Angélica Ponce Chambi, directora ejecutiva de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra de Bolivia: “La lucha por la justicia climática tiene sus fundamentos también en la lucha por la equidad de género y la justicia climática”

Desde su punto de vista, ¿por qué son importantes los liderazgos de las mujeres como activistas y defensoras del medio ambiente?    

Las mujeres somos dadoras de vida y en muchos casos nos encargamos de la provisión de alimentos para el hogar, por eso mantenemos una relación armónica con la tierra. Las mujeres son las que transmiten de generación tras generación los conocimientos, los valores pensando siempre en la vida, en la humanidad. 

Se han ido generando políticas, normas y reglamentos, pero desde una lógica muy deshumanizante, mercantilista, explotadora del medio ambiente. Viendo los efectos de estas acciones y velando que no afecte a las generaciones futuras es que surgen liderazgos y rebeliones con la premisa de cuidar a la vida y a la tierra, que es nuestro medio de subsistencia.  

¿Cuáles son los desafíos actuales de Bolivia en materia de cambio climático?   

En primer lugar, atender a los grupos vulnerables, entre ellos, principalmente poblaciones indígenas, mujeres, niños y niñas especialmente de áreas rurales. Estos grupos vulnerables son los que más sufren los impactos del cambio climático, peligrando especialmente su existencia y sus medios de vida. Entonces, atender a estos grupos con acciones climáticas directas que les permitan minimizar el riesgo climático y el acceso a los recursos naturales y productivos para hacer a estas familias y comunidades más resilientes. 

En segundo lugar, y de manera general, debemos promover acciones de adaptación y mitigación al cambio climático, pero promoviendo la recuperación económica, fortaleciendo las bases sociales, económicas y productivas. Para ello, hemos desarrollado un compromiso boliviano, llamado Contribuciones Nacionalmente Determinadas, que prioriza acciones a nivel nacional en cuatro sectores clave: agropecuario, energético, agua y bosques, además de transversales como la salud y educación, género, entre otras. 

En tercer lugar, atender el cuello de botella del sector: el acceso a financiamiento. En la actualidad, Bolivia tiene poca disponibilidad de recursos financieros para este reto tan grande. Hemos luchado en la COP26 el tema financiero, para que los países desarrollados transfieran recursos a los menos desarrollados, pero esos recursos deben canalizarse y, para ello, es un doble reto. Por un lado, preparar los proyectos y, por el otro, negociarlos, nosotros estamos trabajando en ambos frentes. 

Finalmente, está la lucha estructural. Debemos solucionar esta crisis climática desde sus orígenes y eso solo se lo hace a nivel internacional, promoviendo la visión boliviana del “vivir bien” como alternativa de un nuevo horizonte civilizatorio, para convivir con la naturaleza, como nuestra madre, como un ser vivo, con derechos. 

¿Por qué es urgente promover y asegurar el financiamiento de acciones feministas para la justicia climática?   

No solo para acciones feministas, sino para todas las acciones que ayuden a los grupos vulnerables a reducir su condición y el riesgo climático. Las mujeres en Bolivia sufren mucho más que los hombres los impactos del cambio climático y tienen múltiples responsabilidades, y aún existen grandes desigualdades. La lucha por la justicia climática tiene sus fundamentos también en la lucha por la equidad de género y la justicia climática. 

Actualmente, lograr la igualdad de género y hacerle frente a la crisis climática y ambiental es uno de los mayores retos en materia de sostenibilidad ¿Cuáles son las principales iniciativas que se debiesen promover para alcanzar la igualdad de género y un futuro sostenible?  

Una manera de reducir la brecha es que las mujeres tengamos mayores oportunidades de poder acceder a los espacios de poder y toma de decisiones en materia ambiental y productiva, así como mayor apoyo a las iniciativas que promuevan los procesos de adaptación al cambio climático. Igualmente se requiere que la tecnología vaya acorde al contexto y a la fuerza de trabajo de las mujeres. 

Las mujeres indígenas en toda América Latina y sus organizaciones han jugado un papel activo y sostenido a lo largo del tiempo en la defensa del territorio, el agua y la naturaleza.  ¿Qué conexión existe entre la preservación del medio ambiente y los derechos de las mujeres a la tierra?    

La base para el ejercicio de todo derecho es la conciencia, conciencia de que la vida es una sola y que la tierra nos da alimento para la subsistencia, que la tierra también es madre de todo el cosmos y por eso también hay que cuidarla, respetarla y protegerla (…) vivir en constante reciprocidad para con ella. 

Tomando ejemplo de las mujeres campesinas, el varón siempre migra a buscar mayor economía para la familia, pero las mujeres se quedan en la tierra a proteger a sus hijos y a producir la tierra, por eso resulta fundamental el acceso a la tierra, porque llevamos a cuestas no solo a nosotras mismas sino a las futuras generaciones. La tierra nos da una identidad, un sentido de pertenencia y eso cimienta los valores con los hijos y la humanidad. 

Podrá parecer muy discriminante, pero la realidad es que las mujeres son dadoras de vida no solo biológica, sino emocional a la humanidad entera.