Diputadas brasileñas reafirman el legado de la Conferencia de Beijing treinta años más tarde
Benedita da Silva, Jandira Feghali y Laura Carneiro reflexionan sobre las contribuciones de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing para la igualdad de género. No obstante, señalan que es necesario no permitir que estos logros retrocedan.
Fecha:

En 1995, Beijing, la capital de China, acogió a más de 17 mil personas de 189 países para la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de las Naciones Unidas. En las delegaciones de Brasil, entre las integrantes del gobierno y representantes de la sociedad civil, también estaban diputadas federales, incluyendo a Benedita da Silva, Jandira Feghali y Laura Carneiro. Tras treinta años, ellas siguen en el Parlamento y mantienen la igualdad de género como motor de sus mandatos. La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada al final de la Conferencia, es una inspiración cotidiana para su trabajo.
"Eran muy pocas mujeres [diputadas] en aquella época, y fueron invitadas a participar", contó Laura al equipo de ONU Mujeres, durante la apertura de la exposición "Beijing + 30 y la igualdad de género en el Parlamento brasileño". No solo había pocas mujeres, sino que las propias discusiones sobre género y derechos humanos desde una perspectiva global eran incipientes. "Beijing promovió un movimiento internacional y en cada país, para que esta agenda tuviera relevancia", comentó Jandira, en la misma ocasión.
Entre bastidores
Jandira también mencionó "polémicas y dificultades" en la articulación entre bastidores, ya que documentos como la Plataforma de Beijing deben ser aprobados por consenso. Según ella, uno de los temas más difíciles eran los derechos sexuales y reproductivos, tanto en momentos oficiales, protagonizados por las delegaciones de los Estados, como en los espacios liderados por la sociedad civil. "Terminamos ganando, porque el tema entró [en el documento]", dijo. La garantía de estos derechos está determinada en las secciones sobre La mujer y la salud, Los derechos humanos de la mujer y La niña, tres de las 12 áreas críticas de preocupación que estructuran la Plataforma.
Si bien llegar a algunos consensos fue desafiante, por otro lado, la Conferencia de Beijing legitimó acuerdos cruciales para la actuación de los movimientos feministas y la elaboración de políticas públicas con perspectiva de género. Para Jandira, uno de ellos fue la feminización de la pobreza, es decir, el hecho de que la pobreza afecta centralmente a las mujeres. "Este es un concepto del que nadie hablaba hasta entonces. Se hablaba de la pobreza, pero no se hacía un recorte de género. Ni tampoco se hacía el recorte de raza, que fue agregado después", reflexionó.
En general, Jandira evalúa que la experiencia en Beijing trajo mucho aprendizaje, destacándose los intercambios cotidianos entre la delegación oficial de Brasil y la de la sociedad civil. "Fue un ejercicio de articulación y paciencia", subrayó. Para Benedita da Silva, el aniversario de 30 años de la Conferencia "nos hace recordar el camino hacia la igualdad y la construcción colectiva". Las tres parlamentarias destacaron que el legado de Beijing es innegable y ha contribuido a mejorar la vida de las mujeres en el país, inspirando leyes, políticas, servicios y equipamientos públicos.
El legado
Una asociación entre ONU Mujeres y la Secretaría de la Mujer de la Cámara de Diputados, que tiene a Benedita da Silva como coordinadora general, impulsó la exposición "Beijing + 30 y la Igualdad de Género en el Parlamento Brasileño", la que mostró cómo el legado de la Conferencia permanece vivo en la Casa. Las leyes Maria da Penha, Carolina Dieckman, del feminicidio y de la igualdad salarial estaban entre los hitos destacados en la exposición, además de la Enmienda Constitucional de las Trabajadoras Domésticas y el reconocimiento del derecho al financiamiento electoral de las candidaturas femeninas.
Laura Carneiro evaluó que el mayor de los hitos es la Ley Maria da Penha, que actúa en el enfrentamiento de la violencia contra las mujeres. Jandira Feghali, quien fue la relatora de esta ley en la Cámara de Diputados, afirmó que "es un hito en el sistema de justicia de Brasil y en la lucha por la defensa de la vida de las mujeres". Para Benedita da Silva, Maria da Penha no se convirtió en una ley muerta. "¿Y por qué no quedó una ley muerta? Porque se crearon los equipamientos [públicos], porque fue discutida en todo el mundo… O sea, es la historia de la ley que funcionó".
Desafíos 30 años después
Las diputadas reconocieron que varios logros desde la Conferencia de Beijing están amenazados por la agenda antigénero en auge en Brasil y en el mundo. El propio uso de la palabra "género", presente en el texto de la Plataforma de Beijing, está bajo disputa en el Parlamento de Brasil. "Diría que hemos evolucionado y avanzado en muchas cosas, pero creo que estos retrocesos ideológicos, de la guerra cultural, son más recientes. Nunca fue fácil, pero este recorte más ideológico, que quiere sacar el género del texto, que no deja escribir identidad de género, es más reciente", ponderó Jandira.
De acuerdo con las diputadas, otro desafío actual es la violencia política de género, que afecta a mujeres de todo el espectro político, ya sea en el Parlamento, en el poder Ejecutivo y en otros espacios de la política institucional. Según Jandira, esto no tuvo destaque en la Conferencia de Beijing, y el crecimiento de los debates vino precisamente con la participación progresiva de mujeres en la política. Esta forma de violencia es uno de los obstáculos para ampliar la participación política de las mujeres.
Según el Mapa Mujeres en la Política: 2025, lanzado recientemente por ONU Mujeres y la Unión Interparlamentaria, este año los hombres ocupan tres veces más cargos ejecutivos y legislativos que las mujeres en todo el mundo. Brasil, en especial, ocupa el puesto 133 en el ranking mundial de representación parlamentaria de mujeres. Benedita, Jandira y Laura están entre las 93 diputadas federales del Congreso en un universo de 513 parlamentarios, es decir, apenas el 18,1 %. "Si tomamos el recorte de la mujer negra, entonces tenemos poquísimas", lamentó Benedita. Con un 5,37 % de mujeres negras electas en 2022, la Cámara de Diputados cuenta con casi cinco veces menos mujeres negras de lo esperado, si se respetara su proporción demográfica.
"Nuestra mayor preocupación es que estos avances [de Beijing] permanezcan y que no tengamos ningún tipo de retroceso. Y todo esto depende, principalmente, de la representación femenina. Eso es lo que la Secretaría de la Mujer ha buscado. Que esta representación sea cada vez más fuerte, duradera y capaz de hacer que la legislación cambie efectivamente la vida de las mujeres", resaltó Laura Carneiro. Para Benedita, "siempre hay que tener en mente que, cuando no se puede avanzar, tampoco podemos permitir que retroceda". Decana en el Parlamento brasileño, ella sigue optimista: "Entonces, todavía es difícil nuestro camino, pero estamos juntas siempre, ¿verdad? Creo que también tenemos buenas historias que contar", concluyó.