Edith Corradini: “La protección de los océanos es un compromiso de todos los seres humanos. Por nuestra culpa estamos dejando a los animales marinos sin comida”.

Edith Corradini es una pescadora artesanal de Santa Clara del Mar, un pueblo costero cercano a Mar del Plata (Buenos Aires, Argentina). Fue observadora a bordo en barcos pesqueros, un ámbito donde actualmente hay 28 hombres y solo dos mujeres (INIDEP, 2024). Es fundadora de la Unión Argentina de Pescadores Artesanales (UAPA), la Unión Latinoamericana de Pesca Artesanal y la Red Iberoamericana de Pesca. Escribió tres materiales didácticos, entre ellos, La gran aventura de Inaia y Pedro, para concientizar a niños y niñas sobre el cuidado del mar.

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Foto: Cortesía de Edith Corradini

¿En qué consiste el trabajo de observadora de a bordo?

Hacemos un estudio científico del número de capturas en un barco y las zonas donde se pesca por día. Observamos, por ejemplo, si se sacaron más juveniles -los peces más pequeños-. Nuestro trabajo es pasarle al Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero todos los datos estructurales del barco y todo lo que pesca, cómo y dónde (eslora, kilaje que soporta la bodega, cantidad de marineros o las artes de pesca que se utilizan). Cuando llegamos a tierra, esa información se coteja con la oficina de observadores a bordo y se envía al Consejo Federal Pesquero, donde a partir de nuestros datos determinan las zonas de veda y pesca.

¿Cuánto tiempo te ha tocado navegar en el mar?

Me he embarcado 72 días seguidos viendo solo mar, pájaros, ballenas, orcas… Salimos con un barco de merluza negra de Ushuaia hasta Bahía Blanca, a 200 millas de la costa. Para la pesca de calamar he estado embarcada 45 días y para variado costero hacemos una marea, es decir, 15 días y 15 días, porque volvemos a recargar combustible y víveres.

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Foto: Cortesía de Edith Corradini

¿Cuántas mujeres observadoras a bordo había? ¿Viviste situaciones hostiles?

Entre 2004 y 2010 trabajé algunos años como observadora a bordo y éramos cinco mujeres. Los hombres son hombres, te pueden llegar a probar, pero nunca tuve problemas porque subimos a los barcos con contrato de oficial, así que recibimos el mismo trato que ellos. Como no quieren tener problemas, no te molestan. A las mujeres observadoras nos embarcan sobre todo en barcos argentinos o europeos. En los barcos de altura de 100 metros de eslora, que tienen abajo la planta procesadora, también hay fileteadoras. A bordo he visto pocas enfermeras y tres marineras de Mar del Plata.

¿Cómo compaginabas el trabajo de observadora con los cuidados familiares?

Empecé cuando mi hijo tenía 18 años, así que no tuve problemas con eso. A mi casa, a mi gata y mi perra siempre me las cuidaron una amiga o la vecina de enfrente. Mi mamá también iba todos los días, pero quienes tienen familia o niños/as a cargo no se embarcan tan seguido.

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Foto: Cortesía de Edith Corradini

¿Cómo nació tu interés por la pesca?

Siempre me gustó. De chica salía a pescar con mi abuelo. Un amigo de mi papá tenía un barco y salíamos en familia por el río Paraná en el Tigre. Cuando íbamos a veranear a la costa me armaban una cañita. Mi papá me regaló un reel para niños. También recolectaba almejas con mi mamá y mi abuela.

¿Cómo es un día de pesca?

El día anterior ya tengo mi bote preparado, Poseidón. Entre 5 y 6 de la mañana voy hasta la playa y me fijo cómo está el mar. Si está bueno, vuelvo a mi casa, armo la heladera, salgo con mi camioneta y engancho el bote. Salimos a pescar con línea de mano, nunca utilizamos redes. Una vez probamos la red agallera, que es como una red de tenis, pero es imposible en nuestra zona porque los lobos marinos rompen todo.

