"La Unión Europea reconoce la importancia de influir en las normas sociales para abordar los comportamientos que generan violencia de género". Entrevista Roman Poznanski Oficial de Programas en Derechos Humanos, Unión Europea.

Roman Poznanski Oficial de Programas en Derechos Humanos de la Unión Europea, destacó en una entrevista la importancia de modificar normas culturales y sociales que perpetúan la desigualdad de género y tienen un impacto directo en la violencia contra Mujeres y Niñas. Destacó avances en Bolivia pero señaló que aún queda mucho por hacer. 

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Foto: Cortesía de Roman Poznanski

1. ¿Por qué la Unión Europea prioriza el financiamiento de programas y proyectos para la inversión en la erradicación de violencia y desde cuándo han puesto este foco?

La Unión Europea da prioridad a la inversión en la erradicación de la violencia, especialmente la violencia de género, porque creemos en el derecho fundamental de todas las personas a vivir libres de violencia, sin importar su género, raza, origen étnico u orientación sexual. Consideramos que la violencia de género es una violación de los derechos humanos fundamentales, y trabajamos para asegurar que todos los ciudadanos puedan vivir sin temor a ella.

Además, creemos que la violencia, en general, tiene efectos negativos en la sociedad, tanto a nivel individual como colectivo. Puede causar sufrimiento, trauma y daño físico y psicológico, afectando también la economía, la educación y la salud. Nuestro objetivo es reducir el impacto de la violencia en la sociedad y fomentar comunidades más pacíficas y justas. Por todo ello, la Unión Europea considera que erradicar la violencia es esencial para la seguridad y la estabilidad de la región. Entendemos que la violencia puede alimentar el extremismo y el conflicto, en ese sentido trabajamos activamente para prevenir la violencia y promover la paz.

La UE también ha estado trabajando en la erradicación de la violencia de género durante muchos años, adoptando instrumentos legales y estrategias específicas. Internamente, hemos establecido la Estrategia de la UE para la Igualdad de Género 2020-2025, que incluye la reducción de la violencia contra las mujeres y las niñas como un objetivo clave. A nivel internacional, hemos adoptado el tercer Plan de Acción para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres 2021-2025, priorizando la lucha contra la violencia de género.

En Bolivia, esta voluntad de erradicar la violencia de género se refleja en la integración de este ambicioso objetivo en diversos programas estratégicos implementados por cooperaciones de los Estados Miembros, instituciones internacionales y organizaciones de la sociedad civil. También nos aseguramos de que ninguna de las actividades o programas que respaldamos generen desigualdades de género y garantizamos la seguridad integral de las mujeres y niñas.

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Foto: Cortesía de Roman Poznanski

2. El objetivo al 2030 es trabajar con poblaciones en situación de vulnerabilidad, ¿cuáles de ellas son priorizadas por la UE y por qué?

La Unión Europea (UE) aborda de manera enérgica la erradicación de la violencia de género, considerándola un compromiso fundamental para garantizar la protección de todas las personas,

sin importar su situación. Esta dedicación se traduce en un enfoque integral hacia la prevención y eliminación de todas las formas de violencia de género en la sociedad.

No obstante, al intensificar nuestros esfuerzos para abordar la violencia de género, hemos identificado grupos específicos que enfrentan desafíos particulares y barreras adicionales. Esta identificación nos ha llevado a otorgar prioridad especial a ciertas poblaciones marginadas que pueden experimentar de manera más acentuada los impactos de la violencia de género. Entre estas poblaciones, destacamos la atención especial a mujeres y niñas con discapacidades, mujeres de la tercera edad, migrantes, personas de las minorías étnicas y aquellas en situación de pobreza agravada.

Este enfoque estratégico se basa en el reconocimiento de las desigualdades estructurales que enfrentan estas poblaciones específicas y busca garantizar que nuestras acciones y políticas sean inclusivas y efectivas para abordar sus necesidades particulares.

Por ejemplo, las mujeres con discapacidad pueden tener mayores dificultades para conseguir empleo o acceder a la educación, lo que las hace más dependientes de sus parejas o familiares y aumenta su riesgo de sufrir violencia doméstica, sexual o algún tipo de violencia. Las mujeres de las minorías étnicas o consideradas indígenas pueden enfrentar discriminación, haciéndolas más vulnerables a la violencia, ya sea en forma de acoso, insultos o incluso agresiones físicas. Otro ejemplo es que las mujeres de la tercera edad o con discapacidades pueden tener dificultades para acceder a servicios porque estos no están adaptados a sus necesidades específicas.

Finalmente, las personas en situación de pobreza son una población prioritaria porque a menudo se encuentran marginadas y tienen un acceso limitado a recursos, lo que las hace más dependientes y vulnerables, por lo tanto, más expuestas a la violencia.

