Lideresas indígenas en El Salvador desarrollan Observatorio de Violencia pionero en la región
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En El Salvador, las mujeres indígenas enfrentan numerosos desafíos que van desde la violencia estructural hasta la discriminación. A pesar de esta situación, han demostrado resiliencia y determinación. Con el objetivo de fortalecer a las lideresas indígenas y ayudarlas a visibilizar las múltiples formas de violencia que experimentan, ONU Mujeres, con financiamiento del gobierno canadiense, apoyó la creación del Observatorio de Violencia contra las Mujeres Indígenas.
Betty Eliza Pérez, una de las lideresas indígenas, explicó que iniciaron con un proceso de formación en línea con alrededor de 30 mujeres.
“Fue un desafío porque muchas no teníamos experiencia ni tecnología desarrollada para estos procesos. Algunas se conectaban desde la casa comunal, otras desde el patio de sus casas. Esto nos ayudó a ingeniarnos con los pocos recursos que teníamos y así aprovechar el único teléfono que tenían en la comunidad", indicó Pérez. El proceso de formación permitió a las mujeres indígenas identificar las diversas formas de violencia que enfrentan, desde la violencia económica hasta la patrimonial. "Comenzamos a hablar sobre las violencias, un tema bastante desconocido para nosotras. Nos dimos cuenta de que muchas de las situaciones que vivíamos, como que nos gritaran o no nos dieran dinero suficiente, eran formas de violencia. Fue en este contexto que surgió la idea de crear un observatorio. La propuesta era instalar una defensoría de la mujer indígena. Al no ser factible dentro de la Procuraduría, propusimos un observatorio para visibilizar y evidenciar los casos de violencia", señaló Pérez.
Impacto del Observatorio
Junto con ONU Mujeres, se realizaron dos instancias de formación en las que se fortalecieron las capacidades de 25 lideresas indígenas. Luego se desarrolló la plataforma del Observatorio, en la que se realizó la primera encuesta, en la que participaron más de 200 mujeres, y que proporcionó datos valiosos sobre los tipos de violencia que sufren las mujeres indígenas, la edad a la que tuvieron su primer embarazo y los lugares donde sienten mayor discriminación.
La encuesta demostró que el 47% de las mujeres indígenas declaran sus primeros embarazos antes de los 18 años, lo que limita sus oportunidades y las hace depender económicamente de sus parejas, que frecuentemente ejercen violencia.
"Encontrar datos sobre mujeres indígenas en el país es algo único. Nos permite entender mejor nuestra realidad y justificar la necesidad de políticas públicas, proyectos y programas. El apoyo de ONU Mujeres ha sido crucial en este proceso. Han proporcionado recursos y formación, facilitando la creación de espacios seguros donde las mujeres pueden compartir sus experiencias y apoyarse mutuamente”, consideró Betty.
El Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMIA) ha integrado la instalación del Observatorio en su plan de trabajo, promoviendo la generación de datos para informar su labor.
El Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) también ha mostrado interés en replicar este modelo a nivel internacional, al reconocer la escasez de datos para el trabajo con mujeres indígenas.
“El observatorio ha tenido un impacto significativo en la organización de las mujeres indígenas. Ha facilitado procesos de nuevas masculinidades y diálogos intergeneracionales, fomentando la participación de mujeres y jóvenes. Se han fortalecido y generado capacidades, destacándose especialmente la participación de las mujeres jóvenes, particularmente en el oriente del país”, aseguró Betty. La creación del Observatorio de Violencia contra las Mujeres Indígenas en El Salvador es un ejemplo de cómo las mujeres indígenas, con apoyo y formación, pueden generar cambios significativos en sus comunidades. A través de la colaboración con organizaciones como ONU Mujeres, están construyendo un futuro más justo y equitativo para todas.