¿Vendes lo que pescas?

En la costa nos espera el camión para comprar lo que pescamos. Solemos vender ocho, uno me lo llevo a casa y otro lo reparto con el marinero/a. Fileteo el pescado, hago milanesas o lo guardo para hacer hamburguesas. Ahora no salgo mucho con el bote porque no me da el físico. Son muchos años de estar en el agua y en las cámaras de los barcos factoría, pero cuando viene mi familia vamos a pescar.

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Foto: Cortesía de Edith Corradini

¿Hay muchas mujeres que se dediquen a la pesca artesanal?

En mi pueblo somos dos mujeres que tenemos el registro de patrón motorista para embarcaciones de 13 metros de eslora. En el mar hay algueras, pulperas y recolectoras de mejillones. En Península Valdés hay una buzo que recolecta vieiras y en Ushuaia hay una señora que maneja una lancha que se llama Elvira y pesca centolla, pero hay muchas más pescadoras de río. Las mujeres trabajan más en la venta y el valor agregado de la pesca, elaborando conservas de pejerrey en aceite, vieiras, centolla, etc.

¿Por qué es importante proteger los océanos?

Muchas especies están viniendo hacia la costa. Antes no había tantas orcas, ballenas y delfines, esto pasa porque lamentablemente están depredando los mares. Dentro de las primeras cinco millas es donde desovan y se crían la mayoría de los peces, así que es una zona muy vulnerable. En mi pueblo soy rescatista de fauna marina, muchas veces los pingüinos y los lobos están muy flacos. Todos los animales están tratando de buscar la comida que les sacan los grandes barcos. Es impresionante la cantidad de toneladas diarias de pescado muerto que se tira al mar. Por eso no me dolió dejar la pesca de altura, por todo lo que ves. Algunos marineros son conscientes pero el desastre que están haciendo es terrible. Hay que dejar de pescar dos años para recuperar el stock de toda la variedad de especies que hay en el mar.

¿Cómo afecta la contaminación de plásticos a los océanos?

La gente no se da cuenta todavía que si tira basura en las calles, cuando llueve eso va por las alcantarillas hacia el mar. Por ejemplo, en Mar del Plata, cuando hay tormenta, todo llega a Santa Clara y nos encontramos toda esa mugre por las corrientes. Hay que concientizar a los chicos, siempre. Son más cuidadosos, pero a veces los grandes se ríen y dicen ‘no importa, tíralo al piso’. En la laguna de Mar Chiquita hay aves o peces que salen con anillos de plástico.

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Foto: Cortesía de Edith Corradini

¿Cómo podemos contribuir a la protección de las especies marinas?

Formo parte de Fundación Fauna Argentina, he ido un par de veces a poner rastreadores satelitales a tortugas y delfines. Es impresionante la cantidad de coral que se está muriendo. Igual que en la superficie, abajo en el mar hay bosques, desiertos, pasturas, animales, pero si no somos conscientes, si no lo cuidamos, el día de mañana no habrá nada. Los barcos que pescan langostino, cuando sale merluza, tiran toneladas muertas. He llegado a medir merluzas de 10 centímetros pescadas con una red con los rombos de la malla muy pequeños para que

no dejar nada. Se calcula que pasar la red por el fondo del mar es como pasar nueve veces un arado por la tierra.

¿Por qué es importante proteger los océanos?

La protección de los océanos es un compromiso de todos los seres humanos. Por nuestra culpa estamos dejando a los animales marinos sin comida. Es momento de aportar nuestro granito de arena, controlando qué vertimos en los ríos, porque también desemboca en los océanos. Todos estamos conectados y somos uno, necesitamos a los animales y las plantas. Hice un libro La gran aventura de Inaia y Pedro, que está inspirado en mi sobrina y el hijo de una referente de la UAPA. Ambos son súper ecologistas, son multiplicadores. No hay que perder la esperanza, seguir concientizando y cuidando. Hay que respetar la regla de las 3R: reducir, reciclar y reutilizar.

 

Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas.