La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing cumple 30 años: así es como ha transformado la lucha contra la violencia de género

Hace 30 años, en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer que se celebró en 1995, un grupo de líderes de 189 países y más de 30.000 activistas se reunieron para crear una hoja de ruta adelantada a su tiempo, que se proponía lograr la igualdad de derechos para las mujeres y niñas. Esta hoja de ruta, conocida como la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, se convirtió en la agenda por los derechos de las mujeres con el mayor respaldo a escala mundial.

Con base en las experiencias y exigencias de las mujeres y niñas, la Declaración de Beijing propone 12 esferas de especial preocupación, incluida la violencia contra las mujeres.

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Ahora que nos acercamos al 30.º aniversario en 2025, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing sigue siendo una piedra angular en el movimiento a favor de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Tanto gobiernos como activistas y las Naciones Unidas evalúan los avances, abordan las dificultades y destinan recursos con la agenda como referencia.

En estos 16 Días de activismo contra la violencia de género, te invitamos a conocer cómo la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing ha transformado la agenda para poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas, y lo que eso significa el día de hoy.

Los derechos de las mujeres son derechos humanos: un hito para la igualdad de género

La Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993 que celebraron las Naciones Unidas en Viena fue la ocasión en que por primera vez los derechos de las mujeres se reconocieron explícitamente como derechos humanos.

El lema “los derechos humanos son derechos de las mujeres y los derechos de las mujeres son derechos humanos” se convirtió en un clamor para el público feminista que asistió a la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing. Este lema se extrajo de un discurso que pronunció la primera dama de los Estados Unidos de ese entonces, Hillary Rodham Clinton.

La Plataforma de Acción de Beijing defendía el derecho de las mujeres a una vida sin violencia.

La conferencia sirvió de escenario para que el grupo de feministas se organizara y defendiera la ratificación de otro acuerdo internacional fundamental, a saber, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1979, y su Protocolo Facultativo, una medida que se terminó en 1999 y que permitió a las personas denunciar vulneraciones de derechos directamente al comité de la CEDAW. De esta manera, se generó presión política para que los gobiernos prestaran atención a la violencia contra las mujeres y niñas.

Nadie cuestiona hoy que los derechos de las mujeres son derechos humanos. Sin embargo, una de cada tres mujeres sufre violencia en algún momento de la vida y una mujer es asesinada por su pareja o alguien de la familia cada 10 minutos, lo que deja claro que ningún país ha cumplido la promesa de una vida sin violencia para las mujeres.

Leyes contra la violencia doméstica: una tendencia en aumento a raíz de Beijing

En 1994, cerca de 12 países tenían sanciones legales contra la violencia doméstica.

Después de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, esta cifra aumentó rápidamente. Hoy, la Base de datos mundial sobre la violencia contra las mujeres y niñas de ONU Mujeres registra 1.583 medidas legislativas repartidas en 193 países, entre las cuales se incluyen 354 que se centran específicamente en la violencia doméstica.

Según diversos estudios, la adopción de acuerdos internacionales y regionales sobre los derechos humanos y la movilización social feminista fomentaron las medidas a favor de la incorporación de leyes y políticas progresistas.

Hoy, abundan las pruebas que demuestran que las leyes contra la violencia doméstica reducen la violencia de pareja. En los países que tienen este tipo de leyes, se observa un índice de prevalencia del 9,5 por ciento, en contraste con el 16,1por ciento de los países que no cuentan con legislación contra la violencia doméstica. No obstante, la aplicación de estas leyes sigue siendo un tema pendiente, junto con las deficiencias en los servicios integrales de protección jurídica y el apoyo a las supervivientes.

Cambiar las normas sociales y ampliar los servicios esenciales para las supervivientes

La Declaración de Beijing supuso toda una innovación a la hora de gestionar la violencia contra las mujeres y niñas de manera integral, ya que exige la ampliación del acceso a los servicios esenciales, incluidos los refugios, la asistencia jurídica, la atención médica y el acompañamiento. Antes de 1995, solamente existían 19 mecanismos institucionales encargados de la violencia doméstica. Más del 95 por ciento de los mecanismos este tipo que hay ahora se crearon tras la Plataforma de Acción de Beijing.

La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing también hace hincapié en la prevención, al instar a los gobiernos y agentes internacionales para el desarrollo a invertir en educación y campañas de sensibilización que desafíen las normas sociales y los estereotipos que hacen posible la persistencia de la violencia contra las mujeres. 

Por qué son importantes los datos sobre la violencia contra las mujeres

Lo que no se contabiliza permanece invisible. Sin datos de calidad sobre la violencia contra las mujeres y niñas, las políticas y leyes no bastan para abordar la realidad a la que se enfrentan las mujeres todos los días.

Antes de 1995, la mayoría de datos sobre la violencia contra las mujeres procedían de estudios limitados y realizados ad hoc. La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres de 1993 había instado a los gobiernos a recopilar datos sobre la violencia contra las mujeres, en especial sobre la violencia doméstica. Del mismo modo, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing promovió la recopilación sistemática de datos que permitieran generar encuestas nacionales y estudios internacionales, como el Estudio multipaís de la OMS sobre salud de la mujer y la violencia doméstica.

De 1995 a 2014, 102 países realizaron encuestas nacionales sobre la violencia contra las mujeres.

En la actualidad, disponemos de iniciativas mundiales como el programa Women Count de ONU Mujeres y la Base de datos mundial sobre la violencia contra las mujeres, que hacen un seguimiento del progreso y señalan las esferas que requieren medidas urgentes. Desde sus inicios en 2016, el programa Women Count ha prestado apoyo a los países para que reúnan más datos sobre la violencia contra las mujeres. Además, ha sido pionero en establecer un marco para cuantificar la violencia facilitada por la tecnología.

La fuerza de los movimientos feministas y las organizaciones de mujeres

La Plataforma de Acción de Beijing reconoce la fuerza de los movimientos feministas y la sociedad civil en la definición de políticas y el apoyo a las supervivientes. Los estudios confirman que la presencia de un movimiento feminista firme y autónomo es el factor más determinante para impulsar el cambio en el objetivo de poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas.

Pese a ello, en 2022, los países gastaron menos del 1 por ciento de la asistencia para el desarrollo en combatir la violencia de género, y solamente una fracción de esta asignación llegó a las organizaciones de mujeres.

El Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer, gestionado por ONU Mujeres en nombre del sistema de las Naciones Unidas, es el único mecanismo mundial de concesión de subsidios enfocado en iniciativas para poner fin a todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas. En 1996, la resolución 50/166 de la Asamblea General de las Naciones Unidas instó a la creación del Fondo Fiduciario de la ONU de acuerdo con las medidas establecidas en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. Hasta la fecha, el Fondo Fiduciario de la ONU ha donado más de 225 millones de dólares a 670 iniciativas en 140 países y territorios.

Además, la Coalición para la Acción sobre la violencia de género de la Generación Igualdad trabaja con el objetivo de añadir 500 millones de dólares a la financiación nacional destinada a organizaciones a favor de los derechos de las mujeres y dirigidas por jóvenes de aquí a 2026. Con ello se han propiciado compromisos innovadores, como la nueva iniciativa ACTUEMOS para poner fin a la violencia contra las mujeres de ONU Mujeres, con una inversión de la Unión Europea de 22 millones de euros destinados a fortalecer los movimientos por los derechos de las mujeres y sus actividades de promoción.

En defensa de los derechos de las niñas: entonces y ahora

La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing fue el primer documento normativo mundial en incluir un enfoque específico sobre los derechos de las niñas y abordar la violencia contra las niñas.

En él se exige a los gobiernos ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño y garantizar el registro de los nacimientos y la identidad nacional de las niñas, además de promover el acceso de las niñas a la educación y la adquisición de competencias en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. También planteaba medidas para proteger a las niñas contra la violencia de género, incluidas prácticas como el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y el embarazo entre adolescentes, conductas que siguen limitando los derechos, la salud y el bienestar de las niñas.

Si bien se observa cierto progreso, nuevos retos como el cambio climático y el acoso en Internet exacerban la violencia contra las niñas, tal como refleja el informe más reciente del Secretario General de las Naciones Unidas.

Con nueve millones de niñas en riesgo de ser casadas de aquí a 2030 y 1 de cada 4 adolescentes que sufren maltrato por parte de su pareja al cumplir 19 años, la Plataforma de Acción de Beijing sigue siendo una referencia imprescindible para salvaguardar los derechos de las niñas y garantizar que sus voces sean escuchadas.