse
Iniciado en septiembre de 2021, el programa conjunto Moverse se extiende hasta diciembre del 2023 y es implementado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), ONU Mujeres y UNFPA, con el apoyo del Gobierno de Luxemburgo. El objetivo principal es garantizar que las políticas y estrategias de los gobiernos, las empresas y las instituciones públicas y privadas fortalezcan los derechos económicos y las oportunidades de desarrollo de las mujeres refugiadas y migrantes venezolanas. Para lograr este objetivo, la iniciativa se articula en tres frentes. La primera trabaja directamente con empresas, instituciones y gobiernos en los temas y acciones vinculados al trabajo decente, la protección social y el emprendimiento. La segunda se dirige a las mujeres refugiadas y migrantes, para que tengan acceso a formación y oportunidades de participar en los procesos de toma de decisiones relacionados con el mercado laboral y el espíritu empresarial. La tercera parte trabaja con mujeres refugiadas y migrantes, para que tengan conocimientos y acceso a servicios para responder a la violencia de género. Para recibir más información sobre Moverse y la agenda de las mujeres migrantes y refugiadas en Brasil, suscríbase al boletín del programa en http://eepurl.com/hWgjiL