Masculinidades en Movimiento: Ecuador avanza hacia la igualdad y la corresponsabilidad

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En todo el mundo se desarrollan diferentes iniciativas que buscan garantizar que las familias sean espacios seguros, en los que se eliminen todas las formas de violencia basada en género y en los que se transformen los estereotipos construidos alrededor de la división sexual del trabajo. Además, fomentando la corresponsabilidad en los cuidados y el trabajo no remunerado del hogar, que hasta la fecha reposa mayormente sobre los hombros de las mujeres. 

Muchas de estas iniciativas reconocen el papel de los hombres como aliados para la erradicación de la violencia contra mujeres y para alcanzar la plena igualdad de género, a través de una mirada que vaya más allá y promueva masculinidades que abracen el cuidado, la solidaridad, la empatía y el respeto en todos los vínculos sociales. En Ecuador, ONU Mujeres junto a la Coordinadora de Medios Comunitarios Populares y Educativos del Ecuador (CORAPE), a través de la iniciativa Masculinidades en Movimiento, promueve la transformación de los imaginarios sociales en torno a la masculinidad tradicional hacia nuevas masculinidades corresponsables y no violentas.  

Rompiendo paradigmas para convertirse en aliados por la igualdad de género  

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Foto: Cortesía CORAPE 

La construcción de nuevas masculinidades no violentas impulsada en el marco del proyecto Caminando se ha llevado a cabo a través de formaciones presenciales y virtuales en las que más de 800 hombres migrantes, refugiados y de las comunidades de acogida en la frontera norte del país han recibido herramientas conceptuales y didácticas elaboradas para cuestionar los patrones masculinos estereotipados y explorar formas alternativas de expresar la masculinidad. 

Jhon Walter es uno de los 800 hombres que se capacitaron para formar parte de la estrategia de ONU Mujeres destinada a la prevención de la violencia basada en género (VBG) y a caminar hacia la igualdad.  

Su formación como educador y su interés y pasión por la defensa de los derechos humanos le impulsaron a formar parte del primer grupo de participantes de esta iniciativa y a convertirse en un replicador y formador en temas de género y masculinidades. De esta forma puede compartir todo su conocimiento y compromiso con más mujeres, hombres y familias.  

Para él, formar parte de este proceso le ha permitido identificar diferentes actitudes de su día a día de las que no era consciente. “Ahora soy más consciente de diferentes prácticas y me di cuenta de que no debe ser así, de que muchas de estas prácticas son violentas y ahora soy más respetuoso”, señala Jhon Walter.  

La corresponsabilidad en las tareas del cuidado en los hogares permite que las mujeres se desarrollen personal y profesionalmente, promoviendo igualdad y transformaciones sociales. Es así como la mirada de nuevas masculinidades permite a los hombres asumir tareas de cuidado de hijas e hijos, personas mayores o con alguna discapacidad, derrumbando estereotipos de género que los alejaban de estas prácticas y los sometían, también, a esquemas de silencio y privación de la ternura, el afecto y el cuidado. 

Frente a esto, Walter enfatiza la importancia de que los hombres puedan asumir los roles que han sido tradicionalmente asignados en las mujeres, no solo en los hogares sino en su vida diaria. 

“Las nuevas masculinidades debemos asumirlas desde el enfoque de género y enfoque de derechos, no se gana nada si uno hace todas estas actividades en el hogar, si yo sigo violentando a mi pareja y a mis hijos, el cambio debe ser en todos los ámbitos”, señala Walter. 

“Masculinidades en Movimiento” trabaja desde una perspectiva lúdica y cercana en la que los hombres juegan mientras replantean los conceptos de la masculinidad tradicional que los limitaba, en todos los ámbitos, especialmente en el familiar. 

“En las familias, tanto hombres como mujeres tienen responsabilidades, es un trabajo en conjunto. Todos debemos asumir el cambio desde nuestras familias, en la construcción del amor y el respeto”, resalta John Walter.  

El desafío de construir nuevas masculinidades  

Transformar las masculinidades requiere de un esfuerzo individual y colectivo. La experta y activista feminista Rita Segato sostiene que “la masculinidad es un mandato que exige a los varones que constantemente pongan a prueba sus atributos: potencia bélica, potencia sexual y potencia económica -el mandato de masculinidad es un mandato de violencia, de dominación-”. El pacto alrededor de este mandato somete a los hombres desde la infancia y hace, por ejemplo, que expresiones de sensibilidad o “feminidad” en los niños sean sancionados social y moralmente, por lo que se requiere de compromiso y determinación para romperlo. 

Edison Porras, coordinador del proyecto “Masculinidades en Movimiento”, indica que formar parte de este también ha significado una gran experiencia en su vida profesional y personal, ya que durante los talleres pudo conocer de las transformaciones de los participantes principalmente en sus núcleos familiares. 

“Actualmente, estamos levantando información para conocer en profundidad los cambios de actitudes, especialmente en las acciones relacionadas con la corresponsabilidad de las tareas domésticas dentro del ámbito familiar y de los cuidados de las hijas e hijos, sus formas de relacionarse y cómo asumen estas nuevas actitudes”, señala Porras.  

Para Edison es gratificante ser testigo de estas transformaciones. “Muchos participantes afirman tener una mejor relación con sus hijas e hijos, y que sus relaciones de pareja han mejorado y también han asumido las tareas domésticas desde el principio de corresponsabilidad”, indica el coordinador.  

Para Edison, los hombres tienen un papel importante para avanzar hacia la igualdad de género. “Es tarea de nosotros (los hombres) revisar, cuestionar y proponer acciones que nos permitan hablar sobre la corresponsabilidad en los cuidados y de trabajo doméstico en los hogares, debemos posicionarnos frente a esa necesidad urgente de participar en estas tareas”, advierte.  

Jhon Walter, actualmente en su ámbito laboral replica estos procesos formativos. Para él empezar a formar a los hombres en nuevas masculinidades tiene como principal reto la convocatoria. “El primer taller que realicé, lo pensé para 22 personas, pero sólo llegaron 3 hombres”. Esto no lo desanimó a continuar con los procesos formativos y, poco a poco, más hombres llamaban a otros a participar, reafirmando así la idea de que los hombres pueden ser aliados en la prevención de la violencia basada en género.

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Foto: Cortesía Jhon Walter Gómez

Tanto Jhon como Edison coinciden en que el éxito de esta iniciativa se refleja en que más participantes desean convertirse en replicadores en sus comunidades; la posibilidad de transformar sus vidas y las de sus familias y comunidades se presenta como un acto de responsabilidad y de libertad. 

“Nos hemos encontrado muchos de los compañeros que compartieron el juego con sus familias, principalmente con sus hijos y hoy quieren ser gestores comunitarios para prevenir la violencia no solo en sus hogares, sino también sus comunidades”, señala Edison con optimismo.  

Romper el pacto de la masculinidad violenta es una invitación para que los hombres puedan ser parte de un proceso transformador que construya entornos libres de violencia de género, comunidades y familias seguras para las mujeres y las niñas y sociedades sin estereotipos ni sistemas de discriminación y desigualdad.