Zayda Gómez: mi compromiso con la acción humanitaria y los derechos de las mujeres

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Foto: ONU Mujeres / Zayda Gómez

Soy Zayda Xiomara Gómez Ruiz, guatemalteca, arquitecta de profesión y con una pasión arraigada por la gestión de riesgos y la acción humanitaria desde hace más de 15 años. A través de mi camino, he encontrado mi hogar en ONU Mujeres, donde desempeño el rol de asociada de proyectos de acción humanitaria y gestión de riesgos.

Inicié con una base sólida en arquitectura, pero mi corazón latía por la gestión de riesgos y el empoderamiento de las mujeres. Esto me llevó a obtener un posgrado en gestión de riesgos, política pública y liderazgo. Cada experiencia y aprendizaje construyeron el cimiento de mi misión: ser la voz de las mujeres en situaciones de emergencia.

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Foto: ONU Mujeres / Zayda Gómez

Más allá de los títulos, soy una madre orgullosa de una niña de siete años y mi familia es mi roca. Mis amigos son mi familia del alma, lazos que no se forman por la sangre, sino por la lealtad y el amor compartido. A través de esta red de apoyo, he encontrado la fuerza para liderar el Grupo de Trabajo de Género del Equipo Humanitario de País (EHP), un hito que ha desencadenado estrategias innovadoras y acciones inclusivas en respuestas de emergencia a nivel global.

ONU Mujeres se convirtió en mi plataforma para el cambio. Movida por el compromiso con la igualdad y el empoderamiento de las mujeres, sentí la necesidad de aportar mi granito de arena. Mi objetivo era claro: garantizar que las mujeres en crisis no solo fueran escuchadas, sino que sus necesidades, capacidades y derechos fueran respetados. Esta lucha se convirtió en mi pasión, y mi labor en ONU Mujeres fue la vía para marcar la diferencia.

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Foto: ONU Mujeres / Zayda Gómez

En mi recorrido humanitario, he confirmado la asombrosa fortaleza de las mujeres en situaciones adversas, mujeres colegas dejando a sus seres queridos para brindar asistencia en medio de emergencias y colaborar con organizaciones gubernamentales para incorporar enfoques de género y protección en respuestas y procesos de recuperación. Cada experiencia ha sido un recordatorio de la importancia de nuestras voces y acciones en la transformación de la sociedad.

La gratificación en mi trabajo radica en los cambios tangibles que he ayudado a crear. Desde propiciar espacios seguros y privados para las mujeres durante emergencias, hasta impulsar medidas que reduzcan su vulnerabilidad ante la violencia, cada paso cuenta. Mi labor en la gestión de riesgos también ha dado frutos notables, como inspirar a una integrante de la comisión de primeros auxilios de la COLRED (Coordinadoras Locales para la Reducción de Desastres) a continuar su educación en enfermería, gracias a la inclusión de las mujeres en la planificación.

A nivel estratégico, también ha sido gratificante el haber logrado incorporar el enfoque de protección y de género en el Panorama de Necesidades Humanitarias y en el Plan de Respuesta Humanitaria. Otra gran satisfacción es el haber contribuido en la construcción del código de conducta del Equipo Humanitario de País (EHP), el cual es mandatorio para quienes lo conforman.

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Foto: ONU Mujeres / Zayda Gómez

Mi ideal se ilumina en la lucha por fortalecer a las mujeres. Anhelo verlas empoderadas, liderando y participando activamente. Sueño con un mundo donde la violencia de género sea erradicada y las mujeres tengan igualdad de oportunidades y herramientas para enfrentar cualquier desafío. 

Desde las tierras de Alta Verapaz y Huehuetenango, emergen historias de cambio. En respuesta a la desnutrición infantil creciente, ONU Mujeres ha capacitado a mujeres como agentes de protección, líderes y lideresas comunitarias que han tejido redes de apoyo y empoderamiento. Estas redes no solo abordan necesidades, sino que también destacan las capacidades de las mujeres en la comunidad.

Reflexionando sobre este viaje, veo cómo las desigualdades y brechas de género se intensifican durante las crisis. Las mujeres enfrentan riesgos adicionales de violencia, así como la violencia sexual y embarazos no deseados. En estas situaciones, el enfoque de género y derechos es esencial para evitar daños mayores. Mi llamado a la acción es simple pero urgente: nuestras intervenciones deben ser una luz de esperanza en medio de la oscuridad, respetando siempre la dignidad y los derechos de las mujeres.

Mi viaje está marcado por el compromiso con la acción humanitaria y la igualdad de género. Desde ONU Mujeres hasta las comunidades más vulnerables, cada acción ha sido un paso hacia adelante en la búsqueda de un mundo más justo. Mi historia es un testimonio vivo de la pasión y la determinación que todos tenemos el poder de generar. En cada acción, en cada elección, estamos tejiendo un futuro más brillante para todas las personas. 

 

Nota: Estas publicaciones buscan estimular un debate propositivo en torno a los principales temas de interés para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe. Los conceptos expresados por las personas entrevistadas para la producción de nuestros contenidos editoriales no reflejan necesariamente la posición oficial de ONU Mujeres y agencias del Sistema de Naciones Unidas.