Nayla Serey tiene 26 años, es biotecnóloga y actualmente está realizando su maestría de Ciencias Biológicas en la U. de Chile. Es activa participante de ferias de Divulgación Científica, y su investigación en ecología microbiana la llevó en noviembre de 2023 a embarcarse en una expedición internacional al mar de Weddell, una zona de difícil acceso y con presencia del pingüino Emperador en la cual fue encontrado el mítico barco Endurance -- navío comandado por el explorador antártico Ernest Shackleton-- en el año 2022.
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¿Qué fue lo que la motivó a estudiar biotecnología?
Estaba en primer año del plan común de ingeniería cuando noté que no me veía a mí misma en ese mundo o los posibles tipos de trabajo a los que podía aplicar. Entonces me pregunté qué cosas en mi vida me habían cautivado y dado más felicidad en torno a los estudios y recordé momentos desde la educación básica, los primeros experimentos, las discusiones con mis profesores de Biología, Química o Matemáticas. Fue cuando quise buscar una carrera que me permitiera estar cerca de lo que más me entusiasma, comprender la vida desde las ciencias. Inicialmente, pensaba estudiar Biología, desconocía por completo que existía mi carrera, por suerte me mostraron las muchas posibilidades que abre la Biotecnología en distintas áreas y me convenció.
Cuéntanos acerca de tu trabajo ¿Actualmente en qué iniciativa, proyecto o investigación está participando?
La tesis de maestría en la que estoy trabajando trata sobre las comunidades procariotas en el océano Austral, precisamente en un transecto entre Ushuaia (Argentina) – Mar de Weddell (Antártica). Estamos estudiando sobre las comunidades de bacterias y arqueas que habitan en el agua superficial de este mar y cómo estas comunidades se ven influenciadas por los parámetros ambientales que varían en este gradiente latitudinal y que, además, algunos de estos parámetros como la temperatura, cambian abruptamente debido a presencia de los frentes oceánicos que rodean el continente blanco.
Cuéntanos acerca de la investigación en ecología microbiana. ¿Cómo fue la experiencia de embarcarse en una expedición internacional al mar de Weddell?
Mi primera experiencia antártica fue en noviembre pasado. Estuvimos 15 días navegando en un recorrido Punta Arenas – Mar de Weddell – Ushuaia, en el rompehielos Le Commandant Charcot. Puedo decir que la experiencia fue muy grata. La guía del coordinador científico fue fundamental. Conocer a los investigadores de Australia, a mi propio equipo ya que son de otras áreas, las respectivas investigaciones y experiencias de cada uno fue muy enriquecedor. Sobre todo, admirada de mi equipo, la resiliencia, proactividad, compañerismo y apoyo que nos brindamos hicieron que fuera una muy buena primera experiencia. El trabajo a bordo se hizo más ligero con la compañía que nos entregamos. También pudimos conocer pasajeros de distintos lugares y contarles sobre nuestras investigaciones, lo cual encuentro valorable para acercar un poco más de nuestros conocimientos a las personas.
Actualmente participas activamente en ferias de divulgación científica. ¿Cuál es la importancia de participar en estos espacios de difusión?
Estas instancias son cruciales para llegar a distintos tipos de personas, ya sea que estén más o menos interesadas y tengan más o menos conocimientos. Buscan despertar la curiosidad tanto en niños como en adultos. Muchas veces me vi a mí misma conversando con personas en la última feria que participé, ya que en algún momento también tuve sus mismas dudas o ignoraba las mismas cosas. Para mí, las ferias de Divulgación Científica de eso tratan; ser visibles para la comunidad, compartir en términos amigables nuestros conocimientos, y quizás inspirar a otras.
¿Cuáles crees que son los desafíos de las mujeres en el ámbito científico?
Diría que no es solo en la ciencia, sino en distintos ámbitos. Ser mujer, que te respeten y traten con dignidad es una lucha constante, y no en todos los espacios de estudio/investigación se ha progresado. En mi experiencia, los desafíos comienzan desde el aula, permanecer en estas carreras científicas a pesar de comentarios, tratos y malas prácticas hacia estudiantes mujeres. Por otro lado, a medida que avanzan las carreras académicas surgen otros desafíos, entre ellos equilibrar la vida personal con las exigencias de cada programa o investigación, y más que se pueden mencionar. Pero por ello se busca generar redes, visibilizar esto y buscar las formas de solucionar o dar respuesta a las necesidades particulares de nuestro género.
¿Cómo podemos aumentar la participación y liderazgo de mujeres y niñas en el mundo de la ciencia?
Haciéndonos visibles, creo que es lo principal para comenzar. Mostrar a las niñas que ser científica es una opción. Afortunadamente, hoy hay una mayor divulgación gracias a distintas iniciativas y las redes sociales como @steminspiran (Instagram). En mi experiencia, nunca se destacó el rol de las mujeres en la ciencia hasta los primeros años estudiando Biotecnología. Estudié en un liceo de mujeres y nunca se destacaron científicas ni mencionaron la posibilidad de serlo. Por otro lado, para las mujeres, creo que podría ser convenciéndonos de que somos increíbles y muy capaces, empoderarnos para así seguir tomando los espacios que requieren más de nuestra contribución y que también merecemos tomar.
¿Qué mensaje le gustaría compartir con otras mujeres y niñas de la región que actualmente lideran diferentes iniciativas científicas?Son
admirables y las invito a que reflexionemos sobre construir desde la colaboración espacios diversos e inclusivos, donde más mujeres y niñas sean invitadas a participar.
| Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas. |