Verónica González Bonet: “No estamos todas si no estamos también las personas con discapacidad”

Verónica González Bonet es licenciada en informática y periodista, diplomada en periodismo de género y en criminalística y criminología, también con Especialización en Políticas Públicas para la Igualdad en América Latina. Durante diez años fue columnista y realizó informes especiales sobre género, discapacidad y derechos humanos en el noticiero de la televisión pública argentina. Fue ponente del Foro Social de Discapacidad y Derechos Humanos en Ginebra (2016). Es tallerista y conferencista nacional e internacional en temas de discapacidad, derechos humanos, accesibilidad, derechos sexuales y reproductivos y género, entre otros. Actualmente es integrante de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad. Es autora de “Buenas Prácticas en Comunicación y Discapacidad”, la guía “Medios y Discapacidad” y el documental “La Ire”. Actualmente se desempeña en el equipo de comunicación y discapacidad de la Dirección Nacional de Derechos Sexuales y Reproductivos del Ministerio de Salud de la Nación. 

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Foto: ONU Mujeres / Gala Abramovich

¿Cómo afecta la violencia a las mujeres y las niñas con discapacidad? 

En el caso de las mujeres con discapacidad, la violencia está muy invisibilizada. La violencia sexual, la violencia física y la violencia de todo tipo. Lo que ocurre muchas veces es que crecemos con el mensaje de que no podemos y entonces es muy difícil contrarrestar esa situación de baja autoestima e identificar cuando nos violentan. 

Cuando las identificamos, hay múltiples barreras para denunciar y lograr una reparación por esa violencia sufrida.  

Muchas veces la violencia, en el caso de las mujeres y las niñas con discapacidad, viene de las personas que asisten o que cuidan, y entonces, ahí también hay una desigualdad de poder y hay un miedo a perder el apoyo o cuidado por parte de esa persona. 

Y tampoco se nos cree. Normalmente hay alguna sospecha de que ‘¡No! ¿Quién le va a hacer eso a ella?’ Y estas situaciones sí ocurren y a eso le sumamos las dificultades de comunicación para hacer oír nuestras voces y poder contar lo que nos pasa. Entonces es importante en estos 16 días de activismo pensar en esas barreras y darnos tiempo para construir estrategias, para derribar ese tipo de dificultades, que se suman a lo terrible de sufrir violencia y que son también una situación más de vulneración. 

¿Cómo podemos lograr que más personas participen del activismo? 

Lo primero es pensar que la única manera de cambiar las cosas es estando adentro. No podemos tomar dos posturas o quejarnos de todo lo que funciona mal, que es muchísimo. Me parece que también hay que jugar un rol más activo, para hacer escuchar nuestras voces.  

También entiendo que el estar en las calles no es fácil. En el caso de las mujeres con discapacidad, enfrentamos múltiples barreras para ir a marchas, por ejemplo, para manifestarnos. No es sencillo estar, pero me parece que también es pensar cada una desde su lugar, qué es lo que puede hacer y hacerlo. Hay personas que nos resulta más fácil hacer una cosa que otra, o que enfrentamos menos barreras para desempeñar una labor. 

Entonces me parece que también es cuestión de complementarnos y trabajar fuertemente para lograr una sociedad que realmente nos incluya y que la inclusión no sea solo una palabra linda. 

¿Qué acción o acciones se pueden tomar para eliminar con la violencia contra las mujeres y las niñas? 

¡Qué difícil! Porque lo primero es el ‘te creo’ del que tanto hablamos en el feminismo. Lo primero es creer. Cuando una mujer o una niña te dice que sufrió violencia, no desconfiar o esperar que te brinde detalles de lo que le pasó. Después hay que trabajar fuerte para erradicar esa violencia desde donde se pueda, cada una o cada uno tiene también distintos roles. 

Entonces es muy difícil también pensar en algo estandarizado que nos sirva a todas las personas. En general se tiene que visibilizar, contener, apoyar y condenar, señalando responsabilidades desde la sociedad. Cada persona, desde su lugar, puede trabajar por una sociedad libre de violencia. 

¿Cómo se ha visto afectado tu trabajo por el retroceso global de los derechos de las mujeres que se está produciendo actualmente?  

Desde REDI trabajamos fuertemente por la legalización del aborto para incorporar la perspectiva de discapacidad. Nosotras vemos ese retroceso y ese avance de los antiderechos que muchas veces, incluso, se justifican con la discapacidad. Muchas veces el argumento de la discapacidad se utiliza muy mal y lo hemos sufrido en la organización, teniendo incluso que responder a alguna que otra campaña que se ha armado con relación a eso. Para nosotras es un problema que esto ocurra y resistiremos para no retroceder en el ejercicio de nuestros derechos y para que cada vez más mujeres puedan ejercer su derecho a la autonomía sobre sus cuerpos. 

¿Cómo sería para ti un mundo libre de violencia de género?  

Un mundo libre de violencia de género sería un espacio donde podamos mirarnos todas, todos, todes de igual a igual, sin pensar que alguien es más que nadie, y construyendo relaciones de respeto, de valoración por todas las personas, de respeto por la diversidad humana. 

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad habla mucho del respeto por la diversidad humana y me gusta hablar de esto porque muchas veces se habla de diversidad y se piensa solo en diversidad sexual. 

Soy militante feminista, pero me angustia cuando las personas con discapacidad quedamos fuera y pasa mucho. Para mí un mundo libre de violencia de género sería un mundo mejor, con menos dolor, donde todes podamos desarrollarnos y vivir un poquito mejor. 

A veces se nos ve como menos personas y me parece que es importante pensar que las personas con discapacidad somos personas que tenemos ganas de poder trazar nuestro proyecto de vida, desarrollarnos, ser felices, no estar luchando todo el tiempo contra barreras que encontramos en nuestro camino. 

Me parece que tenemos mucho para aportar y que está buenísimo que se vea, se valore y se aproveche también. ¿Por qué? Porque nos viene bien recibir los aportes de toda la sociedad, no solo de las personas con discapacidad, sino de cualquier integrante, porque no estamos todas si no estamos también las personas con discapacidad.

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Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas.