María Victoria Cano Colazo: “Las mujeres científicas siguen siendo las principales cuidadoras, esto les genera desigualdad en la distribución y manejo de su tiempo, lo que repercute en sus trayectorias”

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María Victoria Cano Colazo es licenciada en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) y Magister en Alta Dirección Pública (FOM/UIMP). Es becaria doctoral del Instituto de Investigaciones Filosóficas (SADAF/CONICET). Fue becaria doctoral por el Instituto de Investigaciones de Estudios de Género (IIEGE/UBA). Integra la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCyT) y la Red Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Género (RICTyG). Su investigación se centra en los retos en la conciliación entre la vida privada y profesional de las investigadoras del CONICET, las experiencias de maternidad y otros obstáculos de las mujeres y el colectivo de la diversidad sexual y genérica en el sistema científico y tecnológico. Actualmente realiza un doctorado en Estudios de Género en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. 

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Foto: Cortesía María Victoria Cano

¿Por qué las niñas siguen escogiendo menos las carreras de ciencia y tecnología? 

Uno de los motivos principales es por el mandato cultural patriarcal aún existente, que regula y condiciona la socialización de las niñas. Su educación se va construyendo a partir de las relaciones con sus pares, a través de actividades y roles asignados que determinan lo que se les permite, exige o impide. Este proceso se ve impregnado siempre por un sesgo de género, ya que a las mujeres se las destinó al espacio privado o doméstico y se les impidió incursionar en el espacio público del poder, el trabajo remunerado, el conocimiento científico y la tecnología. 

 ¿Qué estrategias o acciones se requieren para educar en igualdad? 

El desafío al que nos enfrentamos es intentar deconstruir identidades masculinas y femeninas de las que somos prisioneras/os y construir nuevas, a través de las cuales podamos relacionarnos en un plano de real equidad en la vida y aportar al desarrollo humano. Para ello, es necesario que se incorpore la perspectiva de género en los procesos de socialización. Hay que empezar a desplegar un diálogo democrático e inclusivo para estructurar políticas públicas, estrategias y acciones a los fines de educar en igualdad. 

¿Tuviste alguna mujer científica referente? ¿Quién y por qué te inspiró? 

Me han inspirado muchas mujeres referentes, pero tengo que decir que mi madre, Carmen Colazo, desde pequeña, fue la principal. Fundamentalmente me inculcó la importancia y el valor que tiene el poder estudiar para las mujeres, y que no todas han tenido las mismas posibilidades. Más adelante y a lo largo de mi vida adulta tengo que mencionar a Diana Maffía, Dora Barrancos, Patricia Gómez, Ana Franchi, Silvia Kochen, científicas con las que me he formado en lo profesional y también como persona. 

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Foto: Conicet, Pablo Dondero

Como participante de la sala dedicada a las mujeres en la ciencia y la tecnología, ¿podrías contarnos más de qué trata este proyecto y cuál es su objetivo? 

La Sala de Mujeres en la Ciencia y la Tecnología fue creada con el objetivo de ser un espacio educativo interactivo que motive a las nuevas generaciones a conocer de cerca a las mujeres que hacen ciencia y fomentar la vocación científica. También busca romper con los sesgos de género en la ciencia y que se conozca el aporte que hacen las científicas desde sus trabajos a la construcción del conocimiento actual. 

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Foto: Conicet, Pablo Dondero

Es una propuesta donde conviven varios registros (artístico, simbólico, educativo) y cuenta con seis espacios diferentes. En un espacio se cuenta la historia de mujeres pioneras -algunas conocidas y otras menos- de la ciencia; en otro se visibilizan las investigaciones que realizan las mujeres científicas a lo largo y ancho de la Argentina, y también las motivaciones que las llevaron a dedicarse a carreras científicas. El siguiente módulo es una animación que se llama Amanda, donde tratamos de relatar una breve historia sobre las desigualdades y obstáculos que se le pueden presentar a una niña que quiere seguir una carrera asociada a la matemática o la ingeniería, carreras donde priman los estereotipos masculinos. Otro módulo se titula Trascendencia, y está dedicado a mujeres que trascendieron sus campos disciplinares abriendo discusiones sobre la temática de género, dando lugar a nuevas reflexiones donde mostraron la desigualdad existente, la denunciaron e implementaron acciones para revertirla. 

¿Cuáles son los estereotipos de género y barreras de género a loas que se enfrentan las mujeres científicas en sus estudios y carrera profesional en Argentina? 

Siguen primando estereotipos de género asociados a que las mujeres no tenemos la misma capacidad que los varones para dedicarnos a algunas carreras y/o profesiones -sobre todo las relacionadas con las STEM- o para ocupar puestos de toma de decisión en el campo científico o tecnológico. Esto, claramente, se convierte en una barrera para el ingreso, permanencia y promoción de las investigadoras. 

¿Qué conclusiones o hallazgos encontraste en tu investigación sobre la situación de las mujeres científicas del CONICET? 

Por más que el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) hoy esté mayoritariamente integrado por mujeres, dentro de él se siguen sosteniendo prácticas que obstaculizan el desarrollo de las investigadoras para lograr iguales condiciones que sus colegas varones. En cuanto a la representatividad, las mujeres científicas ocupan menos puestos directivos y, además, están subrepresentadas en la categoría más alta de la carrera. Asimismo, sufren situaciones de violencia, maltrato y discriminación por su condición de género, además de las dificultades que se les presentan cuando son madres.      

 ¿Los cuidados son un obstáculo para el desarrollo profesional de las mujeres científicas? 

Absolutamente, las mujeres científicas, debido a una división inequitativa de tareas domésticas y de cuidados, siguen siendo las principales cuidadoras, esto les genera desigualdad en la distribución y manejo de su tiempo, lo que repercute en sus trayectorias. En relación con el trabajo no remunerado, las mujeres dedican más tiempo a esas tareas aun siendo una población con altos niveles de educación y con una fuerte carga horaria de trabajo fuera del hogar. Esto hace que las mujeres planifiquen su maternidad o la retrasen para que no interfiera en el desarrollo de su carrera como investigadoras, mientras que a los varones no les modifica su vida y trayectoria de la misma manera el ser padres. 

¿Qué propuestas y soluciones propone para lograr un sistema integral de cuidados que dé más facilidades a las mujeres científicas? 

En Argentina actualmente se está discutiendo la redacción de una Ley para crear un Sistema Integral de Cuidados que tendría como objetivos socializar gradualmente los costos vinculados a las tareas de cuidado; regular la oferta privada; formalizar y formar a las personas que se encuentran ocupadas en el sector de los cuidados y a quienes podrían ser potenciales trabajadores/as. Esta iniciativa evidencia que las políticas de cuidado son consideradas una prioridad en la agenda de género a nivel nacional, aunque está recién en desarrollo. 

En cuanto a las mujeres científicas, muchas de ellas, sobre todo al inicio de sus carreras, cuando son becarias, vivencian una situación de precariedad más notoria debido a los bajos ingresos y la inestabilidad laboral, esto se suma a que son muy escasos los centros de cuidados infantiles en los institutos de investigación, lo que debe ser considerado a futuro.  

¿Qué medidas crees que deben ser prioritarias para avanzar la igualdad de género en la ciencia a nivel nacional y regional?   

Incorporar la perspectiva de género de manera transversal en todos los niveles de estudios; recopilar datos públicos, fiables y actualizados desde una perspectiva de género e interseccional; incluir indicadores con perspectiva de género en el diseño y evaluación de proyectos de investigación; priorizar la asignación de fondos y recursos para proyectos que incluyan la perspectiva de género en su formulación y ejecución; promover y fortalecer redes y alianzas feministas en el sector científico y tecnológico; generar licencias compartidas y construcción de centros de cuidado para las infancias en las universidades e institutos de investigación; mejorar las condiciones de precariedad existentes en el trabajo científico o visibilizar y abordar las situaciones de violencias en el ámbito de la ciencia y la tecnología.