Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas.
Ariadna Beneventi Pacheco: “Abordar la violencia de género con la seriedad que merece, requiere tanto voluntad política como un cambio cultural”
Ariadna Beneventi Pacheco es la directora ejecutiva de la ONG chilena Intransigentes, una organización que cuenta con 60 voluntarias y voluntarios en 6 países, y está dedicada a la prevención y promoción de una vida libre de violencia de género a través de la educación. Los talleres de Intransigentes son impartidos por juventudes que han sido capacitadas por profesionales, crean espacios de confianza y aprendizaje a través de dinámicas cercanas como el análisis de canciones y películas, para facilitar que quienes asisten reflexionen sobre temas como el consentimiento y los límites en las relaciones. A la fecha, han impactado a más de 1500 personas de diferentes edades y en el primer trimestre de 2025 publicarán un manual sobre hallazgos de ocho problemáticas que hay dentro de la violencia de género.
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¿Qué te motivó a convertirte en defensora/activista del tema de la violencia contra las mujeres?
Convertirme en activista contra la violencia de género no fue una decisión espontánea, sino una respuesta a una realidad que no podía seguir ignorando.
Durante mis inicios de la enseñanza media, justo al momento del estallido social, las denuncias sociales conocidas como “funas” aumentaron exponencialmente. Sentía una responsabilidad de hacer algo más que compartirlas y darles apoyo moral a las víctimas.
En el transcurso de la pandemia empecé a investigar sobre los casos de violencia intrafamiliar que habían aumentado debido a que las parejas convivían las 24 horas de los 7 días de la semana en un mismo espacio.
En el 2022 me retiré del colegio y comencé a rendir exámenes libres para mi último año de enseñanza media. El colegio que me asignaron para rendirlo era católico. En una de mis conversaciones con el rector del colegio, le comenté que tenía un mini proyecto en mente, y me dijo que probáramos. Justo eran los días de término de la campaña Únete, de los 16 días de activismo. Junté a cuatro chicas de entre 18 a 22 años y llevamos un juego sobre sensibilización de violencia de género.
Ser joven me permitió tener una visión fresca y conectar con mis pares de una forma muchísimo más directa. A pesar de las barreras, como los prejuicios hacia las juventudes, estoy segura de que podemos ser los agentes de cambio que nuestra sociedad necesita para romper los ciclos de violencia.
¿En qué consiste tu trabajo y qué impacto estás buscando en la vida de las mujeres y las niñas?
Mi trabajo se basa en manejar mi ONG y procurar que se lleven a cabo las actividades y tareas semanales, y lograr que el equipo (que tenemos sobre 60 voluntarias y voluntarios en 6 países) pueda aprender equitativamente sobre la prevención de la violencia.
Dentro de la organización, el proyecto principal que tenemos son nuestros talleres de prevención y promoción de una vida libre de violencia de género. Nuestros talleres, impartidos por juventudes que han sido capacitados por profesionales, crean espacios de confianza y aprendizaje a través de dinámicas cercanas como el análisis de canciones y películas. Esto facilita que los asistentes reflexionen sobre temas como el consentimiento y los límites en las relaciones.
Por otro lado, tenemos otras actividades como conversatorios, participación en ferias o encuentros. Nuestro mayor proyecto han sido las mesas de diálogo con las juventudes para afrontar la violencia de género, que la realizamos en conjunto al INJUV. Donde convocamos a más de 120 personas, en su mayoría juventudes, de distintas realidades en el Ex Congreso nacional, donde en conjunto a expertos, activistas y autoridades se realizaron hallazgos de 8 problemáticas que hay dentro de la violencia de género. Ahora estamos en proceso de publicar este manual, que esperamos con ansias publicarlo el mes de marzo de 2025.
En estos dos años, ya hemos impactado a más de 1500, niñeces, adolescencias, juventudes y también a muchos adultos que alguna vez se rehúsaban a abordar esta temática.
¿Qué debería saber la gente sobre la violencia contra las mujeres y las niñas en tu país?
En Chile, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia de género en algún momento de su vid, y el acceso a herramientas de prevención sigue siendo limitado. Esto no solo es una cuestión de derechos humanos, sino un desafío de seguridad pública. Abordar la violencia de género con la seriedad que merece, requiere tanto voluntad política como un cambio cultural. Es por esto, que la violencia de género es un tema de seguridad pública. He escuchado a muchas personas que dicen que el estado debe preocuparse más de la seguridad que de la violencia de género. Pero las violaciones grupales, son un tema de seguridad pública, el secuestro a menores es un tema de seguridad pública, el acoso callejero, también es un tema de seguridad pública, y así sucesivamente.
¿Qué acciones contribuirían a que las personas puedan actuar para poner fin a la violencia contra las mujeres?
Si todos nos educamos y actuamos, no solo impulsamos el cambio en nuestras comunidades, sino que creamos un futuro más justo para las mujeres y niñas de todo el mundo. Cada acción, por pequeña que parezca, cuenta.
Frente a los retrocesos, nuestra respuesta debe ser fortalecer las bases de nuestro trabajo. Por ejemplo, ya estamos ampliando alianzas con organizaciones internacionales y promoviendo programas educativos más sólidos que trasciendan gobiernos y contextos políticos.
En 2025 se cumplen 30 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. En tu opinión, qué consideras un desafío o una barrera hacia la igualdad de género.
La Declaración de Beijing fue un hito histórico que estableció un compromiso global hacia la igualdad de género. Sin embargo, 30 años después, uno de los mayores desafíos que persiste y he sido testigo es la resistencia cultural e intergeneracional a los cambios necesarios para eliminar los estereotipos y roles de género, lo que afecta la vida de mujeres y niñas en múltiples aspectos.
En muchas sociedades, estos estereotipos van limitando desde con qué juega una niña o un niño, hasta las oportunidades laborales y educativas para las mujeres y van perpetuando roles patriarcales que nos colocan en desventaja en los espacios públicos y privados. Esto no solo dificulta nuestra autonomía económica, sino que también va contribuyendo a justificar violencias estructurales, como la brecha salarial, el acoso laboral o la violencia de género.
Una de las barreras es la falta de acceso universal a una educación no sexista que vaya cuestionando estos roles. Las instituciones educativas tienen el potencial de ser un espacio transformador, pero en muchos lugares aún refuerzan ideas que perpetúan las desigualdades.
Para superarlo, es esencial promover cambios a través de la educación y los medios de comunicación, implementando programas que fomenten la igualdad desde la infancia. Además, se necesita una mayor voluntad política para desarrollar políticas públicas que no solo se diseñen, sino que se ejecuten de manera efectiva. Solo así podremos garantizar que los compromisos asumidos en Beijing se conviertan en realidades tangibles para las mujeres, niñas y disidencias sexo genéricas en todo el mundo.
Desde tu perspectiva, compártenos una recomendación o propuesta transformadora para avanzar la agenda de la igualdad de género.
Considero clave para avanzar la igualdad de género es invertir en el fortalecimiento de las redes de jóvenes activistas a nivel global y local. Las juventudes, con su energía, creatividad y habilidades para utilizar herramientas digitales, tienen un enorme potencial para liderar movimientos de cambio social. Sin embargo, muchas veces no contamos con el apoyo institucional necesario para que nuestras ideas trasciendan.
Propongo la creación de un fondo internacional dedicado exclusivamente a proyectos liderados por juventudes en temas de igualdad de género. Este fondo no solo proporcionaría recursos económicos, sino también capacitación en liderazgo, incidencia política y gestión de proyectos. Además, sería fundamental generar un sistema de mentorías donde líderes experimentados guíen a estos jóvenes, permitiendo un intercambio intergeneracional de conocimientos y estrategias.
Al empoderar a las juventudes con recursos y habilidades, no solo estaríamos promoviendo la igualdad de género desde una perspectiva íntegra sino también asegurando que el liderazgo esté profundamente comprometido con la erradicación de las desigualdades. Esta propuesta tiene el potencial de romper barreras sistémicas y acelerar el cambio en todas las áreas de la sociedad
Por otro lado, seguir incluyendo la educación como principal herramienta de cambio. Es la estrategia más aceleradora y beneficiosa a largo plazo. En las escuelas se van formando ciudadanos, y se necesita que además de aprender a diferencias la mitosis con la meiosis, puedan aprender a identificar las señales de violencia.