El 3 de diciembre es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, fecha que tiene como objetivo visibilizar los derechos y promover el bienestar de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en la vida política, social, económica y cultural. 

Este año la conmemoración se focaliza en la innovación y las soluciones transformadoras para el desarrollo inclusivo. El lema es "Soluciones transformadoras para un desarrollo inclusivo: el papel de la innovación para impulsar un mundo accesible y equitativo". 

Desde ONU Mujeres, buscamos visibilizar la interseccionalidad entre discapacidad y género con perspectiva de derechos humanos y sobre todo el impacto de la violencia basada en género a la que se exponen. Es preciso atender la interseccionalidad entre violencia, género y discapacidad.  

Son más de 500 millones de mujeres y niñas de todas las edades (niñas, jóvenes, adultas, mayores), lo que representa un 20% a nivel global, quienes viven en todo tipo de contextos (humanitarios, de desarrollo, de conflicto, postconflicto, paz, en países de alta, media o baja renta), que tienen diferentes tipos de discapacidades, que pueden pertenecer a cualquier etnia, religión, nacionalidad, identidad de género, etcétera, y con niveles educativos, socioeconómicos y geográficos diversos.   

La inclusión de la discapacidad es condición esencial para el respeto a los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la paz y la seguridad. También es una cuestión clave para cumplir con la promesa de "no dejar a nadie atrás" de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.  

A continuación, compartimos cinco enfoques para el diseño e implementación de políticas inclusivas.

• Poner la persona al centro y no su discapacidad es el primer paso para lograr cambios positivos.   

• Reconocer la intersección violencia-género-discapacidad y las consecuentes múltiples formas de violencia a las que se enfrentan las mujeres y niñas con discapacidad, es fundamental para poder adoptar estrategias de respuesta inclusivas.  

• Erradicar el aislamiento de las mujeres con discapacidad con intervenciones transversales y estructurales (educación, concientización de las familias y de las mujeres) y la incorporación de herramientas tecnológicas es un aspecto prioritario a considerar en todas las estrategias de prevención y respuesta a la violencia basada en género.    

• Los Estados tienen la obligación de respetar, proteger y hacer efectivos los derechos de las mujeres y niñas con discapacidad, especialmente el derecho a vivir una vida libre de violencia.   

• Focalizarse en las barreras significa trabajar sobre cambios estructurales, es decir cambios colectivos a todos los niveles, desde el individual hasta el comunitario, pasando por el diseño y la implementación de políticas públicas para avanzar hacia la inclusión.