En Colombia, las mujeres rurales son ‘Raíces, mujeres sembradoras del cambio’

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Foto: ONU Mujeres Colombia

Las mujeres rurales representan una cuarta parte de la población mundial, trabajan como agricultoras, asalariadas y empresarias. Labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras. Además, garantizan la seguridad alimentaria de sus poblaciones y ayudan a preparar a sus comunidades frente al cambio climático. Ellas son esenciales para el desarrollo sostenible.  

Sin embargo, se enfrentan a desafíos como la falta de acceso a la tierra y a salarios injustos. Un 64% de las mujeres rurales que trabajan en agricultura tienen bajos ingresos, sumado a las pocas oportunidades para participar en espacios de toma de decisiones y el poco acceso a recursos productivos, créditos y mercados, situación que es agravada por las crisis globales en materia económica y alimentaria.  

La población rural en América Latina y el Caribe corresponde a cerca del 20% de la población, según datos del año 2020 del Banco Mundial. De acuerdo con FAO, las mujeres representan más de la mitad de la población rural de la región y cerca del 20% de ellas pertenecen a pueblos indígenas. 

En Colombia, los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) describen que el 23,9% de la población vive en zonas rurales, es decir, 12,5 millones de personas, de las cuales 5,9 millones son mujeres.  

En el país, una de cada cuatro mujeres rurales se reconoce como parte de un grupo étnico. Cerca de un tercio de las mujeres rurales se ubican en los departamentos de Antioquia, donde residen el 10,8%, seguido de Cauca con 8,3% y Nariño con el 7,9 % respectivamente. 

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Foto: ONU Mujeres Colombia / Nariño

Una labor esencial pero invisibilizada 

Aunque las labores de las mujeres rurales son esenciales, su contribución continúa siendo invisibilizada y mal remunerada.  

En la zona rural colombiana, para el año 2022, el 29,8% de los hogares con jefatura femenina se encontraba en situación de pobreza multidimensional. Esto se relaciona, entre otras cosas, a que una de cada 12 mujeres rurales de entre 6 y 21 años no estudia porque debe encargarse de los oficios del hogar, del total de horas dedicadas al trabajo doméstico y de cuidado no remunerados. En la ruralidad, el 80% del tiempo es aportado por mujeres y una de cada dos mujeres rurales es menor de 30 años. 

Las barreras que enfrentan para su empoderamiento económico se traducen en mayores dificultades para acceder a créditos y asistencia técnica. En Colombia, el porcentaje de aprobación de créditos es siempre inferior para las mujeres, sin importar el tipo de crédito. En el caso de créditos comerciales, se aprueba un crédito cada 10 mujeres frente a 3 de cada 10 hombres y, en el caso de los créditos de consumo, estos se aprueban a 5 de cada 10 mujeres y a 6 de cada 10 hombres 

Esto hace que las normas sociales discriminatorias continúen limitando la participación económica, política y social de las mujeres.  

Por ello es necesario movilizar acciones que permitan aprovechar el enorme potencial que tienen las mujeres para el desarrollo y la construcción de la paz, a través de políticas públicas con enfoque diferencial que faciliten su acceso a la educación y participación en condiciones de igualdad en el ámbito económico, político y social.  

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Foto: ONU Mujeres Colombia / Nariño

Inversión en el empoderamiento de las mujeres rurales 

Con el objetivo de fortalecer la autonomía económica, liderazgo y participación de las mujeres, ONU Mujeres, a través de iniciativas como Raíces, mujeres sembradoras del cambio, junto al Gobierno de Corea, a través de la Agencia Coreana para la Cooperación Internacional (KOICA), el Gobierno Nacional y Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), desarrolla acciones en clave de empoderamiento económico de las mujeres y jóvenes rurales en 12 municipios de Nariño, Cauca y Valle del Cauca, de los cuales nueve son priorizados en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).  

A un año de la implementación de Raíces, mujeres sembradoras del cambio, 827 mujeres rurales, 329 en Cauca y 498 en Nariño, han tenido una mejora significativa en sus capacidades, tanto en el ámbito productivo, organizativo, así como en el manejo de sus agronegocios. Este progreso se centra en 26 iniciativas productivas de aguacate, bananito, cacao, café, cerdos, cuyes, gallinas, hortalizas, limón tahití, piangua, plátano, tilapia y tomate.  

Raíces, además de contribuir en la autonomía y los derechos individuales de las mujeres, le aporta significativamente a la paz, al desarrollo y a la sostenibilidad económica, social y ambiental de los territorios. Todo esto, se hace desde un enfoque integral que se extiende al fortalecimiento del entorno institucional local, creando un ambiente propicio para su empoderamiento económico sostenible.  

La iniciativa también fomenta la generación de ingresos de mujeres y jóvenes rurales consolidando las cadenas de valor y promoviendo una mayor conciencia social y cultural que promueva la igualdad de género y el empoderamiento económico de las mujeres rurales.  

Nohemí Popó Sandoval hace parte de la Asociación de Mujeres por un Mejor Porvenir, una de las organizaciones aliadas en el Cauca del proyecto Raíces, mujeres sembradoras del cambio y productoras de café. 

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Foto: ONU Mujeres Colombia

“Raíces ha sido muy importante para mí y para la comunidad porque estamos fortaleciendo nuestros proyectos productivos, mejorando la calidad de los productos y generando nuestros propios recursos económicos, lo que contribuye también a nuestra autonomía e independencia, y nos impulsa a seguir luchando por la defensa y permanencia en nuestro territorio. Yo valoro mucho este proceso porque  ha permitido darnos a conocer con otros públicos y potenciales clientes, la participación en diferentes ferias comerciales nos ha permitido darnos cuenta de que debemos mejorar la presentación de nuestros productos y seguir avanzando para lograr nuestro sueño de ser exportadoras de café a nivel mundial,” asegura la lideresa. 

El programa 'Raíces' abarca los municipios de Buenos Aires, Caldono, Piendamó y Popayán en el departamento de Cauca; Tumaco, Barbacoas, Leiva, Policarpa, Cumbitara y Pasto en Nariño, así como Buenaventura y Cali en el Valle del Cauca.  

En estos lugares se ha logrado sensibilizar a 248 personas en relación con la necesidad de cambiar las normas sociales y culturales que perpetúan las violencias de género. Además, 760 personas han participado activamente en el proceso de fortalecimiento a fin de crear espacios seguros y libres de violencia contra las mujeres. 

Fomentar la participación de las mujeres rurales en actividades económicas, políticas y sociales requiere de un compromiso genuino y de la implementación de medidas concretas. Promover la igualdad de género y fortalecer el empoderamiento de las mujeres en áreas rurales no solo es lo correcto, sino que también desempeña un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático, la erradicación de la pobreza extrema, la mitigación del hambre y la prevención de la desnutrición. 

“La importancia de las mujeres rurales radica en su aporte al desarrollo de las regiones. Son las manos firmes en el campo que día a día trabajan por un futuro más igualitario y sostenible. Desde Afromuvaras, como productoras de cacao y chocolate en Tumaco, nos unimos a la conmemoración de este día de las mujeres rurales, que reivindica nuestro rol y liderazgo. Con nuestro empoderamiento económico, aportamos a la comunidad en la costa pacífica nariñense”, señala Danelis Prado, integrante de la asociación Afromuvaras, de Nariño. 

Actualmente el Gobierno Nacional trabaja en la formulación de la política de mujer rural y en la actualización de la Ley de Mujer Rural (Ley n° 731 de 2002), herramientas que favorecen la disminución de las brechas de género en el país.