Posición de las integrantes de las organizaciones de la sociedad civil que forman parte del Grupo Asesor de Sociedad Civil en América Latina y el Caribe convocado por ONU Mujeres
Fecha:
30 AÑOS DE LA CONFERENCIA DE BEIJING

A 30 años de la Conferencia de Beijing, las integrantes del Grupo Asesor de Sociedad Civil convocado por ONU Mujeres en las Américas y el Caribe, celebramos su aniversario, honramos nuestra historia y nuestras luchas y reafirmamos nuestro compromiso con la agenda de paz, derechos humanos, igualdad de género y justicia social.
Nuestra región sigue siendo la más desigual del mundo. Y hoy además, atraviesa una situación de creciente inestabilidad política, retrocesos democráticos y un debilitamiento de los mecanismos de protección de derechos humanos, lo que pone en riesgo la vida y la dignidad de millones de mujeres y niñas en toda su diversidad.
El ascenso de gobiernos autoritarios y conservadores que restringen libertades fundamentales y desmantelan políticas de igualdad de género intensifica el cierre del espacio cívico y la restricción del derecho a la participación política afectan especialmente a las mujeres y poblaciones históricamente excluidas. La instrumentalización del discurso de "protección de la familia" y "valores tradicionales" por parte de grupos antiderechos ha permitido justificar políticas regresivas que limitan los derechos sexuales y reproductivos , restringen la igualdad sustantiva y refuerzan la violencia estructural contra las mujeres. La creciente influencia de sectores fundamentalistas en la política y en los organismos multilaterales pone en peligro la autonomía de nuestros cuerpos y nuestra capacidad de decidir sobre nuestras propias vidas.
Ante este contexto de embestida conservadora y crisis democrática, hacemos un llamado urgente a la solidaridad feminista y a la acción política colectiva. La defensa de los derechos humanos de las mujeres en toda su diversidad requiere respuestas contundentes y articuladas a nivel regional e internacional.
Es imperativo fortalecer las alianzas entre movimientos sociales, organizaciones de derechos humanos, redes feministas y actores progresistas que defienden la justicia social y la igualdad de género. Asimismo, instamos a los Estados a cumplir con sus compromisos internacionales, a ratificar el Acuerdo de Escazú y del Protocolo Facultativo de la CEDAW y a garantizar un entorno seguro para quienes defienden los derechos humanos y la democracia.
Llamamos al sistema de Naciones Unidas a fortalecerse y a asumir un rol más activo y comprometido en la defensa y protección de los derechos humanos de las mujeres, así como a acercarse a los movimientos feministas y territorios donde se vive y resiste la violencia estructural y la desigualdad de género.
Los 30 años de la Conferencia de Beijing deben ser un punto de inflexión para reafirmar la resistencia de los movimientos feministas y exigir un mundo libre de violencias, desigualdades y exclusiones. No permitiremos retrocesos ni silencios cómplices.
La lucha por los derechos de las mujeres es una lucha por la democracia, la justicia y la dignidad de todas las personas. Desde América Latina y el Caribe, alzamos nuestras voces con firmeza: Ni un paso atrás, sin dejar a nadie atrás, vivas y libres nos queremos.