Mensaje del Secretario General en el Townhall con la sociedad civil con motivo del 69º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer [tal y como fue pronunciado]

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Amigas y amigos,

Permítanme empezar con dos sencillas palabras: muchas gracias.

En estos tiempos difíciles, la sociedad civil está en primera línea, arriesgándolo todo, para impulsar el progreso, lograr la igualdad de género y construir un mundo mejor para todos nosotros.

Estoy con ustedes, ahora y siempre.

UN Secretary-General António Guterres at CSW69 Townhall Meeting with Civil Society. Photo: UN Women/Ryan Brown

Y es para mí un privilegio estar hoy con ustedes: escuchar sus soluciones, sus innovaciones y sus ideas sobre cómo podemos avanzar en nuestros objetivos comunes. 

Estimadas amigas y amigos,

La reunión de este año es una celebración del 30º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing...

Y del 25 aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la mujer, la paz y la seguridad.

Pero también estamos aquí para decretar una alerta roja. 

El auge de la misoginia y el furioso contragolpe a la igualdad amenazan con frenar y hacer retroceder el progreso. 

Que quede claro: esto es inaceptable, inmoral y contraproducente.

Debemos detenerlo, y debemos detenerlo juntos.

Queridas amigas y amigos,

En los treinta años transcurridos desde Beijing, hemos visto avances en la salud materna, la educación de las niñas y mucho más.

El año pasado, los países acordaron el Pacto para el Futuro.

En él se reafirma el compromiso de lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas...

Reconoce que esto es esencial para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible...

Y se propone reforzar la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer.

Las organizaciones de mujeres y la sociedad civil han desempeñado un papel fundamental en la consecución de estos logros en la preparación de la Cumbre del Futuro.

Aplaudo sus esfuerzos.

Sin embargo, las mujeres y las niñas siguen enfrentándose a una terrible serie de injusticias.

Lo vemos, más que en ninguna otra parte, en Afganistán...

Lo vemos en la violencia sexual en conflictos desde Haití a Sudán...

Y lo vemos en la pandemia mundial de violencia contra las mujeres y las niñas, y en su desproporcionada pobreza, hambre y marginación.  

Los dramáticos peligros a los que se enfrentan las organizaciones sociales y los activistas son a la vez síntoma y causa de esta enfermedad. 

En todo el mundo, las defensoras de los derechos de las mujeres sufren acoso, amenazas y violencia, e incluso asesinatos.

Se enfrentan a la reducción del espacio civil y de los fondos.

El resultado es la erosión de los derechos y un déficit de rendición de cuentas.

A pesar de su valentía y persistencia, los intereses de las mujeres y las niñas están cada vez menos representadas y no se les escucha cuando se toman las decisiones. 

Debemos cambiar esta situación.

Ustedes son quienes impulsan el progreso.

Nuestro mundo les necesita, y pueden estar absolutamente seguras de que lucharé a su lado y por ustedes.

Todos estos retos tienen como telón de fondo el infortunio mundial:

Los conflictos, las catástrofes climáticas y la crisis de la deuda amenazan la igualdad y los derechos de las mujeres...

Las nuevas tecnologías, que podrían hacer avanzar la igualdad, con demasiada frecuencia exacerban las divisiones y normalizan la violencia.

Y en todo el mundo crece el poder y la fuerza de una feroz reacción contra los derechos de las mujeres y las niñas:

Despojando a las mujeres de sus derechos...

Haciendo retroceder el progreso...

Y haciendo que los líderes dejen caer la igualdad como una piedra.

Mi advertencia a los líderes de todo tipo es simple:

No sacrifiquen la igualdad por una falsa conveniencia.

Es un error de cálculo, un malentendido de cómo prosperan las sociedades.

Es una falta de visión. Es un error. Debe terminar. 

Y a los líderes que se mantienen firmes les digo: gracias. Están haciendo lo correcto.

Y así, queridos amigos,

Nunca olvidemos que la desigualdad es una cuestión de poder.

Seguimos viviendo en un mundo dominado por los hombres, con una cultura dominada por los hombres.

Y el poder nunca se da, hay que tomarlo.  

Juntos, debemos tomarlo.

¿Y para aquellos que preguntan cómo?

La respuesta está en esta sala.

Energía, compromiso y determinación.

Todos los que nos preocupamos por la igualdad debemos unirnos, organizarnos y movilizarnos para presionar al mundo para que cumpla. 

Con cada uno de nosotros desempeñando nuestro papel.

El sistema de las Naciones Unidas ha alcanzado, y mantenido, la paridad de género a nivel de liderazgo.

Y seguimos tomando medidas en todo el sistema a través de nuestro Plan de Aceleración de la Igualdad de Género.

Esto está impulsando la capacidad del sistema de las Naciones Unidas para lograr la igualdad de género y los derechos de la mujer en todos los ámbitos.

Incluye el refuerzo del apoyo a la participación de la sociedad civil. Y la apertura de oportunidades financieras para las organizaciones de mujeres de base.

Como movimiento feminista mundial debemos unirnos y presionar para que se actúe en áreas críticas: 

Debemos presionar a los países y a los gobiernos para que den prioridad a las inversiones en igualdad para las mujeres y las niñas, y para que cumplan sus compromisos en el Pacto por el Futuro de crear un aumento de la financiación para el desarrollo sostenible. 

Debemos impulsar un mayor apoyo a las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres.

Debemos presionar para que se tomen medidas contra la misoginia en Internet y se cierre la brecha digital de género, cumpliendo el Pacto Mundial Digital acordado el año pasado.

Una de las mayores amenazas en nuestra lucha por la igualdad de género es el hecho de que existe una clara preponderancia masculina en áreas como la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Esto se puede ver en que muchos de los algoritmos que produce la industria tecnológica están sesgados. Sesgados contra las mujeres. Y esto es algo que debemos considerar una prioridad fundamental en esta cuestión de las relaciones de poder. Las relaciones de poder en las áreas de las nuevas tecnologías deben cambiar y la igualdad de género debe lograrse en las áreas de las nuevas tecnologías.

Debemos presionar a todas las partes para que garanticen la participación plena, igualitaria y significativa de las mujeres en la consolidación de la paz, para crear soluciones más duraderas.

Y debemos impulsar el liderazgo y la participación de las mujeres en la toma de decisiones en los gobiernos y las empresas.

Queridas amigas y amigos,

En estos días de peligro, la sociedad civil es el motor que marca la diferencia.

Estamos orgullosos de estar en las Naciones Unidas con todas las personas que defienden los derechos de las mujeres en todo el mundo, exigiendo igualdad...

Exigiendo sus derechos...

Garantizando que las mujeres y las niñas sean escuchadas...

Y exigiendo a los líderes que cumplan su palabra.

Compartimos una visión común: un mundo de igualdad, donde los derechos humanos de las mujeres y las niñas se hagan plenamente efectivos.

Sigamos trabajando juntos para hacer realidad esta visión de la igualdad de género para todos.

Muchas gracias.