Hacer realidad los derechos humanos de las mujeres y las niñas: Un prerrequisito y un catalizador para el desarrollo

Declaración de ONU Mujeres en el Día de los Derechos Humanos, 10 de diciembre de 2024

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Hoy conmemoramos la Declaración Universal de los Derechos Humanos y su promesa de dignidad, libertad y justicia para todas las personas. Sin embargo, para las mujeres y las niñas de todo el mundo, esta promesa sigue sin cumplirse. En lugar de ello, existe una enorme brecha entre las normas y estándares globales y el ejercicio práctico de los derechos humanos por parte de las mujeres. Esta brecha en la rendición de cuentas es inaceptable y exige medidas urgentes. 

Los hechos hablan por sí solos. Más de 600 millones de mujeres y niñas viven en medio de conflictos que las exponen a graves violaciones de los derechos humanos, incluida la violencia sexual. Una de cada tres mujeres y niñas sufre violencia de pareja, y las que viven con discapacidades corren un riesgo aún mayor. Al ritmo actual, harán falta 137 años para erradicar la pobreza extrema de mujeres y niñas, 68 años para acabar con el matrimonio infantil y 39 años para alcanzar la paridad de género. El progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible sigue siendo alarmantemente bajo, mientras el mundo inicia la cuenta regresiva hacia 2030. 

Defender los derechos humanos de las mujeres genera dividendos para todas las personas. La evidencia es clara: promover los derechos humanos de las mujeres y las niñas no es sólo un imperativo moral, sino también estratégico. Es el camino hacia la igualdad, la justicia, las economías sostenibles y un planeta sano. La paz es más duradera cuando se incluye a las mujeres en los procesos de paz. Las economías crecen más rápido y son más sostenibles cuando las mujeres tienen igualdad de acceso a las oportunidades económicas. La gobernanza mejora con una representación igualitaria. Las familias y las comunidades prosperan cuando las mujeres y las niñas están libres de toda forma de violencia. Sólo garantizando los derechos humanos de las mujeres y las niñas -en toda su diversidad- lograremos la igualdad, la justicia, la inclusión, la paz, economías que funcionen para todos y la protección del medio ambiente que compartimos. 

Acogemos con satisfacción el creciente impulso para reafirmar los derechos humanos de las mujeres. Desde la igualdad salarial a la ausencia de violencia, debemos garantizar que las leyes que protegen los derechos de las mujeres y las niñas no sólo se promulguen, sino que se apliquen y respeten. La valentía de las mujeres a la hora de defender los derechos humanos y liderar un cambio transformador debe amplificarse y apoyarse. 

En 1995, la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing reconocieron los derechos de las mujeres como derechos humanos fundamentales y crearon un poderoso marco para la acción en todo el mundo. El año que viene, con motivo de su 30 aniversario, debemos responder a su llamamiento. Debemos avanzar hacia un futuro en el que todas las mujeres y niñas, en todas partes, disfruten de sus derechos humanos y prosperen.