3. ¿Cuáles considera que son los principales patrones o causas que generan violencia de género en Bolivia deberían abordarse?

En Bolivia, al igual que en muchos lugares, la violencia de género surge de patrones y causas complejas que atraviesan diversas dimensiones de la sociedad. Una de las principales causas que quisiera destacar es la persistencia de normas culturales y sociales que perpetúan la desigualdad de género. Este fenómeno se ve alimentado por expectativas tradicionales sobre los roles y comportamientos asignados a hombres y mujeres, lamentablemente normalizando comportamientos violentos en la sociedad.

Un factor para destacar es la falta de acceso a la educación, especialmente para las mujeres, que también desempeña un papel crucial en este escenario. La educación no solo empodera a las personas, sino que también contribuye en la transformación de estructuras de poder desiguales. Cuando las mujeres enfrentan restricciones en su acceso a la educación, se ven limitadas en sus opciones y pueden encontrarse en un mayor riesgo de ser víctimas de violencia y por consecuencia agravar las desigualdades.

Además, las barreras económicas y la discriminación en el ámbito laboral afectan significativamente a las mujeres, perpetuando un ciclo de dependencia económica que puede exacerbar la violencia. Aquellas mujeres que se encuentran en situaciones de pobreza o vulnerabilidad económica enfrentan la sobrecarga de cuidados y otros desafíos adicionales para escapar de entornos violentos.

Otro factor relevante es la falta de acceso a servicios de salud y justicia adecuados. La impunidad y la respuesta ineficaz ante casos de violencia de género contribuyen directamente a la perpetuación de este fenómeno.

Abordar estos problemas desde una perspectiva integral es esencial para lograr un cambio sostenible y significativo en la prevención y erradicación de la violencia de género en Bolivia. Este enfoque integral implica no solo abordar las manifestaciones evidentes de violencia, sino también enfrentar las raíces profundas que la alimentan en la sociedad.

4. El último informe de CEPAL revela que Bolivia dejo de ser el primer país con el más alto índice de violencia región, de acuerdo con la percepción de UE, ¿las estrategias utilizadas y la inversión realizada en el país es replicable en otros? ¿cuáles deberían ser las prioridades?

Esta es una noticia muy positiva, pero aún queda mucho por hacer para eliminar la violencia de género en el país. Desde la perspectiva de la UE, creemos que ciertos elementos de estas estrategias pueden ser replicables en otros países, pero es esencial adaptarlas a las realidades específicas de cada contexto.

Valoramos especialmente el sólido marco legal de Bolivia en la lucha contra la violencia de género. Este enfoque legal proporciona un fundamento robusto y debería inspirar a otros países a fortalecer sus marcos normativos para combatir la violencia.

Además, destacamos la voluntad de Bolivia de integrar la lucha contra la violencia en una política integral de despatriarcalización, con una coordinación interministerial. Esta visión holística es clave y puede ser un modelo para otros países que buscan abordar la violencia de género desde una perspectiva multifacética.

Es importante resaltar la fuerza de las asociaciones de la sociedad civil y de las organizaciones feministas en la lucha contra la violencia de género en Bolivia. La colaboración estrecha entre el gobierno y estas entidades demuestra cómo la participación activa de la sociedad civil puede potenciar las iniciativas gubernamentales.

Otro aspecto relevante es la voluntad de Bolivia de trabajar en una visión multicultural. Reconocer y abordar las particularidades culturales es esencial para construir estrategias efectivas y culturalmente sensibles en la lucha contra la violencia de género.

En resumen, sí, hay lecciones valiosas que otros países pueden aprender de la experiencia de Bolivia en la reducción de la violencia de género. Sin embargo, la clave está en adaptar estas estrategias a las realidades específicas de cada nación, aprovechando los éxitos y considerando los matices culturales y sociales de cada contexto.

5. De los cuatro ejes establecidos para abordar la violencia (prevención, atención, sanción y reparación) ¿cuáles son los priorizados por la UE y por qué?

En la lucha contra la violencia de género, es crucial reconocer que todos los ejes: prevención, atención, sanción y reparación, son interdependientes y deben ser desarrollados en paralelo. La UE enfatiza una aproximación integral que abarque todos los ejes simultáneamente para abordar de manera efectiva la complejidad de la violencia de género y lograr un cambio sostenible en la sociedad.

La prevención es fundamental para abordar las causas profundas de la violencia de género y cambiar patrones culturales. La sensibilización, educación y promoción de la igualdad de género son componentes clave en esta fase.

La atención adecuada a las víctimas es esencial, asegurando que tengan acceso a servicios de calidad, apoyo emocional y asistencia legal. La atención también aborda la importancia de la respuesta inmediata y eficaz ante casos de violencia.

