Declaración de Sima Bahous, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres en la conmemoración oficial del Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo de 2024

Palabras de apertura pronunciadas por la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Bahous, en la conmemoración oficial de la ONU del Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo de 2024, sede de la ONU.

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La Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Bahous, pronuncia palabras de apertura en la conmemoración oficial de la ONU del Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo de 2024, en la sede de la ONU. Foto: ONU Mujeres/Ryan Brown.

[Tal y como se pronunció]  

"Sé la luz que trae esperanza y que acelera el progreso hacia un futuro igualitario, sostenible y pacífico"  

Comenzaré este Día Internacional de la Mujer con un momento de reflexión por todas las mujeres y niñas muertas en guerras y conflictos que no son obra suya.  

Las guerras y los conflictos están erosionando los logros de décadas de inversiones en igualdad de género y empoderamiento de las mujeres. Desde Oriente Medio hasta Haití, pasando por Sudán, Myanmar, el Sahel, Ucrania, Afganistán y otros lugares del mundo, las mujeres pagan el precio más alto de los conflictos. 

Los conflictos son intrínsecamente violentos, pero para las mujeres y las niñas lo son aún más, incluso por motivos sexuales y de género. Esto es intolerable.  Ninguna mujer o niña, en ningún lugar, jamás, debe sufrir violencia sexual o cualquier forma de violencia. ONU Mujeres, junto con todos los aquí presentes, lo condena inequívocamente.   

La necesidad de paz nunca ha sido tan urgente. Saludamos a las mujeres de todo el mundo que se esfuerzan por lograr la paz cada día, que son activistas de los derechos humanos, que son defensoras de los derechos humanos, que lideran y luchan por el cambio.   

Este año, el Día Internacional de la Mujer se celebra en un mundo lastrado por la confrontación, la fragmentación, el miedo y, sobre todo, la desigualdad.   

Siguen existiendo brechas de pobreza persistentes en todo el mundo y las mujeres soportan una carga cada vez más pesada. Una de cada diez mujeres del mundo vive en la pobreza extrema. La pobreza tiene rostro de mujer.  

Los hombres poseen ciento cinco billones de dólares más de riqueza que las mujeres. Dominan los pasillos del poder.  

Y la oposición a la igualdad de género está bien dotada de recursos y es poderosa, alimentada por movimientos antigénero, de desmocratización, restricción del espacio cívico, ruptura de la confianza entre las personas y el Estado, y políticas y legislación regresivas. 

Todos sentimos este retroceso de forma aguda. Nuestros valores y principios nunca han estado tan en entredicho como ahora.   

Les agradezco a todos que hayan prestado su energía a esta lucha, a la causa de los derechos de la mujer y de la igualdad de género, y les agradezco que se unan a nosotros para avanzar contra la resistencia.  

Este año, el Día Internacional de la Mujer nos llama a todos a invertir en las mujeres y las niñas y a acelerar el progreso.  

Sólo invirtiendo en las mujeres y las niñas podremos superar los retos a los que nos enfrentamos, ya sean económicos, relacionados con los conflictos o con el clima.  

Invertir en las mujeres y las niñas es indiscutiblemente el mejor camino para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la paz y la seguridad.  

Cuando hay más mujeres económicamente capacitadas, las economías crecen.   

Cuando las mujeres están representadas equitativamente en el gobierno, la gobernanza prospera. 

Cuando las mujeres son libres de vivir sus vidas sin la amenaza perpetua de la violencia, las familias florecen y las empresas se benefician.   

Cuando las mujeres tienen más voz en los procesos de paz, la paz se alcanza antes y es más duradera.  

Pero a pesar de estos hechos evidentes, seguimos invirtiendo obstinadamente en armas más de lo que invertimos en mujeres y niñas.  

Seguimos diciendo que la igualdad de género puede posponerse para "más adelante", mientras vemos cómo el mundo se aleja cada vez más del camino correcto, e incluso se pospone el "más adelante".  

En los próximos meses y año, tenemos la oportunidad colectiva de volver a comprometernos con la igualdad de género. La Cumbre del Futuro nos brinda la oportunidad de situar la igualdad de género en el centro de los debates sobre desarrollo, financiación, tecnología y paz y seguridad. El trigésimo aniversario de la Plataforma de Acción de Beijing, que se celebrará el año que viene, puede ser un momento decisivo para aumentar y acelerar las medidas que hagan realidad las promesas hechas hace 29 años. Acojo con satisfacción el anuncio del Secretario General del Plan de Aceleración de la Igualdad de Género. Les ruego que cuenten con ONU Mujeres como sus socios en esta tarea. 

El Día Internacional de la Mujer de este año tiene un llamado. Y este llamado es claro y convincente. Para cada mujer y cada niña, pedimos que hagamos por fin la mejor inversión que podamos: financiar la igualdad de género y desbloquear sus dividendos para todos. Más de 100 millones de mujeres y niñas podrían salir de la pobreza si los gobiernos dieran prioridad a la educación, la atención sanitaria, unos salarios justos e iguales y la ampliación de las prestaciones sociales. Sabemos que cuando las mujeres alzan la voz es por la igualdad, por sus derechos y por los derechos de los demás, por la paz y la justicia para todos. Luchan por dejar tras de sí un mundo mejor para todas las personas y para nuestro planeta compartido. 

En el Día Internacional de la Mujer alzamos su voz. Elevamos su causa, y nuestra causa.  Nos comprometemos a proporcionarle los recursos que merece y exige.    

Permítanme antes de terminar hacerme eco del llamado del Secretario General, del Presidente de la Asamblea General y de la Presidenta de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer: necesitamos un alto el fuego humanitario en Gaza ya. Más de 9.000 mujeres han sido asesinadas en Gaza y esto debe terminar. No podemos retomar el camino hacia la paz sin justicia para todos los supervivientes de este conflicto, y digo todos los supervivientes de este conflicto, y sin que se ponga fin a la violencia indiscriminada en Gaza. 

He comenzado mi intervención de hoy con un momento de reflexión. Termino mi intervención con un llamado para que todos seamos la luz que trae esperanza y que acelera el progreso hacia un futuro igualitario, sostenible y pacífico. Para todas las personas. Para cada mujer y para cada niña, en todas partes. Sé que juntos, está a nuestro alcance.  

Les doy las gracias.