Haciendo una realidad la reparación transformadora para sobrevivientes de violencia sexual y otras formas de violencia contra las mujeres en situaciones de conflicto y postconflicto
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Las mujeres indígenas del Valle del Polochic, tierra ancestral del pueblo Q’eqchi’, están al frente de la defensa de sus tierras y territorios, la salvaguardia de la vida y de la naturaleza, y la construcción y preservación de la paz. La violencia sexual y otras formas de violencia contra las mujeres han sido utilizadas, tanto en situaciones de conflicto como postconflicto, para reprimir sus voces, castigarlas, subyugarlas y causarles vergüenza, a ellas y a sus pueblos, rompiendo sus vínculos con sus familias y comunidades.
La falta de reparación envía un mensaje permisivo que, en Guatemala, alimenta el continuo de la violencia contra las mujeres. En su búsqueda de justicia y la reconstrucción de sus vidas, las mujeres del Valle del Polochic enfrentan el continuo de la violencia, con nada más que su propia resiliencia y fortaleza. Las mujeres y las niñas indígenas enfrentan las peores formas de exclusión del sistema de justicia debido a la inaccesibilidad geográfica, lingüística, financiera y discriminación.
Desafiando todos los obstáculos las Abuelas de Sepur Zarco, mujeres Q’eqchi’ del Valle del Polochic, decidieron poner fin a 30 años de silencio y al ciclo de impunidad al llevar a un tribunal nacional el primer caso de esclavitud sexual y doméstica en situación de conflicto - un crimen internacional.
Foto: ONU Mujeres Guatemala
Resultados
Con el financiamiento del Fondo para la Consolidación de la Paz (PBF por sus siglas en inglés), el proyecto promovió estándares de reparación transformadora basados en el conocimiento, incluyendo medidas de no repetición, y potenció el liderazgo de las mujeres que están al frente de tres casos sin precedentes: Sepur Zarco, Panzós y Lote Ocho.
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Se acompañaron las acciones de las Abuelas de Sepur Zarco para la preservación de la paz con perspectiva de género, demostrando el efecto inmediato y transformador en sus vidas y la de sus comunidades. Las principales beneficiarias fueron las mujeres Q’eqchi’ sobrevivientes de violencia sexual en situaciones de conflicto y postconflicto.
Se cimentó el cambio estructural en la posición de las Abuelas de Sepur con un liderazgo colectivo sociopolítico en el ámbito nacional e internacional. Esto implica la transformación de la percepción de sí mismas, traducida al irreversible reconocimiento colectivo de su contribución a la paz, la justicia y la reparación transformadora, generando un cambio social en las comunidades, que han adoptado un sentimiento de orgullo y valoración desde el conocimiento de su propia historia.
El proceso de empoderamiento de las mujeres Q’eqchi’ generó alianzas entre redes (3 territoriales y 21 comunitarias) lo cual derivó en la generación de un sistema de alerta temprana y de protección contra la violencia sexual en situaciones de conflicto y postconflicto como mecanismo de prevención y no repetición que incluyó, además, a las mujeres Ixiles y las mujeres Achí.
Rompiendo las barreras idiomáticas y generacionales, las Abuelas, las líderes de Lote Ocho y las viudas de Panzós se han alfabetizado en el uso de las tecnologías de comunicación, incluyendo la telefonía móvil inteligente, para garantizar la comunicación fluida durante el confinamiento COVID-19.
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Los intercambios entre mujeres del Lote Ocho, de Panzós y las Abuelas han generado aprendizaje mutuo, fortalecimiento y construcción conjunta de estrategias entre mujeres. Una abuela del Caso Sepur Zarco reflexiona sobre estos procesos y comparte que “las hemos acompañado para darles fuerzas y ánimo en su lucha, algún día van a lograr la justicia que piden”.
Se avanzó en el cumplimiento de las 18 medidas de reparación de la sentencia del Caso Sepur Zarco, con diversos resultados. Se verificó mejora en la identificación de rutas para el acceso a la tierra; el establecimiento de un puesto de salud provisional, personal sanitario y medicamentos básicos en la comunidad de Sepur Zarco y la realización de jornadas de vacunación y atención a mujeres; mejoras en la infraestructura escolar de las escuelas de nivel primario de tres comunidades; continuidad de la búsqueda e identificación del paradero de personas desaparecidas, logrando la identificación del esposo fallecido de una de las abuelas; se tradujo la sentencia a 4 de los 22 idiomas mayas y se produjeron libros de texto para nivel preprimario y primario; se inició en el diseño del monumento que representará la búsqueda de justicia de las mujeres de Sepur, con la participación activa y el liderazgo de las Abuelas.
Adicionalmente, se cuenta con un índice de acceso de las mujeres a la justicia y la reparación que se diseñó a partir del aprendizaje y los estándares generados por la sentencia de reparación digna y transformadora del caso Sepur Zarco. El Índice, único en su género, tradujo la conceptualización desarrollada por las mujeres Q’eqchi’ en indicadores medibles y comparables globalmente, vinculándolos a los Sistemas de Monitoreo y Evaluación del Plan de Acción Nacional 1325, de los compromisos de los Acuerdos de Paz relativos a los derechos de las mujeres, de la Política Nacional de Promoción y Desarrollo Integral de las Mujeres y del Plan Nacional de Prevención y Erradicación de la Violencia Intrafamiliar y contra las Mujeres.