La sanción de los perpetradores es un componente crucial para la justicia y la disuasión. Garantizar que la legislación sea firme y se aplique de manera consistente es esencial para erradicar la impunidad.

La reparación se centra en la restauración de derechos y la compensación a las víctimas. Esto incluye medidas que van más allá de la sanción, como servicios de rehabilitación, indemnización y acciones para restablecer la dignidad de las personas afectadas.

Por tanto, priorizar un eje sobre otro podría debilitar la eficacia general de los esfuerzos. La interconexión de estos ejes es clave para abordar la violencia de género de manera holística. Por ejemplo, la prevención sin atención adecuada puede dejar a las víctimas desprotegidas. La

sanción sin enfoque en la reparación puede ser insuficiente para el proceso de curación y recuperación.

6. Según su nota estratégica y el área de prevención priorizada ¿cuáles son las acciones más eficaces para influir en las normas sociales que afectan directamente a los comportamientos que generan violencia?

En el ámbito de la prevención, la Unión Europea reconoce la importancia crucial de influir en las normas sociales para abordar directamente los comportamientos que generan violencia de género. En el marco de la alianza estratégica con ONU Mujeres para la implementación del proyecto, hemos destacado varias iniciativas clave que buscan crear un impacto significativo:

En primer lugar, se ha priorizado la realización de incidencia con representantes religiosos y comunitarios. Se reconoce el papel significativo que estos líderes desempeñan en la formación de normas y valores en sus comunidades. Incidir sobre ellos permitirá la promoción de mensajes fundamentales de igualdad, respeto y rechazo a la violencia de género desde fuentes respetadas y seguidas en sus comunidades.

Además, junto a ONU Mujeres se planificó la implementación de campañas de comunicación para el cambio de comportamiento. Estas campañas serán diseñadas con el propósito específico de desafiar y transformar las normas sociales arraigadas que perpetúan la violencia de género. Es crucial adaptar estas campañas a las diversas culturas presentes en las comunidades, reconociendo que las estrategias efectivas deben ser sensibles y respetuosas de las diferencias culturales. Es importante dar todas las herramientas para que la sociedad entienda qué es violencia y que ya no puede ser normalizado, luego generar conciencia sobre cambios de comportamiento y así deconstruir estereotipos violentos que limitan a las mujeres y niñas.

Asimismo, se ha reconocido la importancia del trabajo directo a través de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). Estas organizaciones desempeñan un papel crucial en el cambio de comportamientos a nivel comunitario. Su trabajo de proximidad, basado en la comprensión de las realidades locales, nos permite implementar intervenciones más efectivas y adaptadas a las necesidades específicas de cada comunidad.

En conjunto, estas iniciativas reflejan el compromiso con estrategias diversificadas y bien dirigidas para influir en las normas sociales y transformar actitudes que contribuyen a la violencia de género. Estamos conscientes de la necesidad de adaptar las acciones a la diversidad cultural presente en las comunidades objetivo, garantizando así que nuestras intervenciones sean respetuosas y efectivas en la prevención de la violencia de género.

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Foto: Cortesía de Roman Poznanski

7. ¿Cuál la importancia de la implementación del proyecto “Fortalecimiento de Capacidades locales para mejorar el Acceso a Servicios Sociales y de Justicia en Violencia de Género” junto a ONU Mujeres?

La importancia de la implementación del proyecto "Fortalecimiento de Capacidades locales para mejorar el Acceso a Servicios Sociales y de Justicia en Violencia de Género" junto a ONU Mujeres es de suma relevancia. Se trata de un proyecto estratégico respaldado por una inversión significativa en una temática prioritaria para el Estado, la Unión Europea, los bolivianos y ONU Mujeres. Este proyecto se destaca por su enfoque holístico, abordando de manera integral los desafíos relacionados con la violencia de género. Al fortalecer las capacidades locales, se contribuye directamente a mejorar el acceso a servicios sociales y de justicia, aspectos fundamentales para la protección y empoderamiento de las víctimas de violencia de género.

La inversión importante demuestra un compromiso firme hacia la erradicación de la violencia de género y la promoción de la igualdad. Además, la colaboración con ONU Mujeres refuerza la perspectiva internacional y el compromiso global para abordar este problema de manera efectiva. Y gracias a la dualidad del trabajo de ONU Mujeres Bolivia y la inteligencia estratégica en los proyectos hemos desarrollado este proyecto.

En última instancia, este proyecto estratégico no solo busca resolver los problemas inmediatos relacionados con la violencia de género, sino que también sienta las bases para un cambio sostenible a largo plazo. Ahora, es esencial trabajar de manera conjunta y coordinada para garantizar la implementación efectiva del proyecto, maximizando su impacto positivo en las comunidades locales y contribuyendo a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.

 

Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas.